El gol de Rüdiger que provocó un caos en las taquillas de Montjuic

Todo cambió sin saberlo cuando Rüdiger, cerca de la medianoche del pasado miércoles, marcó el quinto y último lanzamiento de la tanda de penaltis en el Etihad Stadium ante el Manchester City que clasificó al Real Madrid para las semifinales de la Champions. Sin ser consciente en aquel momento de locura colectiva, Antonio provocó un caos en las taquillas del Lluís Companys. Horas después, la Liga modificaría más de la mitad de la jornada 33 en un efecto dominó que -entre otros- afectó al Barcelona - Valencia. El partido debía jugarse este sábado a las 14:00 horas, y se movió al lunes a las 21:00 horas.

El Madrid pidió al ente federativo el cambio de su partido ante la Real Sociedad para tener más tiempo para preparar la ida ante el Bayern de Múnich del martes 30 de abril. La Liga aceptó y para que los blancos tuvieran más descansó desplazaron el partido en el Reale Arena previsto para el sábado 27, al viernes 26.

En el Barça no ha gustado ese cambio. Entienden que les perjudica en lo deportivo, aunque tras el tropiezo ante el Real Madrid menos, pero sobre todo a nivel económico. Las taquillas del Estadio Olímpico se resentirán seguro y en el club se prevé una asistencia por debajo de lo esperado inicialmente. "No es lo mismo jugar el sábado al mediodía en un horario que permite a todos los públicos disfrutar del partido, que en un día laborable y por la noche", cuentan desde el club a Relevo, que temen una afluencia baja ante el Valencia. "No tenemos ningún inconveniente en que cambien el partido del Madrid, pero no entendemos que hayan cambiado el nuestro", añaden.

El derrota en el Clásico deja la Liga para el Barça "casi imposible" tal y como dijo Xavi, y desde la entidad azulgrana reconocen que eso ha rebajado la tensión que se pudiera haber originado en caso de haber ganado en el Bernabéu. En el vestuario consideran importante jugar antes que el Madrid para recortarle puntos y meterle presión en caso de victoria.

El club había vendido las 323 entradas que tenía disponibles. Posteriormente, se decidió por ofrecer a esos aficionados el viaje gratuito en autobús a Barcelona o devolver las entradas. Cerca de un centenar optaron por la devolución, pero poco después de volverlas a poner en taquilla se vendieron rápidamente. A nivel económico, el club tendrá que asumir el coste de los autobuses.

A partir de ahí, el cambio de horario en el Valencia no sentó bien. Así lo expresó su entrenador Rubén Baraja. "Hay cosas que no se pueden entender. Son situaciones muy mejorables y los grandes damnificados son los aficionados". A pesar de ello, el valencianismo, en una muestra de su compromiso, no dejará a su equipo solo en Montjuïc en la pelea por meterse en Europa a pesar de los problemas logísticos que ha supuesto el cambio de día y hora.