La sentencia contra Lopera, una cuestión moral y en memoria de Hugo Galera
La decisión del Tribunal Supremo conocida esta semana respalda esa persecución de la verdad hasta el final que lideró el fallecido expresidente del Betis.

"Es un tema de principios y valores. Me alegra por la memoria de mi padre". Así expresa su alegría Francisco Galera, uno de los principales accionistas del Betis, tras conocer esta semana la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Lopera. 15 años después de su primera denuncia penal, los juzgados le otorgan la razón a Béticos por el Villamarín, esa plataforma que contó con el Catedrático de Anatomía Patológica Hugo Galera como alma máter, y que inició la lucha contra la gestión de Manuel Ruiz de Lopera. Juzgado de lo Mercantil, Audiencia Provincial y ahora el Tribunal Supremo han ido afirmando que el entonces máximo dirigente del Betis no pagó por 36.869 acciones con las que gobernó la entidad desde 1992 hasta 2010.
"No pagó nada, ni antes ni después. No se podía dejar pasar que tomase el pelo a todos. Fue una farsa y una pantomima", señala Galera, sobre esa motivación que llevó a su familia a perseguir la verdad hasta el final. "Esta sentencia del Supremo ha dejado claro que todo lo que se hizo de darle dinero a Lopera y Oliver no se tenía que haber hecho nunca. Se hizo en aras de una paz social en unos tiempos en los que ya no había guerra", indica Emilio Soto para criticar ese pacto de 2017 que llenó los bolsillos de los anteriores dirigentes y que originó el actual panorama accionarial de la entidad heliopolitana.
Las consecuencias en la actual gobernabilidad del Betis serán nulas, después de aquel pacto por el que Lopera vendió todas sus acciones -ese paquete en litigio y también la mayor parte del resto que poseía- junto con Luis Oliver, que apareció en medio de aquella madeja, y por el que acabaron recibiendo una contraprestación del Betis por encima de los 17 millones de euros. Incluso hoy todavía Lopera debe recibir cuatro millones, que entonces quedaron suspendidos al recurrir hasta una última instancia que le ha vuelto a denegar sus peticiones.
"No nos dejamos vencer. Estábamos convencidos de que esto era así. Yo nunca me quise sentar en una mesa con Lopera, sabía lo que acabaría haciendo", asegura Manuel Serrano, que asumió la dirección jurídica del caso tras la renuncia que implicó el pacto de 2017. "Aquello fue vergonzoso. Era un caso muy claro. Nos quedamos solos a pecho descubierto, pero ahora estamos contentos. Estuvimos sometidos a la dictadura de Lopera sin que hubiera puesto un duro", añade. De los 17 accionistas que acudieron inicialmente al Juzgado de lo Mercantil, únicamente cinco -Francisco Galera, Manuel Serrano, Emilio Soto, Juan Luis Periáñez y José Manuel Serans- continuaron en busca de la verdad judicial, al no estar de acuerdo con aquel pacto que sacaba a Lopera del Betis a cambio de dinero por unas acciones que nunca abonó.
La memoria de Hugo Galera -fallecido en 2020- siempre estuvo presente en esa lucha que encabezó contra Lopera, ante esa afrenta que siempre le supuso haber compartido su entrada en el Betis. "Era una deuda personal o moral, aunque a él no le hacía falta ver este resultado final, ya había disfrutado con el camino", indica Francisco, uno de los herederos del profesor. "Con esa sentencia se confirma algo que ya sabíamos. Que Lopera gobernó el Betis 18 años sin poner nada", agrega.
Todos confían en que esta sentencia suponga también una enseñanza dentro de la historia. "Siempre habrá béticos dispuestos a salvaguardar la integridad del Betis cuando se vea que las cosas no se hacen bien", afirma Soto, lo que también puede servir como advertencia para el futuro. Lopera ya es historia en el Betis y seguro que al profesor Galera le ha salido estos días algún comentario socarrón desde el cielo.