FC BARCELONA

El torbellino emocional de Vitor Roque con 19 años es un riesgo: "Es volver apaleado... Hay que ir con cuidado, son personas"

El delantero brasileño pone fin a sus 14 meses en España en los que ha sufrido memes y no ha podido cumplir su sueño.

Vitor Roque, con la camiseta del Betis, en un encuentro de esta temporada. /GETTY
Vitor Roque, con la camiseta del Betis, en un encuentro de esta temporada. GETTY
Alberto Martínez
Samuel Silva

Alberto Martínez y Samuel Silva

En diciembre de 2023, Vitor Roque, quien ya era jugador del FC Barcelona, acabó su ciclo en el Atlético Paranaense, se marchó de luna de miel y después viajó a la ciudad condal para incorporarse al club catalán. Su llegada se había adelantado seis meses por la lesión de Gavi, que liberaba espacio en el límite salarial, y el director deportivo, Deco, principal valedor de la contratación, quiso aprovechar este resquicio para reforzar la delantera. Su contratación fue sorprendente porque, en pleno noviembre, una fuente de la entidad azulgrana le dijo a este medio que "vendrá en verano, si llega en enero con todo en juego y a su edad, eso sería matarlo". Una premonición que se acabó cumpliendo.

14 meses después de aquel episodio, Roque se vuelve a Brasil. Y lo hace después de una pesadilla sin haber cumplido los 20 años en la que se han mezclado memes, la separación de su mujer, la cesión al Betis y el enredo de su venta al Palmeiras, que finalmente ha fructificado con LaLiga, la RFEF, la FIFA, el Barça y el Betis de por medio. "Llegó como estrella y se puede volver apaleado. Hay que ir con cuidado, son personas antes que futbolistas", explica una psicóloga deportiva acostumbrada a tratar con jóvenes jugadores.

Porque no hay que obviar que Vitor Roque tiene apenas 19 años - el viernes celebra 20- y, aunque en Brasil tenía la etiqueta de promesa y ya jugaba en la liga profesional, su viaje a España estaba envuelto en el riesgo emocional de un chico que "cambia de país, de cultura, de idioma, de entorno, incluso de estilo futbolístico, y eso requiere adaptación, pero además debe tener rendimiento... El entorno es importante, no hay sustento", añade la psicóloga. El torbellino emocional en el caso del brasileño es elevado, lo que requiere que "esto no acaba en si se va, hay que ayudarle, debe sentirse querido, acompañado, es importante trabajar con él en un entorno de seguridad y con apoyo psicológico".

Una llegada por todo lo alto: los rondos, las lágrimas y los memes

La llegada de Roque al Barça fue por todo lo alto. Con el recuerdo de jugadores brasileños que triunfaron en el club y con los últimos ejemplos de Vinicius y Rodrygo en el Real Madrid, desde el primer momento desde la entidad hablaron del delantero, representando por André Cury, como de una futura estrella de Brasil. Y esas expectativas pronto empezaron a evaporarse. "Uno necesita siempre un período de adaptación, y a Roque se le exigió desde el principio. Le han hecho daño, lo ha pasado mal y eso duele", explicaron desde su entorno.

Con la imposibilidad de ser el delantero del Barça por la ascendencia de Lewandowski, Roque se topó primero con las prioridades de Xavi Hernández, que prefería un centrocampista porque consideraba que esa era la necesidad del equipo. El nivel de Roque en los entrenamientos tampoco le hizo cambiar de opinión, y según fuentes del vestuario, el futbolista tardó en adaptarse: pasaba, por ejemplo, mucho tiempo en medio de los rondos, lo que despertó gracias. El brasileño acabó alguna vez llorando y no llevaba demasiado bien lo de no jugar. Apenas participó 353 minutos en todo el curso y se acabó convirtiendo en un problema y en una arma arrojadiza contra la política deportiva del club. Hasta Deco, en una entrevista a Mundo Deportivo una vez ya pasó todo, comentó que "desde que conozco el Barça no me acuerdo de un ataque tan feo y tan fuerte a un chaval de 18 años. No sé de dónde ha venido, no sé si es un ataque a mí o al club, pero se le atacó con maldad, se le atacó muy fuerte, sin ningún sentido, sin ninguna razón".

Entre medio, su representante, André Cury, quien había trabajado antes para la entidad azulgrana y quien participó en la operación de Neymar al PSG, dijo públicamente que lo mejor era que Roque saliera traspasado, pero el Barça no podía permitirse el lujo de echar por tierra una operación de 31 millones, por lo que apareció el Betis, y todo parecía ir encaminado a que en esta ocasión el brasileño iba a encontrar su hábitat con Manuel Pellegrini.

La tristeza, su superación y la denuncia entre Víctor Font y Deco

A las primeras semanas, el futbolista dio una entrevista en Canal Sur y, entre bambalinas, se mostró muy esquivo al hablar del Barcelona y de todo lo que había sucedido en esa corta etapa. Había tenido incluso que cerrar las redes sociales por los memes que aparecieron en una entidad con millones de seguidores por el mundo y donde todo se vive exponencialmente. Recibido en Sevilla con grandes ovaciones, arropado por el vestuario -Marc Bartra hizo más de cicerone-, pronto empezó a estar más discutido cuando dejó de meter goles.

El Betis tiene una exigencia también alta y el club recientemente fichó a Cucho Hernández, marcándole el camino de salida en verano a Roque, cedido dos años pero con una cláusula para liberarlo el primer año. Siempre tímido, con un cierto aire de tristeza, en enero su mujer anunció en redes su separación y pocas semanas después ya salió la oferta del Palmeiras. A Roque, que ha tenido oportunidades en la Conference League, se le ha visto ansioso en el césped.

Y, entre medio, los ecos que llegaban desde Barcelona. Víctor Font, el candidato a la presidencia que perdió en 2021 con Laporta, insinuó que Deco ya había ofrecido a Roque al Barça cuando no era director deportivo y que podía tener intereses. El director deportivo anunció que demandaría por calumnias al empresario. Y Roque a 900 kilómetros de distancia viendo como seguía siendo foco de conflicto y como de nuevo se manchaba su imagen de futbolista.

El jugador dice que solo quiere jugar a fútbol. Han pasado 14 meses desde su llegada y, como aventuraron algunas voces en el Barça, "llegar en enero, sería matarlo". Ahora coge el billete de vuelta definitivo.