La renovación de Xavi, en lista de espera

La frenética actividad en la que viene instalado el Barça ha provocado que, hasta ahora, las decisiones más inminentes lo hayan engullido todo. El corto plazo apenas ha dejado tiempo ni espacio para mirar un poco más allá. El parón por el Mundial ha permitido otear el horizonte, donde una cuestión sobresale por encima del resto: Xavi y su cuerpo técnico acaban contrato en junio de 2024.

Tanto el club azulgrana como el egarense son conscientes de que hasta ahora no cobraba sentido sentarse para empezar a tratar una hipotética ampliación. Apenas se cumple un año desde su llegada al banquillo culé y la presente es su primera temporada desde el inicio. El proyecto de Xavi está empezando a caminar y, aunque la confianza en él es máxima, está en el aire el desenlace del curso. Tras caer en la Champions, la Liga se ha convertido en una asignatura indispensable para sacar buena nota.

Tanto el presidente, Joan Laporta, como el propio Xavi han admitido públicamente que el objetivo es ganar títulos. Por lo tanto, resultaría poco coherente tomar decisiones antes de saber si estos se cumplen o no. El propio entrenador es el primero que se autopresiona, pues ha manifestado en varias ocasiones que si no hay conquistas será el primero en plantearse su situación.

La eliminación en Champions y la debacle en el Clásico enrarecieron el ambiente. No solo el externo; también el interno, ya que desde la planta noble del Camp Nou deslizaron su decepción con lo visto ante Inter, Bayern y Real Madrid. No es que esos días fueran una bola de partido en contra para Xavi, pero sí una pelota de break que el egarense salvó con el triunfo en Mestalla en el último suspiro. En el cuerpo técnico le dan infinita importancia a esos tres puntos, ya que el estado de nervios estaba al borde de ser proclamado.

Impulsivo por naturaleza, Laporta digirió con filosofía el KO en Europa. El máximo mandatario culé entiende que todo requiere su tiempo, como sucedió en 2003 con Frank Rijkaard. Tras una primera vuelta mediocre, los azulgranas a punto estuvieron de cantar el alirón. Después, llegarían dos Ligas seguidas y una Champions. Un ejercicio de paciencia aún cobra más sentido si se tiene en cuenta todas las piezas nuevas que incorporó el Barça no hace ni seis meses. Jordi Cruyff, director deportivo, ha tenido protagonismo a la hora de mantener las aguas calmadas.

Más allá de los problemas de fair play, el club acumula una larga lista de tareas antes de abordar la renovación de Xavi. Si todo va según lo previsto, ésta no se tratará hasta final de temporada. Los objetivos más próximos del área deportiva son resolver los casos de Busquets y Balde. El de Badía tiene en mente dar un paso al costado a final de temporada y el club trabaja en busca de su sucesor. Por su parte, se está intentando acelerar la renovación del lateral. Además, hay que crear espacio para el nuevo contrato de Gavi, renovado al alza desde septiembre.

"Creo que Xavi es el primero que conoce el mundo del fútbol. Sobre todo conoce mejor que ninguno de nosotros el Barça y él también públicamente ha dicho que tranquilidad, que estamos a media temporada, que estamos pensando en cubrir los objetivos que soñamos o que queremos cumplir y cuando se tenga que hablar, ya se hablará. Pero a día de hoy, tranquilidad. Obviamente, encantados con él", decía Cruyff en una entrevista reciente a Mundo Deportivo.

Lejos de impacientarse, el cuerpo técnico se centra en trabajar y hacer méritos. Tanto Xavi como su staff tuvieron que ajustarse a nivel económico para poder ser inscritos -los técnicos también impactan en el límite salarial-. Si el conjunto azulgrana logra éxitos de aquí a final de temporada, es posible que deban revisarse algunas de las condiciones pactadas en 2021.