ENTREVISTA

Todo lo que Toni Muñoz vivió de cerca con Jesús Gil y Luis Aragonés: "A Futre le expulsaron, le quitó la prima y nos compró un reloj a todos"

El que fuera defensa del Atlético de Madrid durante once temporadas repasa su carrera como futbolista y sus recuerdos de Jesús Gil y Luis Aragonés, entre otros.

Toni Muñoz, en una foto de archivo, como futbolista del Atlético de Madrid. /Getty
Toni Muñoz, en una foto de archivo, como futbolista del Atlético de Madrid. Getty
Lorena González

Lorena González

Toni Muñoz (Córdoba, 1968) tiene una reunión y nos emplaza para un rato más tarde. Sigue enganchado al fútbol, no para de ver partidos de cantera, del Atleti, del Getafe... El fútbol y el club rojiblanco ha sido su vida, tras once temporadas en el primer equipo, con tres Copas del Rey y una Liga, la del doblete. En lo malo, también, el descenso de la 1999-2000. Después del colgar las botas, ha pasado por los despachos de los rojiblancos y del Getafe, como director deportivo.

Sin embargo, no piensa en regresar a ellos. Desde el suyo recuerda cómo fue lo de tener que trabajar con nueve años tras la muerte de su padre, cómo eran las visitas al vestuario de Jesús Gil o cómo Luis Aragonés cambió su carrera.

Me comentaba que ya no le da a la pelota. ¿Ya le dio ella todo lo que le tenía que dar?

Sí, antes disfrutaba corriendo, sufriendo, pero ahora no, ahora tienes calambres, lesiones, roturas… y para no disfrutar, prefiero verlo y hacer otros deportes. Ahora disfruto del tiempo con mi familia, mis hijas, mi mujer, y viendo a mi equipo: al Atleti.

¿Por su barrio cordobés tampoco pasa? No tuvo una infancia nada fácil, su padre falleció a causa de un accidente y tuvo que ponerse a trabajar siendo un niño.

Sigo ligado a mi barrio, uno de mis hermanos y amigos del cole viven allí. Los Naranjos es una parada obligatoria. Nos quedamos sin papá y éramos cinco hermanos, vivíamos en casa de mi abuela y había que ponerse a trabajar. Mis hermanos se pusieron también a ello, y mis hermanas nos cuidaban. La panadería era del entrenador de mi barrio y ahí empecé, de panadero, pastelero… Siempre guardo buenos recuerdos, casi todos los del alevín éramos del mismo barrio e hicimos una piña. Era difícil con esa edad echar oras y llevar un sueldo a casa. Tenía clase por la mañana, pero de panadero trabajaba de noche y acababa a las 10 de la mañana, no me daba tiempo. Conseguí ir a exámenes y seguir estudiando y trabajando. Por las tardes entrenaba. Todo aquello curtió mi carácter.

Tengo entendido que el Atlético se interesó en usted desde cadete, pero no le fichó hasta los 21 años. ¿Lo tuvo presente durante aquel tiempo?

No, yo jugaba y disfrutaba, estaba muy bien considerado en Córdoba. Ya en juveniles recalé en el Córdoba. Ya pagaban sueldos semiprofesionales, estábamos en Segunda B y empecé a tomármelo más en serio, pensando que el deporte podía ser mi profesión. Hice la mili, y al año me firmó el Atleti. Me siguieron a mí y a Rica, aunque realmente fueron a verle a él, pero acabó firmando por el Murcia. Verían que me salió buen partido y al final se decantaron por mí. Luego lo hemos hablado, somos muy amigos, el fútbol son circunstancias. Yo jugaba de interior zurdo, luego fui reconvertido en lateral.

Toni, en un Ajax-Atlético de Madrid, contra Richard Witschge.  EFE
Toni, en un Ajax-Atlético de Madrid, contra Richard Witschge. EFE

El salto al primer equipo no tardó. ¿Cómo fue?

Yo estaba en el Atlético Madrileño, en Segunda división. Jugué un año y la verdad es que se me dio muy bien. Al finalizar la temporada el secretario técnico me dijo que me voy a hacer la pretemporada con el primer equipo. Me lo dijeron a mí, a Carlos Guerrero, a Diego Díaz y a Julián Romero. Me identifiqué muy rápido con el club, debuté en el primer partido, en campo del Valencia. Ya no podían bajarme al filial ni sacarme cedido.

¿Crees que estabas preparado?

Físicamente creo que podría faltarme algo, pero de cabeza y mentalidad, no. Al fin y al cabo, es un proceso que desconoces, tienes compañeros de altísimo nivel, pero era el convencimiento en uno mismo para decir 'en unos meses estoy aquí preparadísimo'.

¿Antes los futbolistas estaban más curtidos y fuertes mentalmente?

Sí, creo que va con los momentos de la vida que has palpado, en el colegio, universidad, barrio, con la gente mayor que has tratado… Había mucha honestidad, trabajo y lealtad. Son épocas diferentes, porque ahora también tienen carácter para jugar en un gran estadio como teníamos nosotros.

