ATLÉTICO-MALLORCA

El héroe del Mallorca que sacó al Atlético de Madrid del atolladero: "Luis Aragonés nos dijo que si no subíamos, el club desaparecía"

Jovan Stankovic repasa con Relevo su paso por el club bermellón y el rojiblanco.

Jovan Stankovic, en una conferencia de prensa cuando entrenaba al San Fernando, en la temporada 2020-21. /LA VOZ
Jovan Stankovic, en una conferencia de prensa cuando entrenaba al San Fernando, en la temporada 2020-21. LA VOZ
José Luis Guerrero

José Luis Guerrero

Han pasado 25 años, pero sigue sin querer ver la repetición de aquel fatídico penalti en la final de Copa del Rey en Mestalla ante el Barcelona. El serbio Jovan Stankovic (Pirot, 52 años) tuvo la oportunidad, desde los 11 metros, de haber protagonizado una de las grandes gestas del fútbol español, cuando aquel recién ascendido Mallorca puso contra las cuerdas al Barça (que luego ganó la Liga también), con Van Gaal, Figo o Rivaldo. En el sexto penalti de la tanda, después de que Roa le detuviese el lanzamiento anterior a Figo, Jovan envió el suyo fuera. "La gente en Mallorca me lo sigue recordando. No sé cómo explicarlo, pero sigo sintiendo rabia y dolor por aquello", recuerda en Relevo, dejando en duda esa frase de que el paso del tiempo cicatriza cualquier herida.

Jovan Stankovic habla para Relevo de su época en el Atlético de Madrid.RELEVO/JOSE LUÍS GUERRERO

"Del subcampeón no se acuerda nadie", solía repetir Luis Aragonés, aunque siempre hay una excepción que confirma la regla, como puede ser en este caso con Stanko. Ese Mallorca se ganó el respeto y admiración del fútbol español porque al año siguiente disputaron la final de la Recopa ante la Lazio. "Héctor Cúper me pilló con mejor edad que Aragonés en el Atleti", precisa el exfutbolista. Su historia en el Atleti apenas duró dos temporadas, pero fue uno de los valientes que Luis Aragonés seleccionó para asumir el reto de devolver al Atlético a Primera. Pep Bonet le descubrió en una Serbia destrozada por la guerra de los Balcanes y era el prototipo de jugador perfecto para sacar al Atleti del infierno: "Nunca antes había sentido tanta presión como en el Atlético. O ascendíamos o el club desaparecía nos decía Aragonés". Hoy el club rojiblanco vive tiempos de vino y rosas gracias a la labor que acometieron soldados de fortuna como Stankovic, que acompañado por jóvenes como el Niño Torres ("no he visto esa humildad en ningún otro"), sacaron al Atleti del atolladero...

¿Cómo va su carrera de entrenador y cómo se define?

Ahora estoy viviendo de nuevo en Mallorca. Hace dos años estuve en San Fernando y Águilas, pero este último año estoy sin trabajo y esperando algo. Es muy difícil para un extranjero porque en España hay muchísimo nivel de entrenadores. Me ofrecieron entrenar en Serbia, pero prefiero estar aquí porque he conocido muchos chicos de los que aprendo cada día. El nivel en España es excelente. Al principio de mi carrera, intenté copiar los mejores entrenadores del mundo, Luis Aragonés y Cúper. Aunque después de diez años trabajando, ya tengo mi propia idea, pero siempre me acuerdo de lo que hacían ellos e intento utilizarlo.

¿Cómo era Cúper en las distancias cortas?

Con Cúper tengo mis mejores años de fútbol. Llegué a España con 25 años, pero los entrenadores serbios no me entendían. En el Estrella Roja no jugaba y no estaba bien. Cúper me recordó a mis entrenadores serbios, porque trabajaba muy duro y conseguimos resultados. Luis Aragonés también era duro, pero de otra manera.

Stankovic y el Toro Acuña.
Stankovic y el Toro Acuña.

Ahora como técnico, ¿me puede explicar eso de que “no juego porque el entrenador no me entiende”?

Los jugadores son egoístas. Muy egoístas. Yo lo fui. Siempre me peleaba con el entrenador y cuando no jugaba le echaba la culpa. Pero no, la culpa era mía. Todos los entrenadores quieren lo mejor para él y para el equipo. Un buen entrenador no va a dejar de contar con un gran jugador, así que el problema era mío. Por ejemplo, en la época de Víctor Muñoz yo me enfadaba mucho.

¿Cómo canalizaba usted esa rebeldía?

