Sancet pone a San Mamés a sus pies

Oihan Sancet está de vuelta y el Athletic Club lo celebra por todo lo alto. Con él es todo más fácil, más bonito y más divertido. Con él, el Athletic es mucho mejor equipo. Lo volvió a demostrar con una exhibición que se recordará durante años, no solo por el hat-trick que anotó para sentenciar al Girona y sumar tres puntos claves, sino por la incidencia que tiene en cada acción del juego. El navarro fue la guinda de una tarde perfecta para los rojiblancos, que vuelven a la senda del triunfo para dar un golpe sobre la mesa y demostrando una vez más que son el mejor equipo fuera de los tres gigantes.

Con 44 puntos, los rojiblancos siguen asentados en la zona Champions, abriendo hueco con sus perseguidores. Una victoria clave para recuperar sensaciones después de dos empates consecutivos y, sobre todo, olvidar que se estaban escapando encuentros en San Mamés. Esta sí fue la mejor versión rojiblanca y en estos días es prácticamente imposible superarle. El Girona fue un juguete en manos de los bilbaínos.

Ni siquiera el clima que se respira en San Mamés, con huelgas a medias y conflictos entre diferentes sectores del estadio, afectó a los jugadores. Sabían de la importancia de la victoria y lo demostraron desde el comienzo, más allá de unos primeros minutos de tanteo. Era el día de Sancet, sin olvidar a Berenguer, que se puso el traje de superhéroe como lleva haciéndolo varios meses. Cuando no está Sancet, Berenguer brilla por dentro y se convierte en un diez. Cuando no está el menor de los hermanos Williams, hace de extremo regateador. De lo que quieras. Está en un momento de confianza que puede jugar de lo que se le necesite y, lo mejor, lo hará bien.

De sus pies nacieron las mejores ocasiones de la primera mitad. Pegado a la banda y también apareciendo por dentro, encontrando en Sancet a su mejor socio. Entre los dos navarros volvieron locos a un Girona que intentó presionar e imponer su ritmo pero que fue incapaz de superar la presión de Beñat Prados -cómo disfruta estos encuentros- y de Mikel Jauregizar. Y cuando el Athletic consigue robar y meter a todo su equipo en campo contrario, es cuestión de tiempo que caigan los goles.

Más aún si Sancet está en modo 'jugón'. Las lesiones le han hecho perderse varios encuentros este año, pero el navarro suma ya once goles en LaLiga y es el quinto máximo goleador del campeonato. Y lo ha hecho en 19 encuentros. Una barbaridad que evidencia su importancia en el equipo, que sin él cayó en la Supercopa y en la Copa del Rey. Ha regresado con fuerza, anotando en el Benito Villamarín el gol del empate y volviendo a ser clave frente el Girona con tres goles.

Oihan, de hecho, fue el primero en avisar, con un remate que se marchó alto. Llegaría después la exhibición de Gazzaniga, sacando un remate de Iñaki Williams que parecía el primero de la tarde y también un cabezazo de De Marcos. La sombra del argentino, que detuvo tres penaltis en la primera vuelta a los bilbaínos, aparecía en San Mamés. Más aún cuando el colegiado señaló el punto de penalti tras la revisión del VAR por una falta sobre Jauregizar. Había que volver a ponerse delante del portero. Sancet no lo dudó, asumió la responsabilidad y lo lanzó a la escuadra para evitar el vuelo de Gazza.

Fueron unos minutos de asedio rojiblanco. Berenguer regateó en una baldosa dentro del área y encontró a Sancet para prácticamente sentenciar el partido antes del descanso. Incluso Iñaki pudo ampliar el marcador y redondear la fiesta un minuto después, pero su fuerte disparo se marchó desviado. Poco importaba. San Mamés, más allá de la crispación que existe por el sentir diferente de los aficionados, disfrutó cantando al unísono para celebrar que este equipo sigue dando pasos firmes rumbo a la Champions League.

El Girona fue incapaz de reaccionar en el comienzo del segundo tiempo. Dominaba la posesión, pero el peligro era todo bilbaíno. Unai Simón prácticamente no tuvo que intervenir y el conjunto del Txingurri se centró en aprovechar las transiciones para intentar 'matar' el choque. Faltaba ritmo y tensión... hasta que debutó Maroan Sannadi.

El nuevo fichaje rojiblanco ha despertado mucha ilusión en el entorno rojiblanco, sin importar que sea un jugador que llega desde la Primera Federación. El público le ha convertido en nuevo ídolo por el carisma que desprende y esa hambre que tiene por estar ante la oportunidad de su vida. En cuanto Valverde le llamó, el estadio se puso en pie. Llegaba la gran ovación de la tarde: Guruzeta, muy aplaudido, dejó su sitio al delantero alavés y San Mamés se cayó para recibirle.

Su salida volvió a conectar al Athletic gracias al ímpetu que contagia. Luchó con Juanpe dos acciones consecutivas y a la tercera le sacó la amarilla tras un control que dejó a Sancet solo ante Gazzaniga. Las siguientes acciones, con una demostración de calidad y técnica, impresionaron a San Mamés. Un 'tanque' con velocidad en las piernas para hacer bicicletas y buscar disparos. La gente estaba entregada, cuando llegó el tercero de Oihan Sancet, recordando a todos que es el mejor. Un fuera de serie.

La tarde la redondeó el segundo debut del día. Endika Buján, un joven extremo zurdo, cumplió el sueño de todo futbolista vizcaíno saltando a San Mamés. Sale todo bien. Imposible que la ilusión no desborde Bilbao en un año en el que caminan firmes rumbo a la Champions League mientras se relamen pensando en los octavos de final de la Europa League. Por el momento, disfrutemos cada segundo que podamos del Athletic de Oihan Sancet.