Los buenos recuerdos de Toni sobre Luis Aragonés. Relevo

¿Cree que aquel Luis Aragonés, con sus formas, encajaría en uno de los grandes de hoy?

Ya lo hizo en la Selección y la hizo campeona, mejoró muchos aspectos de su formación, un sistema que creían muchos y no querían cambiar, y al final tienes que condicionarte a los jugadores que tenía, él los tenía muy buenos en aquella Selección.

"Luis me enseñó mucho, me formó para ser valiente, afrontar dificultades"

Toni Muñoz Exfutbolista del Atlético de Madrid

¿Con qué se quedó de él?

A mí me enseño muchísimo, me formó para afrontar dificultades, ser valiente, atrevido, y osado en un estadio con 45.000 personas. Donde lo que vale es tu personalidad y tus condiciones. Era duro y exigente, pero a mí ese tipo de gente me fortalecía, no me debilitaba, me venía arriba. Me hacía que al día siguiente quisiera demostrar. Me puso de lateral izquierdo, porque los jugadores de ataque en un equipo grande son determinantes, son los que juegan de espaldas. Nos vio a Aguilera y a mí, siendo muy ofensivos, rápidos. Empezó con una línea de cinco, con laterales muy profundos. Nos adaptó a jugar en ese sistema.

Toni, en una rueda de prensa, junto a Molina, Santi Denia y Kiko.  ABC
Toni, en una rueda de prensa, junto a Molina, Santi Denia y Kiko. ABC

¿Le cayó muchas broncas suyas?

Broncas echaba, error que tuvieras, había bronca, pero eran naturales. 'No te coloques así', 'enfila bien', 'se te ha ido tres veces por esto o por esto'. Lo que nos hacía era repetírtelo tres veces, había que aprender rápido.

Toni Muñoz rememora cuando perdían y Gil bajaba a los vestuarios. Relevo

¿Y de Jesús Gil?

Cada vez que perdíamos un partido, había bronca, bajaba al vestuario… Tenía muy mal perder y no tenía cara B, se le notaba, como cogiera a uno… Nos escondíamos o nos íbamos a la ducha para que se le pasara. Mejor el análisis al día siguiente y no en caliente, que igual que él, estábamos todos calientes. Pero quedaba ahí. Muchos argumentos de fútbol no tenía, pero él sobre la derrota ya tenía todo el argumento para atacarte. Si encima el portero había fallado, le decía 'eres muy malo, cómo te hacen ese gol'… Buscaba reacción, pinchar. También era muy generoso cuando ganábamos la Copa del Rey o algún partido, y muy crítico en la derrota. Era blanco o negro.

¿Por qué dice lo de generoso?

Recuerdo que a Futre le expulsaron en un partido, Jesús se cabreó, le sacó la prima y fue para un reloj para todos los jugadores. No tenía término medio, era siempre alto voltaje.

¿Pero en frío entraba en razón?

Sí, claro que sí, cada semana montaba reuniones con los capitanes. Luego las reflexionaría a su manera, era muy peculiar, pero claro que escuchaba. Era un experto en cambiar entrenadores. Si nos preguntaba, le dábamos nuestra opinión, pero a él nadie le engañaba porque venía a ver los entrenamientos.

¿Cuándo sintieron que podías ganar el 'doblete'?

Fue el partido contra el Barça en Barcelona que ganamos 1-3. Creo que ahí fue pensar que llevábamos toda la temporada peleando arriba, habíamos empezado con muy buena inercia, jugando bien… Pero cuando realmente la Liga se aprieta y te pone en una tesitura en la que uno o dos partidos puede cambiar la historia, fue ahí cuando dijimos 'ahora, sí es verdad que somos firmes candidatos', encima dependíamos de nosotros.

Cuénteme sobre su 'no' fichaje por el Real Madrid...

Fue hace mucho tiempo, está ahí en la hemeroteca. El segundo año en el Atleti debuto con la Selección y se pusieron en contacto con Jesús Gil y querían firmarme. Me senté con el presi y le dije que no me quería ir, y me dijo 'pues yo tampoco te quiero vender'. Y nos quedamos, nadie dijo que no. Nunca me arrepentí.

"El Madrid quiso firmarme. Me senté con Gil y le dije que no me quería ir. Me dijo: 'pues yo tampoco te quiero vender'"

Por entonces tenía al Cholo Simeone de compañero de habitación.

Dentro del campo ya tenía parte de entrenador, quería controlar todas las situaciones, tanto defensivas como las ofensivas, hablaba mucho en el campo, corregía… Fuera del terreno de juego era un tipo muy obsesionado, en las concentraciones en el día de antes te exigía que estuviéramos al máximo. Era y sigue siendo muy obsesivo.

Unos años después, Toni realizó una llamada a Simeone que cambió la historia del Atlético de Madrid. Ya ninguno de ellos era futbolista en activo. Uno, el español, estaba en los despachos del Vicente Calderón. El otro, el argentino, ya estaba en los banquillos. De ello hablaremos con Toni en la segunda parte de esta entrevista.