Por qué el Villarreal sigue brindando por la permanencia pese a pelear la Champions: "Preguntad a Murcia, Zaragoza, Salamanca..."

El Villarreal ha celebrado este martes el tradicional brindis de permanencia en Primera División. Probablemente esto te sorprenda y te preguntes cómo es posible que festeje esto un club que está ahora mismo peleando por clasificarse para la Champions, que ha llegado a semifinales de la máxima competición continental o que solo hace unos años ganó la Europa League ganando al Manchester United en la gran final. También se lo han preguntado probablemente los aficionados del propio Submarino Amarillo, pero José Manuel Llaneza, fallecido en 2022, siempre tenía una respuesta para todo.

En este acto ajeno a la normalidad, a lo que suele ser habitual en Primera División, Fernando Roig, su presidente, anunció el motivo del brindis con total naturalidad: "Vamos a tener un acto como todos los años y en memoria de José Manuel por haber conseguido matemática o virtualmente estar en Primera División. Vamos a hacer un brindis por haber conseguido los 44 puntos. Lo hemos conseguido 14 jornadas antes. Para el año que viene, míster, que en vez de 14 sean 16".

Quizás pudo tener sentido hace unos años cuando el Villarreal podía sufrir o cuando su objetivo era precisamente ese: la permanencia. Ahora nadie esconde que la meta es la clasificación para competiciones europeas, en esta ocasión, incluso, el puesto en Champions. ¿Pero qué le lleva al club a seguir celebrando esta ceremonia? Para entenderlo hay que echar la vista atrás y recordar la figura de José Manuel Llaneza, el precursor de un club que ya es un histórico de nuestro fútbol.

José Manuel Llaneza siempre insistió en la importancia de celebrar porque el Villarreal, prácticamente un club milagro, no debe olvidar sus orígenes. Quedarse entre los mejores es un logro que no está al alcance de cualquiera. En honor a su memoria, tras su fallecimiento en 2022, el club se encargó de respetar la tradición y mantenerla en cualquiera de las situaciones. Tanto es así que pese al evidente éxito de la presente temporada, el primer paso es no dar por hecho que ya su historia va por otro lado. Nadie sabe, y que se lo digan al Valencia, si algún día volverán las aguas turbulentas.

Roig, en su honor, pronunció: "Siempre realizaba este acto para poner énfasis a la importancia de que un club como el Villarreal siga cada año entre los mejores. Cada año, cuando alcancemos la barrera de los 42 puntos, seguiremos celebrando este acto. No es nada fácil estar año tras año en Primera División, compitiendo ante tantos clubes de tantas ciudades importantes. Es algo que debemos valorar. En este club siempre somos y seremos ambiciosos, pero ello no quita que sepamos valorar cuando lleguemos a este objetivo".

No deja de sorprender que el Villarreal, con un presupuesto cercano a los 150 millones de euros, continúa en sus trece. Tal fuerte debía ser la convicción de José Manuel Llaneza para que se mantenga a día de hoy. Porque, por supuesto, le preguntaron en su día el por qué mantener una tradición cuando el objetivo alcanzado ya se daba por hecho incluso antes de que empezara a rodar el balón.

Llaneza, siempre perspicaz, miraba a los ojos de los presentes y ofrecía una resolución rotunda para todos aquellos que tuvieran la más mínima duda: "Preguntadle a los de Zaragoza, Murcia, Málaga o Salamanca. A ver qué opinan ellos. Muy pocas ciudades en España tiene un equipo en la élite y nosotros estamos en ese selecto club". Y añadía: "Hemos acostumbrado demasiado a la afición a estar casi siempre en Europa, pero ello no debe nublarnos la vista. Lo más importante y primero que nada, el objetivo debe ser seguir en Primera División".

Llaneza estuvo más de 25 años defendiendo con honor el escudo del Villarreal en los despachos, siendo uno de los hombres más queridos en el fútbol español. Porque él, mejor que nadie, sabe lo que es sufrir: "Entré aquí para intentar pagar al día si era posible y no descender a Segunda División B. Cumplir eso era un triunfo grande".

Es más, es una tradición que ya celebraba él solo antes de darla a conocer al club y la afición: "El tema de los 43 puntos es algo que celebraba ya desde hace muchos años yo solo. Cuando los lográbamos, sin decir nada a nadie, me iba a comer yo solo y me tomaba una copa de champán. Lo conté y poco a poco se fue uniendo más gente". Su cierre no dejaba de ser la seña de identidad de un equipo que nació de lo más bajo y que ahora ha llegado a lo más alto gracias a su trabajo e ilusión. Siempre con los pies en el suelo: "Si nos creemos ricos acabaremos pobres".