Aurelien Tchouameni se va quedando sin apoyos y el Real Madrid ya se abre a escuchar ofertas por él
El rendimiento del francés, con contrato hasta 2028, empieza a dejar dudas en el club, que prefiere apostar por Camavinga.

Entre los muchos señalados del Real Madrid esta temporada, en el que nada parece funcionar del todo, se empieza a quedar sin crédito Aurelien Tchouameni (24 años). La realidad de Valdebebas, que prácticamente nunca trasciende al gran público, indica que existen motivos de peso por los que el francés empieza a perder el beneplácito en las diferentes instancias del club. Desde hace tiempo se empieza a cocinar un nuevo escenario en el que pasaría a un segundo plano. Descansó contra el Dortmund y contra el Barcelona fue el primer cambio. Ya nada parece casualidad.
El nivel del ex del Mónaco despierta en estos momentos más dudas que certezas. Y el club no mira para otro lado. No iba a ser menos: se gastó 80 millones de euros en un mediocampista que debía tomar el control de la medular y, sobre todo esta temporada, no lo está haciendo. Reemplazar nada más y nada menos que a Casemiro no es sencillo. Tras dos años de adaptación y de un rendimiento más que aceptable, este curso sus prestaciones han bajado como mediocentro y central. Se ha visto obligado a realizar más tareas de la cuenta y ha mostrado muchas lagunas. Los análisis tácticos de los últimos partido dejan muchas dudas en el staff.
Tanto es así que empieza a quedarse sin valedores. Sólo Ancelotti mantiene la fe, con más matices que antes. Los directivos a los que convenció durante la 15ª Champions han cambiado de opinión por lo visto en los últimos meses. Su papel en el Clásico fue bastante preocupante y este curso nunca ha brillado en su puesto. Ha mostrado una versión correcta y contundente, muy útil para el equipo, pero sin estar a la altura de lo que se espera. Ese crédito empieza a agotarse y esa etiqueta de intransferible que compartía con otros jóvenes ya no se da por sentada en la planta noble como hace unos meses. En el puzle de los próximos años, su pieza empieza a considerarse totalmente sustituible. Si antes no se escuchaban ofertas por él, esa postura ha cambiado. Tiene buen mercado y no quieren despreciarlo.
La herencia envenenada de Kroos
Todo comenzó con la salida de Kroos el pasado verano. Nadie en el club se la esperaba. Ni siquiera el propio Toni, que meses antes de terminar el curso se veía con fuerzas para continuar. Motivos personales, nunca futbolísticos, le llevaron a colgar las botas. Sin él y sin fichajes de su perfil, Ancelotti perdía el aceite de la máquina, obligando a Tchouameni y a otros compañeros a asumir más responsabilidades. En este nuevo rol, al francés se le han empezado a ver algunas costuras.
Pero los problemas llegan cuando falla en el que se presupone como su punto fuerte. En el club le ven perdido en defensa, incapaz de tapar los huecos de un equipo que se deshace con facilidad y que está muy lejos de tener el equilibrio deseado. Los agujeros frente al Barça en la medular terminaron de rematarle. Esto provoca que Ancelotti le señale más de la cuenta y, a veces, con cierta vehemencia. Como en Vigo, donde le llamó a filas durante una primera parte en la que, desde el primer minuto, se le vio fuera de sitio e incapaz de dar el empaque que se le presupone. Los análisis posteriores han evidenciado una vez más en este mes que no se ofrece como debe, aportando soluciones en la salida, ni tapa como se le exige.
El técnico italiano sigue confiando en su pupilo. Principalmente, porque ve que es el jugador más preparado de la plantilla para hacer las labores que le pide al pivote. Camavinga, el preferido en la planta noble, no le convence como ancla y si tiene que elegir es más proclive a decantarse por Valverde. Pero Ancelotti, como el resto, ve que el nivel de Tchouameni ha bajado. El equipo paga gravemente su intermitencia y hay quien le apunta como uno de los puntos débiles en el drama defensivo ya habitual cada fin de semana en estos primeros meses de 2024-25.
El club apuesta por Camavinga... y piensa en Rodri
En discordancia con Ancelotti, al club le gusta más Camavinga que Tchouameni. La directiva, con Florentino a la cabeza, prefiere apostar por el ex del Stade Rennais en esa posición. Nada de ese invento de colocarlo como lateral izquierdo, donde el presidente considera que se devalúa. Debe jugar en la sala de máquinas y mejor si es en la base, donde algún directivo ve ahí al mismísimo Seedorf. Un futbolista con mejor toque que su compatriota pero más alocado en lo táctico, lo que provoca que el cuerpo técnico no acabe de verlo, por ahora, en un puesto de tanta responsabilidad.
Otro nombre que suena en los pasillos de Valdebebas es el de Rodrigo Hernández, flamante Balón de Oro el pasado lunes. El madrileño está en el radar, más allá de que la lesión de rodilla haya bajado las expectativas. "Le digo a Rodri todos los días que fiche por el Madrid, que le necesitamos", dijo Carvajal sin tapujos en una entrevista para la Cope. Y no sólo es Dani: a directivos y técnicos les encanta el centrocampista del Manchester City, que acaba contrato con el equipo inglés en 2026. Ven la solución a los problemas que hoy son tan visibles.
Con todos estos ingredientes, se complica la situación de un Tchouameni. Día a día va perdiendo ese estatus que siempre ha generado debate. Su rendimiento será examinado semana a semana, pues el runrún con él viene de lejos y los apoyos son menores. Próxima parada, Mestalla. Por suerte para él, todavía cuenta con algo de crédito de Ancelotti, salvoconducto para intentar voltear su situación. Pero que no tarde en reaccionar porque el staff ya sabe que, ante la duda entre alternativas, Camavinga.