La "superioridad" del Barça de Xavi y la trampa de los números
El técnico azulgrana dijo que su equipo había sido superior a Girona y Real Madrid en los cuatro partidos de esta Liga.
La temporada del Barça se podría condensar, a modo de triste epitafio, en las declaraciones de Xavi tras caer por 4-2 ante el Girona, en la cuarta derrota del curso ante el primer y segundo clasificado. "No se demuestra en el marcador cuando somos superiores, teníamos controlados los dos partidos contra el Real Madrid y el Girona, y se nos escapan. Espero competir mejor el próximo año, porque así es imposible". El equipo de Xavi ha convivido todo el curso envuelto en una sensación de superioridad insuficiente, de falso control y merecimientos negados. ¿Qué hay detrás de todo ello?
A lo largo de la temporada, las frases se han ido repitiendo como una comida que te sienta mal y que te resulta imposible olvidar su sabor y regusto: efectividad, poca competitividad, errores puntuales, merecimos más. Fuimos superiores. Conceptos que han barnizado cada rueda de prensa de Xavi, de agosto a mayo, como un recordatorio de las limitaciones de un equipo que nunca ha podido aspirar a más, no por una inferioridad manifiesta con el rival, sino por, según el técnico, unos errores propios inadmisibles. "Tengo la sensación de que regalamos los partidos. Así es muy difícil competir. Pero es parte de la inmadurez de muchos futbolistas. Estoy muy triste y decepcionado", comentó tras la derrota en Girona.
Unos números que no mienten
Este curso, el Barça ha generado 1,82 xG por partido, el mejor registro de LaLiga e igualado con los de la 20-21, la última campaña de Leo Messi. El Barça ha generado más que el resto, pero ha anotado menos de lo debido. Según OPTA, el Barça ha marcado 2,2 goles menos de lo esperado, la segunda vez en esta década en el que el equipo azulgrana infraproduce después de que, en la pasada Liga, el FC Barcelona anotase siete goles menos. Lejos quedan los años de abundancia de la MSN, donde el Barça llegó a marcar 25 goles más de lo esperado en Liga (2016-2017), con 116 goles de los 90 esperados. En la época de Messi y Suárez, el equipo se movía alrededor de un diferencial positivo de +13. Desde su marcha, no se ha llegado al +5, y en las últimas dos temporadas el equipo ha estado en negativo.
Después de hacer una temporada histórica en el plano defensivo, encajando 20 goles, 13,9 menos de lo esperado (el mejor diferencial del Barça en la última década), los de Xavi llevan 5,3 tantos más recibidos de lo que señala esta estadística: la peor diferencia desde, por lo menos, 2014. ¿De un año a otro la mejor defensa de los últimos años ha pasado a ser la peor? Es imposible explicar esta diferencia a través del error o la poca eficacia, sino que hay mucho más detrás.
La estadística como escudo
Después de caer ante el Borussia Dortmund, Luis Enrique se refirió a los Expected Goals (xG) para explicar el dominio sin premio de su equipo. Los franceses generaron 2,46 xG por solo 0,68 del rival. Perdieron 0-1. Otro técnico que en su momento habló de este dato cuando todavía no era demasiado conocido entre el gran público fue Thomas Tuchel, que, cuando entrenaba al Chelsea en 2021, dijo tras perder por 2-5 ante el West Brom que "hemos ganado en los xG", para hablar del resultado. Aquel encuentro, el Chelsea generó 2,4 por los 1,6 del rival. La mayoría de entrenadores solo acuden a la estadística para justificar una derrota cuando los datos señalan que han sido poco eficientes. El dato como amigo. Pero lo cierto es que, detrás de las ocasiones, disparos, pases o goles esperados existe algo que explica el juego y lo nutre de significado y que, en muchas ocasiones, se olvida.
El principal problema de este FC Barcelona no ha sido solo de eficacia, que ha pesado mucho, sino de juego e identidad. Sin la base que sustente el piso, el tejado siempre será consecuencia de una ausencia inicial, y no la causa de la misma. Por eso, el tema sigue latente, y lo seguirá siendo, porque no se ha abordado el punto neurálgico, sino solo su contorno. La eficacia y los errores son más susceptibles de darse si la base no es sólida y el futbolista juega con dudas.
En los cuatro enfrentamientos de Liga ante Real Madrid y Girona, el Barça ha generado 8,3 xG y ha permitido 6,4 xG. El diferencial es positivo, con casi 2 puntos de diferencia y, sin embargo, el Barça ha recibido seis goles más de los que ha anotado (7 a 13) en estos partidos. La diferencia es abismal. Xavi acierta al decir que su equipo ha generado más ocasiones de valor, pero eso es quedarse en el titular de la noticia sin entrar en el cuerpo del texto. En los partidos ante el Girona, sobre todo el de la primera vuelta, el rival tuvo tramos de muy buen juego, superando la presión con facilidad y moviendo el cuero con sentido. Muchas llegadas que no terminaron en disparo pero sí con la sensación de que el partido estaba abierto.
Ante el Girona en Montilivi, el Barça genera 1,16 xG (sin contar el penalti) antes del 2-2. En solo media hora, entre el 60 y el 90, el equipo de Míchel genera 1,10 xG, casi la misma cifra que el FC Barcelona en la hora de partido. En Montjuïc, el Girona genera 1,4 xG en los primeros 60 minutos con 9 disparos. El Barça, 1,7 con 18. Es decir, los de Xavi dispararon mucho más, pero en peores posiciones que su rival, en un intercambio de golpes que favoreció al Girona porque llegó en mejores condiciones al último tercio fruto, precisamente, de un mejor posicionamiento con balón. Ir al absoluto sin pararse antes dice lo que uno quiere que diga, que siempre será aquello que te convenza más dependiendo de las circunstancias.