BARCELONA 4 - ATHLETIC 0

Ahora toca hacerlo en los días grandes

Al Barça le valió con diez minutos eléctricos para matar el partido, el miércoles tiene la oportunidad de mostrar su mejor versión contra el Bayern.

Dembélé y Balde fueron de los más destacados del encuentro. /GETTY
Dembélé y Balde fueron de los más destacados del encuentro. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

El Barça, incapaz de deshacerse del miedo en las grandes citas, sucumbió en la semana grande. Madrid e Inter le cortaron las alas. Dembélé fue el paradigma. El francés no logró mostrar su mejor cara ni en el Santiago Bernabéu ni con el balón estrellado. Ante el Athletic, tres asistencias y un gol. En el día a día, sin embargo, los de Xavi han electrocutado a Villarreal y Athletic en ocho y diez minutos, respectivamente.

La única mala noticia fue el cambio de Gavi, en un partido en el que, tras asegurar la victoria, el Barça se dedicó a aletargar a un Athletic que nunca llegó a dar señales de vida y echó de menos a Sancet y Muniain. Hay noches que todo sale da cara. Ferran Torres se reencontró con el gol en el Camp Nou y hasta pudo debutar Pablo Torre. Ahora toca hacerlo el miércoles, ante el Bayern, independientemente del marcador de Milán.

DE JONG

😎 Me reafirmo

A De Jong hay que entregarle las llaves del equipo y que dibuje el plano arquitectónico del Barça. No el del futuro, el actual. Cuanto más tiempo pase, más se desdibujará el holandés. En una entrevista a Sport, Enrique Vila-Matas dijo que el jugador que más le inspira del Barça. Explicó que es "el que vuela por encima de las ideas esquemáticas de Xavi". El neerlandés le volvió a dar la razón la noche del domingo. Se olvidó de cuadrados, del 4-3-3 y se alejó del juego posicional en otro acto de rebeldía.

BALDE

💯 Mis 'dieses'

Xavi le empezó cuidando a nivel mediático, dejándole que viera la Champions desde el banquillo. La titularidad en el Clásico, en el que se mostró un punto nervioso, fue sintomática: ya ha terminado el tiempo de cocción. Es valentía potenciada por la inocencia del adolescente, de no comprender la magnitud. Que todo llega rápido y no hay tiempo para plantearse porqués. Apenas lleva algunas semanas con el primer equipo y ya ha mostrado cuál es su jugada marca de la casa. Como cuando Marcelo volaba por la banda del Santiago Bernabéu, Balde, conjugando velocidad y una técnica a veces atropellada, es lo más parecido al Señor Lobo de Quentin Tarantino. Ya no debería salir del once. Nico Williams, uno de los delanteros de moda, no pudo con él.

VALVERDE

✔ Un tuit que me representa

A Ernesto Valverde le quedaron marcadas las grandes derrotas europeas del Barça. El Txingurri llegó al Camp Nou en una etapa muy complicada. Nada más aterrizar, le arrebataron a Neymar. En una época en la que competir en Europa con Messi y Luis Suárez era limitar el techo del equipo, Valverde decidió juntar a Busquets y Rakitic para optimizar el equipo. Fueron el sostén de Messi. Europa, en cambio, fue el termómetro. La Champions desnudó las carencias de una plantilla limitada y cada vez más viciada. Xavi replicó aquel doble pivote con distintas alturas con Busquets y De Jong, aunque esta vez con Sergio en la derecha. El holandés pudo ver el fútbol de cara, Gavi -y después Kessie- jugó por delante y Pedri, como falso extremo terminó de cerrar el cuadrado. Valverde, eterno incomprendido.

PABLO TORRE

🤳 Mi fondo de pantalla

Recibir al Athletic, a priori, no parecía un partido plácido para repartir minutos. Todo apuntaba a que Pablo Torre se volvería a casa escuchando Why Are Sundays So Depressing, de The Strokes. Otro domingo por la noche pensando que mañana vuelve a comenzar la semana. Pero no lo fue. Torre tuvo algo más de diez minutos para debutar en el Camp Nou, tras meses complicados entrenando sin recompensa. La felicidad de Pablo es la de todos.

Pablo Torre, durante sus primeros minutos en el Camp Nou.  GETTY
Pablo Torre, durante sus primeros minutos en el Camp Nou. GETTY

CAMP NOU

📀Mi 'bonus track'

Un domingo a las 21h de la noche y aún convalecientes de los golpes de Madrid e Inter, capaces, sobre todo el segundo, de hipotecar demasiados meses de competición. Y aun así, el Camp Nou volvió a responder. 84.817 espectadores. Can Barça ha cambiado las camisetas blaugranas con el diez a la espalda por el nueve. Lewandowski es tan fiel a su cita con el gol como decenas de miles de personas de asistir al Camp Nou. Y sin importar el estado de ánimo del club. No hay mejor noticia que esa.