SEVILLA 0 - ATHLETIC CLUB 2

La tormenta del Athletic apaga el efecto Quique

Los bilbaínos superaron al Sevilla para incendiar el Pizjuán y meterse por primera vez en puestos de Champions League.

Los jugadores del cuadro bilbaíno celebran el primer tanto del partido./EFE
Los jugadores del cuadro bilbaíno celebran el primer tanto del partido. EFE
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Este Athletic va muy en serio. Mucho. Ya nadie puede ponerlo en duda, cumplido el ecuador del campeonato y ubicado en puestos Champions por primera vez en la temporada. Si además lo haces con récord de puntos (38) y ganando en un estadio como el Ramón Sánchez Pizjuán, la ilusión se desborda en el bando bilbaíno. Todo lo contrario que en el Sevilla FC, donde ni el homenaje a Fernando ni la presentación de Quique Sánchez Flores fueron suficientes para acallar la frustración que siente la afición hispalense.

No es para menos porque esta nueva derrota le deja hundido en la clasificación, solo un punto por encima del descenso y con una imagen que aunque mejoró por momentos es demasiado pobre para la historia de esta entidad y este grupo, aún vigente campeón de Europa League. La realidad es que le costó muchísimos minutos al Sevilla entender el tipo de partido que había planteado Ernesto Valverde, con una presión muy adelantada y con un doble pivote que ocupaba todos los espacios interiores.

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Sufrieron en el comienzo, sin aprovechar que el envión anímico del adiós de una leyenda como Fernando y, sobre todo, que la afición fue benévola con el equipo en el arranque por ser la presentación de Quique ante su gente. Pero no tardaron en aparecer los primeros murmullos tras las pérdidas en salida, generadas por la presión bilbaína y, aunque hubo un tramo en el que parecía que podían enchufarse, el Athletic dominó sin problema la primera mitad.

Y es que este equipo que ha construido Valverde, que cumplía 500 partidos en LaLiga, es mucho equipo. No importa quién juegue. Ni siquiera se notó la ausencia de Iñaki Williams y tampoco que el Txingurri modificó el doble pivote que venía jugando en las últimas jornadas, con la vuelta de Galarreta y Vesga. Siempre juegan igual, siempre imprimen un ritmo infernal a los partidos y han conseguido un estado de confianza que les lleva a dominar cuándo y cómo quieren a sus rivales.

Recital bilbaíno y reacción tímida local

El choque comenzó con algo de tanteo de ambos equipos, pero pronto avisaron Berenguer, con un disparo manso, y Guruzeta con un golpeo colocado al que Dimitrovic respondió despejando a córner. Eran los primeros síntomas del vendaval que se le venía encima a los locales. Nico Williams desaprovechó una gran ocasión tras una jugada de videojuego entre el menor de los hermanos y Berenguer, con taconazo incluido. Unos minutos después llegó el tanto de Vesga, demostrando que este conjunto bilbaíno es más ambicioso que nunca. En un saque de banda y tras una serie de asociaciones, cuatro futbolistas esperaban el centro de Galarreta. Vesga remató solo y no erró, haciendo justicia a lo visto en esa primera hora.

Lo que restaba de primer tiempo fue un calvario para el Sevilla. Nico, que ya se había divertido con Juanlu, se cambió de banda y volvió loco a Pedrosa. Protagonizó varias jugadas personales, un intento osado con un disparo al palo corto e incluso un remate de cabeza en el segundo palo, pero los locales consiguieron sobrevivir pese a que incluso lamentaron la lesión de Gudelj, sustituido por Rakitic. El segundo tiempo comenzó igual, con una triple ocasión que inició con un larguero de Nico, un posible penalti por mano de Juanlu y una salvada en la línea de gol de Badé tras un remate de Oihan Sancet.

Sin embargo, ahí apareció el orgullo hispalense. Rakitic asumió los galones, Ocampos hizo gestos a la grada para enchufarla y se calentó el choque. 50 minutos después del pitido inicial, empezó a jugar el Sevilla. Es cierto que sin grandes ocasiones, pero sí cargando el área con centros que hacían olían a peligro y que fueron metiendo el miedo en el cuerpo de los visitantes, ya sin el control del partido y sin esa presión adelantada.

Los cambios de Valverde, dando entrada a Prados y Herrera en el doble pivote mejoraron a los suyos, aunque fue de nuevo Unai Gómez el que devolvió el ritmo a los vascos. Una acción del joven de Bermeo, ganando la posición a Rakitic y generando una falta lateral, fue suficiente para 'matar' el choque. Paredes remató en el segundo palo -otra vez muy solo y muy mal defendido por Nianzou- un gran centro de Ander Herrera y finiquitó el choque a falta de 15 minutos.

Lo que restaba de choque fue un drama para el Sevilla. Tuvieron la posesión, pero solo Ocampos parecía tener el ímpetu necesario para intentar la heroica. Se vaciaba parte del Pizjuán, languidecía el partido y todos esperaban el pitido final. El conjunto local para que lleguen cuantos antes los fichajes del mercado invernal y el Athletic para celebrar su undécima victoria, sus 38 puntos y su nuevo puesto de Champions. Y ahora vienen la Copa y el derbi vasco ante la Real en San Mamés. Más no se puede pedir.

- Ficha técnica:

0 - Sevilla FC: Dmitrovic; Juanlu (Januzaj, min. 64), Badé (Nianzou, min. 64), Sergio Ramos, Kike Salas, Pedrosa (Marcao, min. 80); Gudelj (Rakitic, min. 41), Sow (Óliver Torres, min. 64), Suso; Ocampos y Rafa Mir.

2 - Athletic Club: Unai Simón; Lekue, Vivian, Paredes, Yuri; Galarreta (Herrera, min. 68), Vesga (Unai Gómez, min. 74); Nico Williams (Adu Ares, min. 80), Sancet (Prados, min 68), Berenguer y Guruzeta (Raúl García, min. 74).

Goles: 0-1, min. 30: Vesga. 0-2, min. 76: Paredes.

Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a los locales Sow (min. 36), Rakitic (min. 75) y Marcao (min. 87); y al visitante Raúl García (min. 92).