El Sevilla se ahoga en su propio charco y se mete de pleno en la lucha por el descenso... ante un Alavés que no entrega la cuchara
Ni Caparrós levantó la incapacidad hispalense para generar buen juego. Peque y Kike García, los goleadores en un día complicadísimo en Nervión.
Tarde de fútbol. Pero también de guerra social. La previa del Sevilla-Alavés estuvo marcada por la manifestación, otra semana más, de la afición nervionense en contra de su directiva, llegando a tirar billetes con la cara de José María del Nido Carrasco y el término 'Okupas' en el minuto 20 de un partido que dio mucho juego. Goles, tensión, intensidad... y la permanencia en juego. Sí. Otro año más, el descenso revoloteaba el Sánchez-Pizjuán a falta de siete partidos.
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El balón echó a rodar y Caparrós ya sintió el calor de su gente del Gol Norte. Su nombre fue coreado y él lo devolvió con su clásico 'abrazo a la distancia'. Rápidamente, el efecto del utrerano se notó sobre el terreno de juego: gol de Peque, que salió de titular en la doble punta, tal y como había ensayado esta semana. La asistencia, de un Agoumé que se afianzó como el mejor futbolista del Sevilla durante la primera mitad. Las cosas del fútbol.
Pero todo quedó ahí. Porque la eficiencia de Isaac en la portería contraria continuó siendo la misma: nula. Y el Alavés aprovechó para, sin hacer demasiado, acampar en campo contrario. Mucho protagonismo de Joan Jordán, que elaboró cada jugada ofensiva de los babazorros... y tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. El Sevilla cuajó unos pobres últimos minutos, y sumado a una defensa blandita en las segundas jugadas, Kike García igualó el duelo en el último minuto. Otra vez en el descuento. Otra vez sin tiempo para reaccionar... y con el Sánchez-Pizjuán despidiendo a su equipo con una sonora pitada.
Pero si el final de la primera le parecía mala a las gradas nervionenses, la segunda fue terrorífica. Un equipo sin alma, sin fútbol y perdido en el campo cedió metros a un Deportivo Alavés que le faltó únicamente creérselo. El Sevilla no construyó ni una jugada elaborada hasta que saltó al campo Suso, a quien la gasolina le dio para dejar detalles de buen juego. Es el que tiene fútbol, pero no está.
Y es que los babazorros estuvieron cerca de marcar. Pero la más clara volvió a caer de lado sevillista, con el mismo resultado que casi siempre: fallo. A Lukebakio se le mojó la pólvora cuando menos tocaba y el Sánchez-Pizjuán no pudo creer cómo su único jugador fiable con el gol desperdició uno cantado. Sivera atajó bien, eso sí, aunque la mayor culpa recayó en el mal disparo del belga.
Con Jordán más aplaudido que pitado y todas los sustituidos locales escuchando música de viento a su salida del césped, se llegó a unos últimos minutos de cero fútbol en Nervión. El nervio en las gradas se trasladó al césped, donde el Alavés hizo lo más inteligente: cederle el balón a un Sevilla incapaz de construir una jugada en condiciones, donde únicamente Suso firmó una acción de talento. El descuento desesperó a la hinchada, a Caparrós y a cualquiera que viese el partido. Hasta que sonó tres veces el silbato de Ortiz Arias y otros dos puntos se esfumaron del Sánchez-Pizjuán. A seis del descenso... y con el goalaverage perdido ante los babazorros. Situación desesperante.
Ficha técnica
- Sevilla FC: Nyland; Carmona (Juanlu), Badé, Ramón Martínez, Pedrosa; Lukebakio, Gudelj, Agoumé (Sow), Ejuke (Saúl); Isaac (Suso), Peque (Manu Bueno).
- Deportivo Alavés: Sivera; Tenaglia, Garcés, Sedlar, Diarra; Carlos Vicente, Jordán (Guevara), Blanco, Guridi (Conechny), Aleñá (Martín); Kike García.
- Goles: 1-0 (Peque, 6'); 1-1 (Kike García, 45').
- Árbitro: Ortiz Arias. Del Cerro Grande (VAR). Amonestó con amarilla a: Gudelj, Guridi, Diarra, Suso.