BARCELONA

Un año desde la última lesión de Dembélé: las claves de su renacimiento

El extremo francés es pieza vital para Xavi y ha dejado sus constantes problemas físicos atrás.

Ousmane Dembélé lleva un año sin lesiones/Getty
Ousmane Dembélé lleva un año sin lesiones Getty
Albert Blaya

Albert Blaya

Ousmane Dembéléha dejado atrás el que hasta hace un año era su modo de vida. Una rutina constante de lesiones, quirófanos, recaídas e intentos frustrados por complacer unas expectativas monstruosas. El fútbol amenazaba con dejarle sin espacio y reducir su nombre a una curiosidad pasajera, un recuerdo. Todo le pilló muy joven y con solo 25 años, Ousmane está viviendo una segunda oportunidad de la mano de Xavi. Dembélé ya no se lesiona, y con esto nace un jugador nuevo.

Desde que llegase al Barça, el francés ha sido más un jugador construido sobre las posibilidades que sobre la realidad. Se proyectaba en él lo que podría ser y no lo que era. Un total de 13 lesiones y 110 partidos perdidos, cifras que alejaban a Ousmane de la conversación a la hora de elegir a quién mirar para hacer crecer el equipo. Pero todo empezó a cambiar con Koeman. Cuando Ronald llegó, el francés solo tuvo una lesión muscular que le hizo perderse tres semanas en el mes de diciembre y pudo empezar a sumar minutos, siendo extremo o punta con Messi y Griezmann por detrás. Empezaba a crecer.

La llegada de Xavi fue el punto de inflexión definitivo. Muchas veces lo físico va atado a lo mental, y Ousmane necesitaba sentirse querido. "Es un jugador que necesita que le estén encima, sentir que es importante", comentan desde el club. Nada más llegar, el técnico dijo: "Dembélé tiene el potencial para ser el mejor jugador del mundo en su posición". Unas palabras que sirvieron de motivación y también una muestra de confianza en el talento del ex del Dortmund. Dembélé se encontraba ante un escenario nuevo: sin Messi, con una plantilla muy joven y siendo de facto el único atacante con capacidad para desequilibrar. La responsabilidad era mayor, pero también lo su hambre.

Cambio de hábitos

Empezó a cuidarse más. La alimentación dio un vuelco radical, sobre todo desde que Xavi estipuló que después de los entrenamientos se coma en la ciudad deportiva. También el cuidado de sus piernas, otrora condenadas a movimientos demasiado explosivos para la preparación que recibían. Esto se corrigió con trabajo de prevención en el gimnasio y también gracias a la llegada del fisio Carlos Nogueira, con quien Dembélé ha establecido una relación estrecha, algo clave para el cuidado de sus piernas, que son la base de su juego. A todo esto se le debe sumar que el francés ha madurado, algo que él mismo ha subrayado en distintas entrevistas. Y esto obedece a la edad y también a la configuración de la plantilla. Mucho más joven y con jugadores como Kounde o Kessie, con quien se lleva muy bien.

Dembélé renovó a la baja, pero eso lleva trampa. Si bien su salario base sí es algo más bajo, Mateu Alemany incluyó en el mismo una serie de variables atadas a la disponibilidad; cuantos más partidos, más dinero. Si cumple los objetivos estipulados, podría percibir una cantidad casi igual que la que cobraba anteriormente. De momento, suma 1.143 minutos, el tercer jugador de campo que más ha jugado por detrás de Lewandowski y Pedri.

Pero no todo es un camino de rosas. Esta confianza choca con un rendimiento irregular en el que juega partidos maravillosos (ante el Pilzen o Athletic en el Camp Nou), con otros de muy flojos (Real Madrid o Inter). La cuestión es que sigue sin marcar las diferencias de forma regular, no al nivel que se le espera, y todavía es un jugador muy dependiente de la inspiración puntual. Sobrevivir en la élite solo con esto, por mucho talento que tengas, es complejo. Necesita encontrar caminos que le permitan diversificar y ampliar su juego para combatir esta falta de lucidez en algunos momentos. Comprender el juego es esencial.

De ahí que tanto Xavi como su staff le insistan en que mire a su alrededor, que no siempre encarar es la mejor opción, aunque valoren esta valentía en partidos en los que nada sale. Porque intentarlo es siempre loable, pero a veces es mejor poner a guardar la ropa para que la lluvia no te pille. Dembélé es como si hubiese estado desde 2017 en una caja con formol, esperando su momento. Como si su fútbol se hubiese congelado. Será tarea suya y del staff lograr que sume nuevas capas de profundidad.