El repaso del Camp Nou refuerza a Ancelotti
Con contrato hasta 2024, la goleada al Barça le carga de razones en medio de la frialdad del club con su futuro.

Las portadas las protagonizarán Benzema y Vinicius, pero quien se cargó de razones fue Ancelotti. El repaso del Real Madrid al Barça en el Clásico de la vuelta de semifinales de Copa volvió a barnizar su figura en un momento en el que la confianza del club en él había menguado. A pesar de haber ganado la pasada Liga y Champions, de su extraordinario palmarés (cuatro Copas de Europa y 24 títulos) y de haber demostrado ser uno de los mejores entrenadores en el manejo del vestuario, siempre levanta la ceja de alguien en el club.
Los tres Clásicos consecutivos perdidos, pinchazos como el del derbi ante el Atleti (1-1) o decisiones que generan desconcierto en las oficinas del Bernabéu como la de insistir en Camavinga como lateral izquierdo aumentaron la desconfianza en el italiano, como ya informó Relevo, y la frialdad con respecto a su futuro. Pudo comprobarlo cuando comunicó que sobre la mesa tenía una oferta de la Confederación Brasileña para dirigir a la selección. No solo no se encontró con un refuerzo en torno a su puesto, sino que hubo quien le dejó caer entre líneas que valorara la oportunidad. Ese ambiente "raro" caló incluso en el vestuario.
"La lluvia fina no la oigo y si la oigo saco un paraguas", declaró el italiano el pasado 10 de marzo, después de caer en la ida de Copa contra el Barça (0-1) y apearse de LaLiga ante el Betis (0-0). Por aquel entonces, del ruido de esos chaparrones también se comenzaban a deslizar nombres como estrategia de posicionamiento. Tampoco extrañaron a Carletto los guiños a los trabajos de Raúl y Arbeloa en la cantera o la aparición de la habitual quiniela de entrenadores para ocupar en banquillo del Real Madrid...
Ancelotti tiene contrato hasta 2024, pero cuenta con demasiadas horas de vuelo en esto del fútbol como para no ser consciente de que su futuro no está sujeto a un papel, sino a los resultados. Estos, en un club como el Real Madrid, se traducen en una palabra: títulos. Por eso, ya no asegura que se vaya a retirar de los banquillos cuando acabe su etapa en Chamartín. Porque Brasil le espera. Por eso, la goleada del Camp Nou ha supuesto un refuerzo para el entrenador.
"¿Reivindicarme de qué?"
Su once en Barcelona, con Camavinga de '3' y sin un recuperador nato en el once (Tchouameni se quedó en el banquillo) levantó algún recelo. El desenlace y cómo se acudió a él vuelven a subir su aval. "¿Reivindicarme de qué?", se preguntó irónicamente en la sala de prensa, con el triunfo en el bolsillo. Con la Liga a 12 puntos, estar a un partido de ganar la Copa después de exhibirse en Barcelona le ha dado argumentos de defensa. Además, en Champions, la competición que sacia la sed de este club, el equipo impone tras bailar también al Liverpool.
El italiano nunca ha alzado la voz, ni públicamente ni de forma privada. No lo hará porque su agradecimiento a Florentino Pérez y José Ángel Sánchez por facilitar su vuelta a Chamartín está por encima de cualquier otra cosa. Por eso, asume con profesionalidad que incluso se hayan celebrado reuniones para tratar asuntos de futuro del equipo y él no haya estado presente. Es un hombre de club y siempre deja patente su lealtad.
"Si el Madrid quiere yo firmo hasta 2034", declaró después del 6-0 al Valladolid. Si alza la Copa y la Champions, y con Brasil de fondo, Ancelotti se ganaría el derecho de decidir. Otro escenario permitiría al Madrid pactar con Carletto una salida caballerosa de mutuo acuerdo para que se incorpore a la canarinha. Él, antes que escuchar ofertas, prefiere agotar su contrato y retirarse en el Bernabéu por todo lo alto. "No me iré de aquí hasta que me echen", ha repetido en más de una ocasión en sala de prensa. El Camp Nou le ha reforzado, pero serán las notas finales la que escriban su futuro.