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¿Por qué el Sevilla puede gastar en fichajes pese a tener el límite salarial más bajo?

El club de Nervión aprovecha la normativa de LaLiga para reinvertir parte de los salarios liberados y las plusvalías obtenidas por los traspasos de Ocampos y Montiel más la retirada de Jesús Navas.

Akor Adams, en el palco del Sánchez-Pizjuán junto a Gaby Ruiz./EP
Akor Adams, en el palco del Sánchez-Pizjuán junto a Gaby Ruiz. EP
Samuel Silva

Samuel Silva

El pasado 12 de septiembre, LaLiga sorprendía al dar a conocer los límites salariales de los equipos del fútbol profesional y colocando al Sevilla a la cola de todos. Únicamente 2,499 millones de euros se le otorgaban al club de Nervión para esta temporada, una cifra muy inferior al coste real del primer equipo, y que choca con el gasto en este mercado invernal, donde a falta de seis días para el cierre del mercado de fichajes el Sevilla es el gran animador con los fichajes de Rubén Vargas y Akor Adams, en los que se ha gastado ocho millones de euros.

Pese a la necesidad de disminuir su coste de plantilla, una cuestión en la que el consejo y la dirección deportiva se afanaron el pasado verano -el coste ha ido pasando de los 210 de la 22-23 a los 170 de la 23-24, y a los 110 de ésta-, el Sevilla ha aprovechado la normativa de LaLiga que permite reinvertir un porcentaje de las plusvalías por traspasos y de los sueldos liberados para acudir al mercado en busca de esos refuerzos solicitados por Xavier García Pimienta.

El Sevilla vendió a Lucas Ocampos a Monterrey el pasado mes de septiembre por 7,25 millones de euros, lo que además liberó una de las fichas más altas de la plantilla; de igual forma, en este mercado de enero, el club de Nervión también ha traspasado a Gonzalo Montiel al equipo argentino por 4,5 millones de euros, a la vez que ha liberado tanto el salario del lateral como el de Jesús Navas, retirado este pasado mes de diciembre.

Si en las ventas suman 11,75 millones, el club de Nervión dispondría de unos 2,5 millones, al poder emplear al menos un tercio de lo ingresado una vez descontadas las amortizaciones pendientes. A esta cantidad se le añadiría el 60% -con excepciones que podría elevar algo la cifra final- de los salarios liberados, lo que elevaría la cantidad disponible para gastar en fichajes en este mes de enero. Aunque el coste de los traspasos de Vargas y Adams sea de ocho millones de euros, las cantidades pagadas por cada futbolista deben ser repartidas por los años de contrato, a lo que se añade el salario anual para conocer la amortización correspondiente a cada futbolista. Los 2,5 millones abonados por el suizo, que ha firmado un contrato hasta 2029, se quedan en 555.555 euros por temporada; en el caso de Akro Adams, que también selló su vínculo hasta 2029, la amortización del traspaso se cifra en 1,22 millones anuales. A estas cantidades se le añaden los salarios de los jugadores, comenzando por estos seis meses que le faltan a esta temporada.

Con este puzle de amortizaciones ha trabajado el director deportivo, Víctor Orta, para poder reforzar la plantilla aplicando la normativa de LaLiga. La patronal pretende que los equipos que sobrepasan el límite de gasto tengan que realizar ajustes, pero tampoco les impide disponer para inversiones de una parte de lo ingresado -también por patrocinio en el caso del Sevilla-, ya que lo contrario sería más perjudicial por el daño deportivo que se podría causar y la consiguiente merma en la capacidad de generar nuevos ingresos.

Eso sí, para seguir fichando jugadores en enero, a la vez que reduciendo el coste de plantilla, el Sevilla necesita liberar más salarios, de ahí que el club pretenda dar salida a jugadores como Kelechi Iheanacho, con un salario alto en las actuales condiciones del club, Suso, con una ficha altísima correspondiente a los años de Champions, o Valentín Barco, cuya cesión procedente del Brighton ha sido un fracaso.