FC BARCELONA

La tensa espera de Iñigo Martínez, entre un Araujo en el escaparate y la eclosión de Cubarsí

El central vasco es uno de los nombres que el club debe inscribir este verano, mientras se decide cómo resolver el puzle de la defensa.

Iñigo Martínez y Ronald Araujo a la salida de un córner contra el Valencia./AFP
Iñigo Martínez y Ronald Araujo a la salida de un córner contra el Valencia. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Iñigo Martínez cierra su primera temporada en Barcelona con la sensación de no haber sido del todo redonda. Primero, por unas molestias que le hicieron empezar a rodar más tarde que sus compañeros. Y luego, cuando se asentó como titular, por una lesión que le apartó hasta el último tramo de curso. Ahora, su contrato es uno de los que el club debe inscribir. Tienen firmado otro año más. Y en el hipotético caso de no poder hacerle espacio salarial, el club debería pagarle todo lo estipulado.

Primero están las prioridades de Gavi y Balde. Y luego, los Iñigo, Vitor Roque y Sergi Roberto, a quien el club no le puede prometer que vaya a tener margen salarial suficiente como para inscribirle. En esa espera está también Iñigo, contento en Barcelona, de su adaptación y con la voluntad de continuar. El puzle de los centrales, que con Xavi parecía encaminado a vender la pieza de Araujo, ahora cambia de normas con Flick.

Los primeros meses de Iñigo en Barcelona no fueron sencillos. Al tiempo de adaptación le acompañó una fascitis que arrastraba de sus últimos tiempos en Bilbao. No tenía prisa, tenía claro que la temporada sería larga y llegaría su momento. Su primera titularidad llegó a finales de septiembre y no cogería ritmo hasta un mes después, cuando encadenaría varias titularidades hasta caer lesionado.

La aparición de un nuevo actor

Su periodo de recuperación coincidió con la eclosión de Pau Cubarsí, un rara avis al que se le empezó protegiendo -fue suplente en Nápoles- pero acabó tumbando todos los muros. El canterano acabó formando junto a Iñigo la pareja de centrales para los últimos partidos de la temporada, con Araujo suplente, según Xavi, por unos problemas de rodilla. El vasco acabó generando un vínculo de amistad con Pau y el resto de jóvenes. Sus últimas actuaciones le valieron para colarse en la prelista para la Eurocopa, pero le faltó margen e igual algún gran partido para opositar a viajar a Alemania.

Araujo apuntaba a ser una gran venda para el club este verano, "una gran venda" que asegura Laporta que el club no necesita, pues confía en cerrar acuerdos comerciales. Flick se encontrará en pretemporada, si no hay ningún movimiento antes, con el uruguayo, Iñigo, Cubarsí, Jules Koundé, Andreas Christensen, Eric Garcia y Clement Lenglet, que también regresa de cesión. A la espera de qué planes tiene Flick con Cancelo si el Barça logra traerlo de vuelta cedido -es la intención del club-, lo lógico es que Koundé siga como lateral. Buscando salida para Lenglet y con el Girona interesado en seguir con Eric, el técnico alemán podría tener un mínimo de cuatro centrales en plantilla.

Regresaría a la zaga Christensen, al que Xavi se inventó como pivote pero siempre han insistido desde su cuerpo técnico que aquella era una decisión temporal. La competencia la cerrarían Araujo, en caso de no salir, Iñigo y Cubarsí. Habría que tener en cuenta la figura de Mika Faye. El central senegalés, ya internacional absoluto, esperaba un gesto del club en forma de debut a final de curso que no se dio con Xavi. Visto su cartel, no se debe descartar ningún escenario con él: ni que repita gira en pretemporada, ni una hipotética venta. Ya llegaron ofertas por él en el mercado invernal.

En cuanto a Iñigo, tiene presente que, a pesar de que el Barça le firmó en abril, no fue inscrito hasta el último suspiro de mercado, cuando Eric Garcia aceptó ir al Girona de Míchel. No había margen salarial para hacerlo antes, cuando Mateu Alemany apuraba sus últimas horas como director de fútbol blaugrana. Sin la figura del balear, existe cierta inseguridad en el ámbito económico, no ha habido un sucesor designado. Iñigo quiere seguir y hacerlo con el mismo objetivo que este año: aumentar la competencia interna y pelear por la titularidad. Todo ello, con el estímulo de hacerlo con un nuevo entrenador.