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La gesta del Girona para liderar LaLiga: tres piezas clave, el rol de Guardiola y los fichajes de Cárcel

El equipo de Míchel termina en cabeza la séptima jornada. Su mérito esconde mucho más que la inestimable ayuda del City Group.

Los jugadores del Girona celebran la victoria en Vila-real. /EFE
Los jugadores del Girona celebran la victoria en Vila-real. EFE
Manuel Amor
Albert Blaya

Manuel Amor y Albert Blaya

Hace poco más de 20 años, en 2002, el Girona deambulaba en busca de suerte por los campos de la Tercera catalana. Estaba habituado a vivir en la sombra, a alternar ascensos efímeros a Segunda B y descensos a Regional, y jamás se hubiera imaginado convertirse en tiempo récord en el espejo de todo el fútbol español. Pero los sueños se cumplen y la que siguen rodando en Montilivi es la gran película del momento: un equipo humilde que se codea de tú a tú con Barcelona y Real Madrid y que ha terminado la séptima jornada como líder en solitario de LaLiga.

En su éxito hay mucho de despacho, con el apoyo del City Group y el ojo clínico del director deportivo Quique Cárcel; mucho de futbolistas, con Sávio, Yangel o Aleix García como nombres propios; y mucho de pizarra, consagrado Míchel como el entrenador del momento. En Vila-real, donde gusta desde hace tiempo, repartió su enésima lección táctica para doblegar a Pacheta (1-2) y sumar la sexta victoria consecutiva. Sus números asustan (19 puntos de 21 posibles) y este sábado reciben al Madrid de Ancelotti, que no está ofreciendo su versión más plena.

Detrás de la gesta se esconde una estructura casi perfecta, con margen para apostar en jóvenes valores (23 millones gastados este verano) y con roles perfectamente repartidos. Todo empieza y acaba en un Guardiola: Pere, hermano de Pep, es el presidente del Consejo de Administración y el responsable del brazo empresarial. El City Group se alió con él para adquirir la mayoría accionarial del club en 2017 y le dejó al mando de las operaciones. El crecimiento del Girona no se entendería sin su visión.

Su figura ha estado siempre eclipsada por Pep, pero todos los que le conocen de cerca le definen de la misma manera: "Es pura inteligencia". Estudió Electromecánica y aterrizó en Nike en 1997 de la mano de Sandro Rosell. Allí gestionó los patrocinios, firmó a cracks de la talla de Ramos, Iniesta o Busquets y trabajó en los contratos de Ronaldinho o Ronaldo, uno de sus mejores amigos en el mundo del fútbol. En 2009 abandonó la firma para montar su propia agencia de representación, Media Base, y allí también triunfó: llevó a Luis Suárez al Barça, lideró el crecimiento de Brahim... Su entrada en el Girona en 2017, de la mano del City Group, desembocó en su desvinculación de la empresa. Aunque vive en Londres, todos los fichajes y asuntos decisivos del club pasan por sus manos.

Por debajo, sin desmerecer al presidente Delfí Geli y al CEO Ignacio Mas, brilla uno de esos directores deportivos que marcan goles: Quique Cárcel. Como muchos en el club, Míchel suele decir que nada se entendería sin sus milagros. Sobran los ejemplos desde su llegada en 2014, pero no hace falta retroceder más allá de este verano: perdió a pilares como Santi Bueno, Oriol Romeu, Riquelme o el Taty Castellanos y se trajo casi con el mismo dinero a Blind, Jhon Solís, Portu, Dovbyk o los cedidos Eric García, Pablo Torre y Sávio, además de ejecutar las opciones de compra de Yangel Herrera, Iván Martín y Gazzaniga. Su búsqueda de técnicos de un perfil muy concreto -Unzué, Eusebio...- le condujo hasta Míchel, al que no dudó en apoyar en los peores momentos.

Quique Cárcel repasa el mercado del Girona. GIRONA FC

Hace dos temporadas, en Segunda, el preparador atravesó un momento crítico. Sólo ganó dos de los primeros 10 partidos, pero Cárcel se apoyó en las buenas sensaciones y la estadística avanzada, cerró filas con él y le mostró su apoyo. Fue el principio de todo. Aquella campaña se saldó con ascenso y muchos creen ahora que este Girona es uno de los equipos con mejor fútbol de todo el Viejo Continente. Su técnico gana partidos con su dirección de campo y sus planteamientos enamoran hasta a los más escépticos. Además de encabezar la tabla, su Girona es el conjunto de LaLiga que más xG por disparo suma (0,14) y ha marcado ya diez goles desde el área pequeña, la cifra más alta de todas en este inicio de curso.

