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Qué fue de Geovanni, el brasileño que fichó por un Barça de entreguerras para superar la salida de Figo: "Me pesó..."

El brasileño llegó al Barça rodeado expectativas y mucha polémica por su precio. Un año y medio después, salió por la puerta de atrás. "No fue fácil, sentí las críticas", dice a Relevo.

Geovanni pugna con Zidane en un Clásico de Champions. /GETTY
Geovanni pugna con Zidane en un Clásico de Champions. GETTY
Sergio Gómez

Sergio Gómez

La historia se empeña en ser un bucle, el proceso que se repite indefinidamente. El fútbol, que no es más que el reflejo de la sociedad, aparenta tener la misma inclinación. Se ve con futbolistas que parecen irrepetibles y sorprende cómo al correr de los años se persona otro que iguala el listón. Ocurre también con algunos fichajes cuyo precio es tan alto como las esperanzas, pero el peso les hace enredarse en un zarzal de negativismo, presión y críticas. En esas arenas movedizas bracea ahora el brasileño Vitor Roque (19 años), delantero que aterrizó en invierno en el Barcelona por un pico [30 millones fijos más variables], de la mano del controvertido André Cury y desoyendo los ruegos de Xavi por otro centrocampista. Y por ahí acabó engullido hace poco más de 20 años su compatriota Geovanni Deiberson Mauricio.

El decorado es parecido. Ambos llegaron a un Barça en Urgencias, con el presidente en lenguas, un equipo que ilusionaba lo justo y demasiado debate en torno al fichaje. En el caso de Vitor Roque, se incorporó antes de lo previsto en un intento por parte de Laporta y Deco de entusiasmar a la afición con una fama impuesta en Brasil y, de paso, darle a Xavi un refuerzo. El técnico lo aceptó por aquello de mejor esto que nada que llevarse a la boca, pero nunca estuvo convencido. Tampoco con el coste de la operación, una mochila para el futbolista y una sombra sobre Cury. Su presencia en la próxima plantilla está en el aire. La polémica también rodeó la contratación de Geovanni, aunque en aquella ocasión el ruido extrafutbolístico fue más estridente.

Después de recomendarle al Barça ["Centra como Figo y tira las faltas como Rivaldo"], Chus Pereda, exjugador y exentrenador, acusó al club de inflar el precio del traspaso. Afirmó que tenía pruebas de que se acordó con el Cruzeiro una cifra de 12 millones de dólares y que finalmente se pagó 18. En una comparecencia de prensa que aún muchos recuerdan, Pereda pronunció la frase que más se quedó en el personal: "Parera me dijo: 'Chusín', el precio lo pongo yo'". Antón Parera era entonces director general deportivo del Barça. Las acusaciones acabaron en los tribunales e incluso Geovanni tuvo que acudir a declarar. Pereda fue absuelto de atentar contra el honor de Parera. En este huracán llegó el jugador, que nunca demostró las virtudes que se le suponían y que le hicieron despuntar en el Cruzeiro como una de las perlas más prometedoras de Brasil: en una temporada y media en la Ciudad Condal sólo jugó 45 partidos, en los que marcó tres goles y dio tres asistencias.

Chus Pereda denuncia al Barça por la Operación Geovanni.  EFE
Chus Pereda denuncia al Barça por la Operación Geovanni. EFE

"No fue fácil, sentí las críticas. Pero las superé. Soy consciente de que la crítica es parte del juego, siempre existirán. Pero un joven no tiene esa mentalidad, muchos sienten esa influencia sobre el campo", dice Geovanni a Relevo. El brasileño, de 44 años, no quiere individualizar. Ni en Vitor Roque ni en otro. También se escurre cuando se le pregunta sobre la trastienda en las negociaciones de su fichaje. Aunque no esconde que todo lo que se generó, le afectó. "Contribuyó mi inmadurez en ese instante. Con 21 años, recién llegado a Europa... Sabes las dificultades que tuve para imponerme. Realmente me pesó, el Barcelona es un gran club, los más grandes jugaron ahí... Hoy con mi experiencia y mi edad las cosas serían diferentes. Pero en aquel momento, me pesó", insiste.

Rochemback, Van Gaal, un puesto que no era el suyo y la 'saudade'

Geovanni se convirtió en jugador del Barça en 2001, en un mercado que envejeció muy mal [Rochemback, Christanval...]. El club azulgrana le venía monitorizando desde mucho antes, como revela: "Fue en 1996, cuando estaba en la cantera del Cruzeiro. Jugamos un campeonato en Chile contra ellos. Quedamos campeones y yo marqué dos goles en la final. Ahí mostraron su interés en mí, pero por edad no pude ir. Se dio después". Y cuando llegó al aeropuerto constató que estaba aterrizando en otro mundo. Su prestigio en Brasil nada tenía que ver con la envergadura de la empresa que tenía delante: "¡Dos mil personas esperando al bajarme del avión, fue algo impresionante!".

