El resurgir de Isco Alarcón en un fútbol que no mira a los mediapuntas
El malagueño se reivindica en un Betis que le tiene como epicentro creativo.
Los tiempos del 10 hace mucho que pasaron a mejor época. Hubo un tiempo en el que el Real Madrid juntaba en un mismo equipo tanto a Isco Alarcón como a James Rodríguez, dos de los grandes mediapuntas de la última década, en un equipo repleto de talento que regalaba a esos futbolistas sus mejores zonas de acción. En 2022, cuando ambos debieron estar en la cúspide de sus carreras, se encontraban sin equipo, buscando un espacio que se les había cerrado, negándoles un talento que siempre habían tenido: con eso no basta, les decía el fútbol. Isco Alarcón, lejos de aceptar una realidad que no escapaba a nadie, la ha surfeado.
En 2018, Isco estaba en la cresta de la ola. Con Iniesta claudicando, el malagueño tenía que asumir ese hueco enorme que dejaba el manchego en cuanto a creatividad, personalidad y capacidad de abrir nuevas puertas. El Mundial de Rusia, que empezó con las cartas marcadas, confirmó el principio del fin para Isco Alarcón. Del cielo al infierno. De niño prodigio a jugador ignorado. Hasta que llegó el entrenador que le hizo dar su primer gran salto, un Manuel Pellegrini al que le bastaron dos minutos en el teléfono con Isco para saber que el malagueño estaba más que preparado para el reto. El fútbol no miente casi nunca, y Alarcón se planta al derbi como uno de los grandes jugadores de LaLiga.
El jugador del Betis está siendo un seguro de vida para Pellegrini. Ha disputado los 15 partidos oficiales, 14 de ellos como titular y rebasando la hora de partido como mínimo, números que muestran no solo la importancia capital de Isco, sino su buen momento de forma a nivel físico, algo que se cuestionó cuando el jugador estuvo un tiempo entrenando solo, tras su mala experiencia en el Sevilla. "Los datos físicos de Isco son buenísimos. No dudé cuando hablé con él", contó Pellegrini en rueda de prensa.
Para un Betis que ha perdido a Sergio Canales y que llevaba tiempo sin Fekir, ahora ya disponible tras su lesión de rodilla, Isco fue el hilo que unió al equipo en cada fase del juego. Con total libertad para aparecer allí donde le plazca, Pellegrini le ha brindado un escenario mucho más propicio para su juego que el Sevilla. Guido y Roca por detrás, asegurando pases para que Alarcón no tenga que bajar por obligación y sí por vocación, llenando de esta forma su necesidad de participar constantemente. Está dando 10 pases más por partido (de 38 a 48) que la pasada temporada, y su influencia en el Betis es total, ya que es el futbolista del equipo no solo que más veces ayuda a progresar a su equipo hasta el último tercio (7,7 veces por encuentro), sino el segundo que más goles y asistencias esperadas genera, 0,40.
Isco es el jugador del Betis que más balones está recibiendo entre líneas (9,3), lo que indica que su presencia en esa zona está más que asegurada, dándole al Betis mucho dinamismo en campo contrario. La irrupción de Assane Diao en el perfil diestro le ha dado a Isco, y en consecuencia a Pellegrini, una amenaza al espacio que antes no tenía, abriendo más opciones por dentro para que Roca, Ayoze e Isco se asocien.
Ante el Mallorca, Isco fue clave dando los dos penúltimos pases en ambos goles. Esos envíos suelen estar muy infravalorados porque no aparecen en ninguna estadística, pero son los que permiten al equipo tener opción de dar el último pase. Con jugadores como Miranda, que ataca tan bien esa profundidad, las virtudes de Isco relucen el doble y su nivel se pone de relieve. El andaluz ha cosechado 8 MVP's de LaLiga en las primeras 12 jornadas, y como en la última jornada, Isco no necesita marcar o asistir para ser el mejor. Su juego habla por él.
De entre todos los jugadores de las 5 grandes Ligas, solo hay dos futbolistas que sumen más de 35 ocasiones generadas, 20 regates completados y 9 pases al espacio. Uno es Romain del Castillo, jugador del Brest, y el otro es Isco Alarcón. El malagueño suma 36 ocasiones creadas (solo superado por las 40 de Iago Aspas), 9 balones en profundidad y 22 regates buenos. Mirando los números, aquellos que durante mucho tiempo señalaron a Isco desterrándole de allí donde su talento le permitía estar, son los que avalan su regreso.
El Betis es un escenario ideal para el malagueño, porque le brinda muchas más recepciones en zonas favorables para él que su anterior aventura en el Sevilla. Isco está tocando, según datos de StatsBomb, un 5% menos de balones en el tercio defensivo respecto al pasado curso, un 3% menos en la zona central del terreno de juego y un 8% más en el último tercio del campo, lo que indica que Isco recibe muchas más veces que en el Sevilla en la altura en la que puede ser más decisivo para su equipo.