No existe en Primera un equipo que ataque mejor un bloque replegado, que use mejor a cada futbolista y que entienda cómo conquistar los espacios que el rival trata de negarle. En una competición que a veces premia lo rácano, Míchel demuestra que la vanguardia también gana. Ha logrado potenciar sus costados, con Sávio y Tsygankov como rayos, y encontrar el equilibrio con Aleix García como sustituto inesperado de Romeu. Su última obra ha sido devolver a Portu a la mediapunta, una posición en la que ya le utilizó en su primera etapa en Girona y en la que está rescatando su mejor versión.

Otra de sus modificaciones ha sido situar una línea de tres centrales (David López, Eric García y Daley Blind, normalmente) para atacar de forma asimétrica en función de los perfiles que tenga. Ante el Villarreal, Miguel Gutiérrez -que también puede actuar de interior- jugó el rol del neerlandés. El objetivo es siempre el mismo: mover al rival, ganar metros y tener pases que abran puertas para encontrar a los jugadores más decisivos. Su estilo triunfa, gusta y es efectivo. Más allá de lo puramente táctico, el vallecano sabe tocar como nadie la fibra del futbolista, como demuestran sus charlas virales. "Cuando llevas tiempo con él piensas en qué dirá después de una derrota, pero siempre encuentra las palabras perfectas. Es un crack. Te deja la frase ideal para que el equipo se levante", cuentan a Relevo desde su cuerpo técnico.

Los jugadores del milagro

Todos estos 'arquitectos', cada uno desde su posición, han logrado construir el mejor elenco posible de futbolistas en este segundo curso en Primera. Los ucranianos Dovbyk, que llegó por casi ocho millones del Dnipro-1 y lleva ya tres goles, y Tsygankov, que costó cinco y no deja de producir números, son algunas de las piezas clave (como Gazzaniga, Blind, David López, Miguel o Iván Martín), pero tres sobresalen por encima del resto.

El primero de ellos, sin duda, es el joven brasileño Sávio, la gran revelación de este inicio de temporada por pura determinación y un talento que le permite marcar diferencias jugando a pierna natural (la izquierda), alejado de su diagonal. El extremo, que está cedido hasta final de temporada por el Troyes (otro equipo del City Group), es un puñal que ataca constantemente a su par, buscando el cambio de ritmo y la conducción rompiendo hacia dentro, algo que, al ser zurdo y actuar por ese costado, no esperan sus rivales. Tiene sólo 19 años, pero regatea, asiste y genera: su fútbol rebelde es el sello de este Girona. Nadie le esperaba a este nivel.

Tan o más injusto resultaría no mencionar a Aleix García. Cerca de llegar a su madurez, Míchel le planteó un reto: ¿por qué no, en lugar de fichar un sustituto para Oriol Romeu, redoblar su confianza en el catalán? Dicho y hecho. A sus 26 años, Aleix está siendo el mediocentro del Girona en el 1-4-3-3 que plantea el técnico, comandando al equipo y mostrando todos sus recursos con balón, que son muchos y muy amplios. Salvo Kroos, no hay centrocampista en LaLiga que tenga su golpeo para mirar lejos y servir faltas y saques de esquina, un atributo que empuja su fútbol a niveles productivos importantes. Su juego, fluido, tranquilo y paciente, es el sinónimo de lo que busca el madrileño, la extensión del técnico en el verde y un centrocampista que deja con cada envío su sello personal.

Con Yangel Herrera, Míchel nunca se esconde. Sabe que un Yangel sano, algo que desgraciadamente no sucede siempre, es un salto de calidad diferencial para el Girona. El ex del Granada está siendo el interior que le da sentido al equipo, convertido en una amenaza constante para el rival al rellenar el punto de penalti, algo que logra con muchísimo sentido, y poniendo ese punto físico necesario para ganar duelos y permitir que, en sus momentos de inferioridad, el equipo siga compitiendo. El venezolano es calidad, físico y disciplina táctica, un jugador de nivel Champions que Míchel usa con maestría para exprimir todas las posibilidades que ofrece con y sin la pelota.

Ellos son sólo tres de las piezas que dan sentido al tablero. El preparador también tiene un tesoro en Yan Couto, teórico lateral al que utiliza como extremo; el joven Arnau, un '2' excelente en la asociación; el liderazgo del inmortal Stuani, tan o más importante en el vestuario que con su olfato en el área; o Eric García, que ha encajado como un guante en la propuesta y que en Vila-real marcó el gol de la victoria con un gran cabezazo. Todos suman y aportan su granito de arena para que el Girona, un equipo que rozó la desaparición y que en 2008 celebró su ascenso a Segunda B en una plaza del Ayuntamiento casi vacía, sea ahora el equipo de moda en Primera y el líder en solitario de LaLiga.