El derbi que sirve de inspiración a la Real: "En el calentamiento dimos mucho valor a que éramos gente de Zubieta"

"Es mi momento más importante en la Real por todo lo que suponía en aquel momento". Luca Sangalli lo tiene claro cuando habla de un partido inolvidable en su etapa como jugador txuri urdin. El ahora futbolista del Málaga se refiere al derbi disputado en San Mamés un 5 de octubre de 2018. El conjunto blanquiazul se impuso por un contundente 1-3 y uno de los protagonistas de esta historia marcó. Los dos otros llevaron la firma de Mikel Oyarzabal. Fue un derbi con muchos paralelismos al que se va a jugar este sábado en San Mamés.

La Real, como sucediera por aquel entonces, viajará a Bilbao con dudas tras haber encadenado en LaLiga tres jornadas consecutivas sin ganar y, lo más importante, acudirá a San Mamés con un gran número de bajas. Imanol Alguacil no podrá contar con los internacionales Take Kubo, Hamarí Traoré y Sadiq Umar, concentrados ya con sus selecciones. Tampoco podrá contar con André Silva, de nuevo lesionado, ni con Momo Cho, traspasado al Niza y que ya no forma parte del plantel blanquiazul. Además, el oriotarra tiene la baja de Alex Remiro, expulsado frente al Alavés. Así las cosas, son muchas las dudas que se ciernen sobre un equipo que, sin embargo, ya sabe lo que es ganar en unas condiciones muy similares. De hecho, en una situación muy similar viajó la Real, entonces entrenada por Asier Garitano, al feudo rojiblanco aquel 5 de octubre de 2018.

En aquella ocasión, el ahora técnico del Tenerife no pudo contar con hasta nueve integrantes del primer plantel. Theo Hernández y Juanmi Jiménez cumplían una sanción de cuatro y tres partidos respectivamente por sus expulsiones frente al Huesca. Merino, Merquelanz, Zaldua, Januzaj y Llorente estaban lesionados. Y a última hora se unió a la lista Willian José que, aunque acabó viajando, se quedó a cero. Así las cosas. Garitano alineó un 'once' compuesto por hasta nueve canteranos (Gorosabel, Elustondo, Kevin Rodrigues, Luca Sangalli, Zubeldia, Pardo, Illarramendi, Oyarzabal y Bautista) acompañados de los veteranos Miguel Ángel Moyá y Raúl Navas.

"Llegamos con bajas y con muchas dudas porque los fichajes no estaban dando el nivel que se esperaba", recuerda Luca Sangalli. "El míster tuvo que tirar de gente de la casa y salvo Raúl (Navas) y Moyá, el resto éramos gente de Zubieta muy joven", ensalza. "En el calentamiento dimos mucho valor a eso, a que éramos gente de Zubieta, que habíamos convivido muchos años juntos, que habíamos jugado ese tipo de partidos muchos años y no sé si nos dio algo de motivación especial, pero desde el principio no les dejamos estar cómodos", rememora el centrocampista, que le da más relevancia al triunfo porque "en aquella época sí que estaban por encima de nosotros". La Real no bajó los brazos pese a que Muniain, "muy pronto" dejó sin valor el tanto inicial de Mikel Oyarzabal. "Nosotros seguimos jugando igual. En la segunda parte continuamos generando, metimos dos goles y conseguimos que apenas nos hicieran daño. Fue un partido muy emotivo", confirma.

El protagonismo de Luca Sangalli fue absoluto en la victoria, ya no solo por su gol, que también, sino porque fue objeto de un penalti que propició el primer gol de los realistas. Iñigo Martínez se llevó por delante al bravo futbolista blanquiazul en una acción que, de primeras, no vio el colegiado Hernández Hernández. Pero sí lo hizo el VAR, que llamó a filas al colegiado canario, al que no le quedó más remedio que decretar pena máxima. Oyarzabal no perdonó desde los once metros. Así las cosas, el videoarbitraje jugó un papel decisivo a favor de la Real y propiciaron las quejas al término del encuentro de Eduardo Berizzo. Por aquel entonces estaban muy frescas en la memoria, por ejemplo, las imágenes del gol que Mateu Lahoz no concedió a Carlos Vela, pese a que el balón había entrado, en el derbi de 2012. Que el VAR podía ser un gran aliado para la Real en un campo en el que muchas veces ha tenido que poner la otra mejilla, era evidente. Tanto como que Iñigo Martínez se confundió y le hizo penalti a Sangalli. Sin VAR, de hecho, no se habría pitado. Gracias a él, la Real se adelantó 0-1.