Es lo que te he dicho antes, siempre la culpa era del entrenador si un jugador no juega. Pero ojo, yo entrenaba y no salía. Había jugadores que no jugaban con el entrenador y salían; o si no iban convocados el fin de semana, salían a disfrutar esos dos días. Yo no era así. Yo siempre quería jugar y cambiar la situación. Buscaba saber por qué no jugaba. Me acuerdo en la época cuando llegó Cúper: yo no quería defender, los compañeros lo saben; quería que los compañeros me trajeran el balón donde estaba yo, en tres cuartos de cancha, para hacer mi jugadita. Cúper me cogió y me dijo: "O defiende y ayuda al equipo o se va a su equipo". Y ahí cambié para defender al equipo y ayudar. Pero él me enseñó a hacerlo bien para no gastarme. Yo necesitaba fuerza para llegar al ataque y marcar goles. A veces los entrenadores piden a los jugadores hacer cosas que no entienden y ahí está la diferencia entre un buen entrenador y uno normal.

Lo vivió en el Mallorca no se lo imaginaba ni en sus mejores sueños, cuando llegó a un club que estaba en Segunda...

Cierto, el primer año casi subimos a Primera. El segundo fue espectacular y subimos. Y luego esos cuatro años fueron maravillosos. Primer año acabamos cuartos y en la final de Copa; el segundo año, terceros y final de Recopa; el tercer año también lo hicimos bien jugando UEFA contra equipos como Galatasaray o Mónaco; y luego nos metimos en Champions... Fueron momentos espectaculares.

Los balcánicos tienen fama de habilidad con los idiomas. ¿Cuánto tardó usted en hablar español?

A mí me costó, porque en aquella época estábamos tres serbios (Dusan Petkovic y Zoran Masic) y hablábamos entre nosotros. Pero al año siguiente echaron a los dos y me quedé solo. Así que no tenía más remedio que aprender español. Pero la verdad es que los españoles fueron encantadores y maravillosos, me acuerdo de Chichi Soler, con Juanjo Doblas, con Raúl, Vidal... La gente mallorquina es espectacular, lo noto cuando vamos con los veteranos del Mallorca. Tenemos una amistad de muchos años y se portaron conmigo muy bien. Si no es por la afición no sé cómo habría seguido en la época de Víctor Muñoz, que no jugaba, pero cantaban mi nombre y pedían que saliera a jugar. Y con los mallorquines, como Soler o Nadal, hablaba hasta en mallorquín, eso sí de deporte, que es cuando entiendo todo.

Stankovic fue el autor del 1-1 en la final de Copa de 1998, aunque luego falló en la tanda de penaltis.  ABC
Stankovic fue el autor del 1-1 en la final de Copa de 1998, aunque luego falló en la tanda de penaltis. ABC

¿Por qué rompió su idilio con el Mallorca y se fue al Marsella?

Era mes de febrero y en aquella época no era titular con Luis Aragonés. Salí de una lesión y Luis no me veía. En ese momento llegó una oferta muy buena para el club. A mí también me ofrecieron mucho dinero, pero no quería marcharme. Me buscaron por la isla durante dos días, porque no quería irme. Al final yo era el cuarto extranjero y sólo podían jugar tres: en aquella época teníamos a Eto'o e Ibagaza, que estaban espectaculares...

¿De qué directivos se escondió concretamente?

El director deportivo era Pepe Bonet y el director general Mateu Alemany. Con 31 años pagaron un dineral por mí y ellos no contaban conmigo como antes.

Alemany ha tenido un flirteo con el Atlético. Pasó por Mallorca, Valencia y Barcelona. ¿Cómo le recuerda?

A lo mejor le veo este fin de semana, porque voy el sábado al partido. Cuando llegué al Mallorca me sorprendió porque normalmente en Serbia los directores generales eran mayores. Cuando le vi con treinta y pocos no lo entendía: "Esto no es serio". Pero si no fuera por él y por Pep Bonet… Eran los amos del club. Teníamos el Luis Sitjar, pero no teníamos campos de entrenamiento. No era un club serio en ese sentido, porque yo llegué de Estrella Roja, que sí estaba muy organizado y era un gran club. Pero Bonet y Alemany hicieron en poco tiempo un club grande, en dos o tres años.

¿Qué sigan acordándose de usted hoy en día es mejor que cualquier sueldo que haya podido recibir en su vida?

Sí, son dos cosas distintas. Hay cosas que no puedes comprar con dinero. Los últimos 15 años no he estado viviendo aquí y cuando venía los veranos veía que la gente no se olvidaba de mí. Sobre todo la gente a partir de 25 ó 30 años, que se acuerdan muchísimo. Lo que pasa es que siempre me preguntan: "¿Si hubieras metido aquel penalti?". Y yo les digo que también hice muchísimas cosas buenas, también de broma.

¿Todavía le da vueltas a aquel penalti de la final de Copa de 1998?

Hoy por hoy ese penalti no lo he visto más de cinco veces. Cuando hablo de ese penalti es un sentimiento raro. Siento como una rabia, no sé. No te puedo explicar lo que es. Sigue doliendo. Imagínate si hubiera metido este penalti. Imagínate. Con 30.000 personas nuestras en las gradas. Habría sido una fiesta terrible. Y solamente tenía que entrar el balón en la portería. No he tenido suerte y no sentimos la alegría de ganar aquella Copa.

