REAL MADRID

El salami y el descenso del Dépor explican al todoterreno Fede Valverde: "Es una mancha imborrable, sufrí mucho"

El centrocampista charrúa del Real Madrid concedió una extensa entrevista a L'Equipe.

Fede Valverde, durante un entrenamiento del Dépor./DÉPOR
Fede Valverde, durante un entrenamiento del Dépor. DÉPOR
June Lavín

June Lavín

Fede Valverde (26 años) se ha convertido en una de las piedras angulares del Real Madrid y, también, de la selección uruguaya, todavía inmersa en un cruce de declaraciones constante que ya ha salpicado a su técnico, Marcelo Bielsa, y a varios jugadores. Sin embargo, el centrocampista charrúa hace oídos sordos a cualquier tipo de polémica (ya se pronunció en su momento) y repasa su carrera en una extensa entrevista al medio de comunicación francés L'Equipe. En ella, habla sobre sus inicios en Peñarol, su desembarco en Valdebebas, su cesión en el Dépor y sus principales áreas de mejora, cada vez capaz de rendir en más posiciones y contextos. "Siempre he sido muy tímido. Incluso creo que todavía lo soy, pero he madurado gracias al nacimiento de mis hijos", anticipa el 8 blanco.

Centrado en disfrutar y no tanto en tener en el fútbol una prioridad, Valverde recuerda los momentos de su infancia que le hicieron feliz: "Siempre me ha apasionado más o menos el fútbol, pero los mejores momentos de mi infancia fueron las salidas después del fútbol, las risas con los amigos y, por ende, los bocadillos de salami".

En la temporada 206-17, dejó Peñarol para enfundarse por primera vez la zamarra blanca. Pero el acuerdo se produjo la temporada anterior, pendiente de cristalizar en cuanto el charrúa cumpliese la mayoría de edad. "Me pidieron que fuera a su habitación. Al ver sus caras, supe que algo estaba pasando. Nunca había visto llorar a mi padre. Verlos así fue conmovedor. Pero, para ser honesto, me preguntaba si no sería una broma", recuerda sobre el interés inicial del Real Madrid.

El uruguayo llegó a La Fábrica como segundo delantero (partía como falso 9), pudiendo jugar también como mediapunta ("nunca pensé que mejoraría tanto defensivamente"), y, ahora, se ha consolidado como un centrocampista todoterreno capaz de rendir en cualquier demarcación, desde extremo hasta pivote. Precisamente sus condiciones físicas, sumadas a un gran instinto goleador (anotó varios goles en su primer curso en el Castilla) llevaron al Dépor a interesarse en él. Valverde llegó cedido al cuadro gallego y, aunque deportivamente no salió como esperaba (el equipo descendió), supo aprovechar su etapa a préstamo: "Caímos. Nunca pensé que terminaría así teniendo en cuenta los jugadores que teníamos. Fue feo pero me hizo crecer. Algunos debieron pensar que me daba igual, que iba a volver tranquilamente al Real Madrid. Es una mancha imborrable".

"Lopetegui me llamó para decirme que volviera... Fue una alegría inmensa"

Con la posibilidad de quedarse en el Dépor pese al descenso, la llamada de Julen Lopetegui le abrió las puertas, de nuevo, del Real Madrid: "Me llamó para decirme que quería que volviera para hacer la pretemporada. No voy a mentir, fue una alegría increíble. Y una mezcla de sentimientos, de hecho, porque no había digerido el descenso. Pero ahora, mi mayor sueño estaba a punto de hacerse realidad...". Desde su llegada al primer equipo blanco, Valverde ha ido quemando etapas y convirtiéndose en uno de los líderes, tanto dentro como fuera del campo.

El centrocampista uruguayo considera "parecidos" a Zidane y Ancelotti, dos de los técnicos más importantes en su carrera ("son dos entrenadores que conocen a la perfección a cada jugador que dirigen"). Del técnico francés, que le otorgó a Valverde un rol determinante, asegura: "Siempre lo admiré como jugador, como una leyenda del juego... Pero luego se convirtió en padre. Al menos así lo vi yo. Siempre estuvo atento a mí, a mi familia... Y eso es lo que más aprecié de él". Del entrenador italiano, añade: "Es la misma manera de ver el fútbol, hablar de él con nosotros y transmitirnos planes".

Por último, aprovecha para poner en valor a su familia: primero, a su mujer Mina, de quien se deshace en elogios a la hora de analizar cómo le ayuda a ser mejor ("ella me dio confianza y si hoy puedo sacar un poco el pecho en el campo y ser quien soy fuera de él, es gracias a ella"); después, subraya la importancia que jugaron sus padres a la hora de mantenerle los pies en la tierra ("mis padres me ayudaron a hacerlo lo mejor que pude, a comprender lo que este nuevo mundo nos ofrecía, a mantener la calma"). Y se queda con un consejo que le dio Casemiro: "¿Cuántas veces me dijo que trabajara? También me dijo que disfrutara del Real Madrid. Me advirtió 'no siempre somos conscientes de ello pero todos los ciclos llegan a su fin', y es una manera de decir que había que aprovechar el máximo cada día en Valdebebas".