En el segundo tiempo llegó su otro momento de gloria. Nada más comenzar la segunda mitad, Sangalli acertó a rematar un centro desde la derecha de Igor Zubeldia. La celebración fue por todo lo alto, tal y como recuerda Raúl Navas que, desde su área, corrió raudo y veloz para celebrar junto a sus compañeros un "tanto muy especial". En opinión del futbolista andaluz, "fue una celebración muy bonita porque para un chico de la casa marcarle al Athletic de Bilbao, en San Mamés, imagínate lo que supone. Fue más especial todavía. Nos fuimos todos al córner y allí formamos una piña", relata el ahora futbolista del Recreativo de Huelva. "En San Mamés siempre el Athletic va a ser favorito juegue contra quien juegue, y ganarle de aquella manera, con un equipo tan joven, con tanto canterano, fue muy especial para todos", sostiene el andaluz, que también se acuerda de la fiesta vivida en el viaje de vuelta en autobús.

Se trata de un partido que Navas recuerda, al igual que Sangalli, "con mucho cariño porque no nos daban por favoritos porque íbamos con muchas bajas y había muchos jóvenes, pero ganar de esa manera y venirte con 1-3, no se olvida", reitera el futbolista, que no tuvo que ejercer en aquella ocasión de hermano mayor pese a ser uno de los veteranos: "¿Tranquilizarlos? Para nada. Con Oyarzabal, por ejemplo, no hacía falta. Ese talante nunca hay que tranquilizarlo y menos en un partido así. Está claro que había jugadores jóvenes como es el caso de Luca, pero recuerdo que fue una semana, dentro del vestuario, tranquila. Le quisimos dar sensación de tranquilidad, centrados en lo que teníamos que hacer y el planteamiento, visto lo visto, salió perfecto".

La importancia del triunfo conseguido en San Mamés tuvo una mayor relevancia teniendo en cuenta que el 'once' que alineó de inicio Garitano incluyó nueve canteranos. Con la salvedad de Moyá y Navas, el resto eran ADN Real. Un equipo inicial de circunstancias también por las innumerables bajas con las que llegó el conjunto blanquiazul a la cita más especial de la temporada. Pese a todo, los realistas dieron la cara a pesar de la juventud y falta de experiencia de algunos futbolistas en este tipo de partidos. La media de edad del equipo que salió de inicio en San Mamés es de 25 años, una media que se eleva considerablemente por la presencia en el 'once' de los dos únicos futbolistas no criados en Zubieta como son Moyá (34) y Raúl Navas (30). Del resto, el más veterano era Asier Illarramendi, con 28 años, seguido por Rubén Pardo, otro 'veterano' de tan solo 25. "Éramos un equipo muy joven, todos de casa, que llegaba con muchas dudas a aquel partido. Se dio un partido perfecto en el que conseguimos ganar, en el que metimos todos los goles los de casa. En mi caso conseguí meter el gol, provocar un penalti y para mí es un partido que voy a guardar en la memoria siempre y es el mejor momento que viví allí".

Tanto Luca Sangalli como Raúl Navas muestran su confianza en el plantel blanquiazul pese a las importante bajas con las que contará la Real este sábado en San Mamés. "Ya sabemos que Imanol no tiene ningún problema en tirar de la gente de abajo, confía mucho en la cantera, en el trabajo que se hace en Zubieta y no tiene problemas en poner a chavales si ve que están preparados. Intentaremos que se repita lo que hicimos aquella vez", desea el futbolista, consciente también, del "nivel altísimo" en el que se encuentra el Athletic. "Después de unos años en los que ha estado algo peor, vuelve a estar a un nivel altísimo y va a ser un partidazo. Los últimos derbis están siendo muy atractivos, muy interesantes. Va a ser un derbi espectacular y esperamos que la Real se pueda llevar los tres puntos", anhela Sangalli.

Del mismo pensamiento es su excompañero Navas. "En los últimos años la Real ha demostrado que está un escalón por encima . Este año hay dudas porque el Athletic está haciendo una temporada buenísima. Creo que tienen un entrenador espectacular como Valverde y eso les ha dado ese plus que necesitaban", analiza. Eso sí, para el andaluz, "la Real ya no tiene que demostrar nada porque lo viene haciendo durante mucho tiempo muy bien tanto en el terreno de juego como fuera. La institución ha crecido muchísimo y no tiene nada que demostrar, basarse en hacer su juego, ese juego vistoso que tiene. Apretar arriba y robar la salida de balón del rival y hacer daño".