Raúl García desvela la razón de su adiós al Atlético: "Me fui por una enfermedad de mi madre que tuvimos que pelear, si no es por eso posiblemente no me hubiera ido"
El exrojiblanco cuenta por primera vez por qué dejó al Atleti en la cresta de la ola del proyecto Simeone.
Aunque hayan pasado nueve años de su marcha, Raúl García sigue presente en el imaginario atlético. Todavía se ven camisetas con su 8 por el Metropolitano. Lógico, tratándose de los jugadores que más han dignificado una de las estrofas más tarareadas por su afición: porque luchan como hermanos/defendiendo sus colores/en un juego noble y sano/derrochando coraje y corazón. Se marchó, pero nunca se fue. Aplaudido en cada retorno, puesto en valor por un Simeone que incluso se atrevió a verbalizar que su peor error fue el de quitarle en Lisboa, Rulo también es atlético.
Raúl sigue siendo hoy el traspaso más caro de la historia de Osasuna. Llegó en 2007 por unos 13 millones de euros de la mano de Javier Aguirre. En esta segunda parte de su entrevista con Relevo viajamos a su trayectoria rojiblanca, en la que por primera vez explica el la situación familiar que le movió a dejar el Atlético para jugar en el Athletic.
¿Como viviste tu salida de Osasuna y tu llegada al Atlético?
Un momento feliz, pero a la vez complicado. Porque recuerdo el día que salgo de casa, claro, mi madre llorando, yo con 20 años, irme solo a Madrid. Como he dicho antes también, orgulloso de ser de Navarra y de ser una persona de una ciudad pequeña. Claro, el cambio es muy grande, ir a una ciudad como Madrid, a un club como el Atlético, que las experiencias son muy diferentes. Fue un momento bonito, pero duro a la vez.
¿Y por qué te fuiste del Atleti?
Principalmente por un tema personal de mi familia, quería estar en casa, quería estar cerca. Soy muy profesional en mi trabajo, pero cuando la cabeza te tira para otro lado también es difícil estar centrado. Busqué la forma de poder ir, creo que fue una buena decisión en aquel momento porque luego me impulsó a tener más confianza en mí mismo y cambiar ciertas cosas que viví en Madrid. Como digo, fue una decisión con la que estoy muy contento
¿Pero nunca has contado qué problema personal fue?
No, fue una enfermedad de mi madre, que tuvimos que pelear con una enfermedad complicada y como te digo, para mí la familia es lo primero que hay. De hecho, si me retiro entre otras cosas es porque le quiero dar tiempo a mi familia. Y era una decisión que yo tenía clara, pero claro que al final había que llegar a un acuerdo, por eso estoy muy agradecido a las personas que lo hicieron posible.
Raúl era fundamental en el Atlético de Simeone. Con un paréntesis de una temporada en la que volvió cedido a Osasuna, la 11-12, en la que arrancó Manzano y terminó El Cholo, Rulo completó siete temporadas de rojiblanco, cuatro y tres. En el verano de 2015, ya como campeón de Liga y con aquel Atleti peleando por todo, pidió una salida. No olvida que en el último partido, al cierre de mercado, 29 de agosto, en Sevilla, sus compañeros y su entrenador le dedicaron los goles mostrando un 8 con los dedos.
De no haber sucedido esa enfermedad, ¿no te hubieses planteado moverte de Atleti?
No, posiblemente no, porque en mi diccionario la palabra rendirme, abandonar o no ir hacia el reto no existe. Si encima es difícil me gusta. Prefiero afrontarlo, intentar poner todo lo que puedo a dar la vuelta. Posiblemente no hubiese tomado la decisión de salir.
¿Te enchufabas especialmente en los partidos contra el Madrid?
No, lo que pasa es que al final Madrid y Barça, cualquier club de los grandes, el ganarle para nosotros es importante. Es importante y es bonito porque no sucede muchas veces, pero no era que tuviera algo especial contra Madrid.
No eres antimadridista.
No, pero me gusta ganarles. Al Barcelona también. Pero no, antimadridista, no.
En estos 20 años, ¿contra qué rivales han saltado más chispas? O has dicho, 'hoy voy a por él' o, al contrario, 'qué pereza volverme a encontrar con este'?
Esto último no, porque nunca rehúyo. Me gusta el enfrentamiento desde el punto de vista de lo que se puede. Sin ir más allá, con el Madrid, por ejemplo, con Sergio, siempre han sido rivalidades muy fuertes. Sin embargo, la relación que tengo con él es muy buena, sobre todo porque hay un respeto por delante, porque hay un entendimiento de lo que significa pelear por ganar y por conseguir un objetivo. Creo que es importante entender ese objetivo de ganar, pero de la manera que hay que hacerlo.
¿Tienes alguna imagen en tu cabeza de alguna derrota dura como la de Lisboa?
No, es que incluso en Madrid cuando he tenido momentos complicados con la afición, que no estaban contentos conmigo, lo he tomado como algo positivo. No lo guardo ni como rencor, ni como fracaso, ni como una situación… Sí dura, porque duras son, pero creo que te dan tanto a nivel de aprendizaje, si quieres, que es positivo.
Tan integrado estaba en ese grupo que fue uno más en San Siro, en la final de 2016 que sus compañeros perdieron en la tanda de penaltis contra el Madrid. Muchos le echaron de menos durante esos años, también en el vestuario, donde construyó una amistad que hoy perdura con los Juanfran, Koke o Gabi. Quién sabe si alguna vez regresa al Atlético, aunque para la hinchada, Rulo nunca se fue. Pero hombre familiar donde los haya, priorizó lo personal antes que lo deportivo, como ahora, cuando podía seguir una temporada más y superar a Zubizarreta y Joaquín como jugador con más partidos de la historia de LaLiga pero prefiere estar los fines de semana con sus hijos.