¿Cómo le fue con Clemente en el Marsella?

Marsella era un desastre. Yo llego y, a las dos o tres semanas, echan a Clemente. me quedo allí solo. Era un club raro. No sabía ni que estaba último de la clasificación cuando llegué, imagínate lo mal que hacían las cosas. Imagínate cómo hacían mal las cosas. Estaba Bernard Tapie, aquel presidente, que en dos o tres meses hizo una locura: a los jugadores nos concentraban cuatro o cinco días antes de los partidos. Él nos daba las charlas. Era un poco raro. Se acabó la temporada y yo quería irme. Fue cuando tenía la opción de irme al Inter de Milán con Cúper o al Atlético. Y me fui al Atleti.

Jovan Stankovic, en un partido ante el Recreativo, en Segunda, en la temporada 2001-02. EFE
Jovan Stankovic, en un partido ante el Recreativo, en Segunda, en la temporada 2001-02. EFE

Pero usted con Aragonés no jugaba en el Mallorca, ¿no?

Sí, era raro. Porque Aragonés no contaba conmigo en Mallorca y me llamó para ir al Atlético. Yo decía que era imposible, pero el Atlético estaba en Segunda División y se ganaban muchos partidos a balón parado. Yo creo que en esa época, durante esas dos temporadas, di más de 30 asistencias. Metí uno o dos goles, pero di muchos pases. Subimos ese primer año que llegué. Aragonés no me habría llamado si el Atlético estuviera en Primera, pero en Segunda él veía que le servía porque en Segunda los equipos juegan muy atrás, cerrados y sin espacios. Necesitaba un lanzador de faltas, de saques de esquina...

El Atleti venía del disgusto de que el añito en el infierno se convirtió en dos...

Nosotros llegamos allí y nos dijeron: "Si no se sube este año, esto desaparece". Había muchos gastos y no había beneficio. Imagínate la presión que teníamos. Pero estaba Aragonés, que podía arreglar todo y tenía mucho poder. En aquella época Jesús Gil se metía en todo, pero Aragonés decía que no. Que mandaba él y que en el vestuario no entraba nadie más que él y los jugadores. Y así era.

Vivió una época en el Atleti muy diferente a la actual...

Comparas aquel año con lo de ahora… ¡buffff! Éramos valientes. Toda la gente que estaba en aquella en el Atlético de Madrid eran unos valientes, porque el club estaba embargado y con muchos problemas judiciales. La entidad funcionaba con dificultades. Tardaban con los pagos y en muchas cosas. Si lo comparas a lo de ahora, no tiene nada que ver. Pero eso sí, la afición siempre fue la misma: llenaban siempre el Calderón y en los partidos de fuera siempre estábamos acompañados.

Jovan Stankovic habla sobre su carrera para Relevo. RELEVO/JOSE LUÍS GUERRERO

¿Cómo recuerda lo de celebrar el ascenso cuando se trataba de una obligación para un club de tanta categoría?

Nosotros ganamos nuestro partido y debíamos esperar por la noche a lo que hacía el Xerez. Entonces nos llamaron a las 18:00 horas para ir a celebrar el ascenso al Txistu o el De María. Tras la cena, sólo pasamos con el coche por Neptuno. Era algo raro porque para un club como el Atlético no era para hacer una gran celebración, pero la gente estaba en la calle porque habíamos vuelto a donde el club nunca debió irse. Si no hubiésemos ascendido, no sé lo que habría hecho la gente...

En su Atleti un hombre fundamental fue Fernando Torres...

Tuve la suerte de coincidir con él los dos años. Ya se veía desde el primer día que iba a ser un gran jugador. Pero no sólo eso. Sencillo y muy humilde. Muy pocos jugadores pueden ser como Fernando Torres. Veinte años después no tengo comunicación con él, pero te digo que la humildad y calidad de Fernando Torres no la he visto en mi vida, en comparación con los jugadores de hoy.

Recuérdeme alguna anécdota con Luis Aragonés.

Hubo muchas. Por ejemplo, había jugadores chulos y él venía y nos decía,: "A ver, tú. ¿Sabes qué? Que yo en una noche me gasto en el casino todo lo que gano durante el año. Así que, ¿usted de qué me habla?". Cosas así. Otra por ejemplo que me acuerdo es un entrenamiento en el que Fernando Torres llega tarde y viene corriendo al grupo con aquellas botas naranjas. No me acuerdo qué le dijo exactamente, pero estábamos todos partiéndonos de la risa con lo que le decía al Niño. Otra, ahora que ha pasado tanto tiempo se puede contar, estábamos jugando un amistoso en Salamanca y en el minuto 44 cambia al capitán, a Aguilera, que se marchó con un cabreo importante. En el vestuario tiró todo y Aragonés le cogió de la pechera como a Samuel Eto'o. Luis era muy bueno, pero tenía estas cosas. Pero era muy franco con los jugadores porque te decía: "Usted no va a jugar por esto, esto y esto".