Método Sampaoli, entre el fútbol-tenis y los cafés con jugadores en los bares de Montequinto
Ni las importantes ausencias por lesión o sanción, ni los momentos complicados que ha pasado el Sevilla cambian la forma que tiene el argentino de interpretar el fútbol.

Ha sido una semana muy complicada para el Sevilla como club. La derrota ante Osasuna, que cortaba una excelente racha de resultados en el Ramón Sánchez-Pizjuán, o la abultada ante el Atlético, que lo metía otra vez en el pozo, presagiaban una nueva caída que acabaría arrastrando al actual cuerpo técnico encabezado por Jorge Sampaoli. Los partidos ante en el Fenerbahçe, en la Europa League, y ante el Almería en Liga, eran una prueba definitiva para que la entidad decidiera buscar un nuevo inquilino en el banquillo. Con sufrimiento, como ayer, o con algo más de brillantez, como el segundo tiempo ante los turcos, pero el argentino ha sacado dos victorias que le permiten ganar una bola extra ante del parón.
Jorge Sampaoli decidió apostar por su regreso por un acontecimiento muy concreto: lo abrupta que fue su salida. En un gran año con el Sevilla, el argentino coqueteó hasta que cerró su incorporación con la selección argentina, su gran sueño cuando comenzó su carrera como entrenador en su tierra natal, Casilda. Eso lo enemistó con parte de la grada, que vio un descenso en los resultados del equipo y lo achacó, entre otras cosas, a que la cabeza del entrenador ya no estaba en el banquillo de Nervión.
"Yo creo que Jorge es un entrenador muy de fútbol. Utiliza pocas herramientas fuera del fútbol. Cree que la motivación es el juego mismo. Que se mejora trabajando. Muchas horas de trabajo, de trabajo grupal y de trabajo individual. Lo otro, lo que sea motivacional, me parece que parte de su personalidad. Porque es un tipo gracioso, intenso y divertido", comenta a Relevo gente de su entorno. Su idea de juego no se negocia: marcar pautas para atacar (la posición, encontrar los espacios, mucho pase para adelante, tratar de girar siempre de lado a lado) y para defender (línea de 5 defensores, 4 volantes y presión en el modo de encerrar rivales más que de intentar robar).
La metodología de trabajo se sigue repitiendo desde hace muchos años: jornadas de vídeo, cortas, no superiores a 15 ó 20 minutos, nada de mostrar partidos enteros y siempre orientadas a lo que luego se va a trabajar en el campo. Por ejemplo, si se proyectan jugadas que corresponden a la organización defensiva, después en el césped mucho trabajo sobre ella. Al margen de lo colectivo, se realizan muchas charlas de video también individual o subgrupal. En esta faceta tiene un papel relevante Pablo Fernández, expreparador físico de Eduardo Berizzo al que Sampaoli reclutó para llevárselo al Atlético Mineiro.
Muchos de los que han trabajado con él destacan su fortaleza para mantenerse frío tanto en las rachas positivas como en los malos momentos que le ha tocado afrontar junto a sus respectivos cuerpos técnicos. "Pienso que una de las claves de su éxito, es que Jorge no vive el día a día con el dramatismo que traía el equipo. En ese sentido, se percibe que a los futbolistas a veces les sorprende que no se asuste ante nada. Habla de juego estando abajo de la tabla. Es su personalidad y eso termina siendo importante para el grupo. No es un entrenador que se obsesione con las cosas que pasan fuera del terreno de juego. No le importa qué hacen sus jugadores, no los obliga a almorzar en el club, no los tiene presos. Él es muy exigente con el juego y esa es su obsesión", nos explican.
En esa empatía con el futbolista, con llegar a él, con no someterlo a más estrés del necesario cuando la situación es difícil, sus charlas suelen ser diferentes. En esta nueva etapa como sevillista, y antes de esta semana dificilísima tras Osasuna y Atlético, el Sevilla tuvo dos partidos que frustraron por imagen y resultados a plantilla, dirigentes y aficionados: Girona y Barcelona. "Todos esperábamos una charla dura, con reproches. Sampaoli junto a Diogo Meschine, su ayudante, preparó una charla en la que individualmente le ofrecía al futbolista herramientas y soluciones para no cometer errores individuales. También en lo colectivo. Así ocurrió por ejemplo con Nianzou".
Sampaoli es un obsesionado del fútbol-tenis. Suele jugar con sus jugadores y son sonadas las disputas por conseguir ganar. Algunos como Tecatito o los canteranos Carlos Álvarez o Manu Bueno han caído en sus redes. "No puede desconectar del trabajo. Se lo lleva a casa o allá donde esté". En alguna ocasión algunos de sus jugadores lo han comprobado. Y es que a más de uno lo ha cogido tomando café en alguno de los bares que hay por Montequinto (allí viven la mayoría) y los ha sometido a una larga charla sobre el juego. El argentino confía en su esencia. Los sevillistas necesitan que acierte en sus decisiones. Habrá que esperar para ver cómo termina este reencuentro del de Casilda con el Sevilla.