Geovanni, en su presentación con el Barça.  EFE
Geovanni, en su presentación con el Barça. EFE

La velocidad y el desborde en el uno contra uno llamaron la atención de los ojeadores culés. Unas cualidades que no exhibió en el Camp Nou. La explicación le quema: "Tuve muchas dificultades, sobre todo en el campo. Vine para jugar de segundo punta y jugué como extremo, en una posición distinta a la que estaba acostumbrado. E incluso como lateral. Me llevó tiempo adaptarme. Me ayudaron mucho Luis Enrique, Puyol, Rivaldo era un fenómeno...". También Carles Rexach, el técnico que le recibió en el Barça e intentó hacerle la vida más fácil. "Le tengo mucho cariño", cuenta. De entrada le puso como titular y su rendimiento no desentonó hasta que una lesión en la pierna derecha le dejó parado un mes. El contratiempo le cambió el paso y la 'saudade' entró en el juego. "Había estado mucho tiempo en el Cruzeiro, es normal añorar tu casa y país, pero me adapté bien a la ciudad", recalca.

Su primera temporada acabó en blanco. El Barça terminó cuarto en LaLiga, sin Champions ni Copa, con el presidente Gaspart firmando el despido del entrenador y abrazándose a la desesperada a un viejo conocido, Louis Van Gaal. El carácter del holandés no maridó bien con su situación: "Yo nunca tuve ningún problema con Van Gaal, de verdad. Lo tengo que dejar muy claro. Lo que pasó fue que cuando llegó quiso hablar conmigo. Me dijo que por mis características me veía más como carrilero derecho. Yo, con 22 años, no tenía eso en la cabeza. Al fin y al cabo yo quería jugar al ataque, hacer gol. No lo entendí, ya sabes. Me dolió un poco. La competencia sería menor como carrilero; arriba estaban Kluivert, Rivaldo, Saviola... Si hoy lo pienso, con la madurez que tengo, podría haberlo hecho. Y a lo mejor podría haberme quedado muchos años e incluso haber sido convocado más con Brasil... Todo es una cuestión de madurez y hoy lo veo de otra manera. En ese momento Van Gaal vio algo a través de su experiencia que yo no vi".

"Nunca tuve ningún problema con Van Gaal. Cuando llegó quiso hablar conmigo. Me dijo que me veía como carrilero. Yo, con 22 años, no lo entendí. Ya sabes..."

GEOVANNI

Aquel era un Barça de entreguerras, con la herida de la marcha de Figo al Madrid aún supurando: "Viví allí una transición, fue un momento complicado. Uno de los ídolos se va al eterno rival y el entorno, la prensa... Provocó una rivalidad aún mayor con los madridistas; recuerdo que la situación era un poco incómoda, de verdad. Yo no estuve en muchos Clásicos, porque en invierno de 2002 ya me fui. Cuando tuve esa conversación con Van Gaal, aparecieron ofertas del Burdeos, del Galatasaray... Y elegí el Benfica".

Benfica, Premier, EE UU, Brasil... y pastor en una iglesia

En Portugal le acogió José Antonio Camacho, técnico en Da Luz ["Es un padre", señala], y le aupó: "Me cedieron al principio seis meses y jugué muy bien. Fuimos subcampeones, formamos un grupo muy bueno. Para mí fue un alivio, empecé a jugar de nuevo, en mi posición, a respirar un poco. Todo volvió a la normalidad, la presión en la cabeza... En el Benfica jugué prácticamente todos los partidos de la segunda vuelta, volvió a mí la alegría. Después me ficharon. Es un club que tengo en mi corazón, me abrió sus puertas justo en el momento que más lo necesitaba".

El brasileño experimentó en Can Barça la velocidad de los clubes grandes, en los que no se espera a nadie. En este punto, lanza un mensaje global a navegantes que bien podría dirigirse a la relación club-Xavi-Vitor Roque: "Las críticas van a existir hacia ese jugador que crea expectativas muy altas y no tiene rendimiento al llegar. Pero hay que tener en cuenta que la cultura no es la misma, el idioma no es el mismo, las amistades no son las mismas. Esto influye mucho. Algunos clubes han mejorado este proceso de adaptación. Saben que tienen que pasar de seis meses a un año para que el futbolista se acople a todo. Las críticas, como digo, van a existir. Después de mí pasaron por esto muchos jugadores y pasarán. Es muy importante en este sentido la relación entre el jugador y la entidad".

"Para mí ir al Benfica fue un alivio, empecé a jugar en mi posición, a respirar un poco. Me abrió sus puertas cuando más lo necesitaba"

GEOVANNI

"Cuando sufrí ese ambiente de presión, esos comentarios hacia mí, me refugié en Dios. Es quien me dio la capacidad, el don. Las críticas fueron duras y mi mayor desafío en ese momento fue ser firme con Jesucristo, recorrer su camino. En esos momentos, me ayudó mucho junto a mi esposa, mis hijos y mi familia. Fue Cristo quien realmente cambió mi historia porque en los tiempos difíciles que pasé en mi carrera siempre estuvo conmigo", defiende con vehemencia. La religión se convirtió en la columna que le vertebra.

Después del Benfica volvió al Cruzeiro, fichó por el Manchester City, brilló en el Hull, probó la experiencia estadounidense en el San José Earthquakes y en el crepúsculo vistió las camisetas del Vitoria, el América y el Bragantino brasileño. Se retiró en 2013 y ahora combina su trabajo como empresario de jugadores con su fe: "Soy pastor voluntario en la iglesia de Renovo Pampulha. Cada día le doy gracias a Dios por mi carrera. El Barça es un club muy importante para mí, me abrió las puertas de Europa. Fue un sueño jugar allí. Todo lo que viví en el fútbol fue intenso, una bendición. Y ahora Dios me ha guiado a hacer otras cosas...".