Ni la gran polémica de la jornada hace ceder al Rayo con los árbitros: "No cambiaré un milímetro la línea marcada"
Iñigo Pérez insistió en que no se pronunciará sobre el arbitraje, mientras Gumbau reclama: "Esto se carga la esencia del fútbol".

A los 42 minutos del encuentro entre Rayo Vallecano y Villarreal en el Estadio de Vallecas se dio una de esas acciones que hace diez años hubieran resultado impensables y que ponen a prácticamente todo el mundo de acuerdo. Es cierto que, con el reglamento en la mano, puede resultar hasta aceptable la decisión del colegiado García Verdura, pero el estadio en general y los jugadores en particular no daban crédito con la expulsión de Jorge de Frutos, que, evidentemente, cambió el curso del partido.
En un balón luchado con Sergi Cardona, el lateral del Villarreal acaba derribando al atacante del Rayo Vallecano, que cae al suelo. En el momento de la caída, fruto de la naturaleza de la acción acaba impactando con su pierna de forma dócil con su adversario. No hay intencionalidad y, en caso de que la hubiera, desde luego que no es hacer daño en ninguno de los casos, sino frenar su carrera. Una acción que podría sancionarse con falta, incluso con una cartulina amarilla por temeridad, pero que para muchos es excesivo castigar al infractor con una roja que le acarreará una sanción y que ha condicionado el rendimiento de su equipo en inferioridad numérica durante más de una mitad.
El estadio no solo no daba crédito a lo que había ocurrido, sino que incluso se preguntaba abiertamente qué es lo que estaba revisando el colegiado. La cabina de prensa, situada justo detrás de la tribuna, se convirtió en el foco principal en esos instantes de tensión. Los periodistas éramos la respuesta que buscaba el público para entender por qué Jorge de Frutos se había marchado antes al túnel de vestuarios. El redactor de estas líneas mostró la imagen de lo ocurrido, convirtiéndose por un momento en el reclamo de los espectadores, por encima de lo que estaba ocurriendo sobre el césped.
Incluso Sergio Camello, lesionado y presente en tribuna viendo a sus compañeros, echó un ojo a por qué a escasos centímetros suyos había un grupo de cerca de veinte personas consultando en un ordenador por qué el atacante del Rayo Vallecano se había marchado a vestuarios antes de tiempo. La respuesta fue unánime, sin entender en ningún caso la decisión de García Verdura y los motivos por los que el VAR le habían llevado a revisar la acción en la pantalla. "Qué vergüenza", "se están cargando el fútbol", "ni le toca" o "eso no es ni falta" fueron las opiniones más repetidas. Otra resultó esclarecedora ante el sentir generalizado del estadio: "Ya nos robaron contra el Barça y hoy otra vez. Esto es la hostia".
Iñigo Pérez continúa en su línea: «No cambiaré un milímetro la línea marcada»
Tras el partido, todas las miradas estaban puestas en la posible reacción del club. De hecho, Martín Presa bajó a los vestuarios al descanso a dialogar con los colegiados sobre la tan polémica acción. "Desconozco lo que ha sucedido con el presidente, lo puedo imaginar, pero no lo sé", comentó Iñigo en rueda de prensa.
Sin embargo, en mitad de la mayor tormenta arbitral que se recuerda, el Rayo Vallecano sigue firme en su postura de no hablar del colegiado de forma negativa. Su técnico Iñigo es el mejor ejemplo: "Las posiciones que tomo y las reflexiones que hago son meditadas y pensadas. Mi posición sobre el tema arbitral no ha variado ni cambiaré un milímetro sobre la línea marcada. Aunque evidentemente mi opinión la tengo".
Por mucho que se intentó, no se logró sacar una palabra fuera de línea, aunque, evidentemente, no pudo negar que existía una molestia: "Entiendo que la gente se enfade. A mis jugadores les digo que tienen total libertad de expresión para hablar sobre lo que quieran, como el tema arbitral. Mi posición es esta y no va a cambiar". De hecho, frenó en seco cuando podía pasarse de tono: "Jorge es todo bondad y estaba dolido. Perdonad que no siga, sin querer voy a entrar en un terreno que no quiero".
Pero fuera de su perspectiva, está también la de los propios jugadores, que cada uno tiene una opinión y que no hay restricción alguna, como ya confirmó Iñigo, para que la expongan públicamente. Gerard Gumbau fue el encargado de pasar por zona mixta y, también desde un perfil de escasa explosividad, sí habló con claridad de la actuación del colegiado. O, más bien, del arbitraje en general: "Es una acción en la que no tiene que intervenir el VAR. Pero bueno, han decidido esto y para mí se están cargando lo que es la esencia del fútbol. No sé... Poco más tengo que decir".
El centrocampista del Rayo también tuvo que hacer frente al tema de la semana: la posición del Real Madrid con el arbitraje, su comunicado y el runrún que hay alrededor. En este caso, fue más tajante: "Al final son personas también y seguro que cuando pitan saben todo lo que se está hablando, todo lo que se está presionando... Hay que dejar a la gente hacer su trabajo y no entrar en esas polémicas porque al final te terminas cargando el fútbol y lo bonito que es este deporte".