El Valdano comentarista sufre lo que no sufría como jugador: "Escribí sobre Guler y los turcos asaron a mi hijo"

Jorge Valdano es una voz autorizada dentro del mundo del fútbol por su experiencia, su saber estar y los cientos de experiencias que ha vivido de la mano de los grandes protagonistas. Ahora en un rol de opinador, de comentarista televisivo e incluso de entrevistador, ve las cosas desde otra perspectiva. Rara vez le toca pasarse al otro lado y ser él el que tiene que recordar su paso por los campos y los despachos. Es lo que le ocurrió con José Ramón de la Morena, en el podcast de su fundación. Aunque rememoró sus años más metido en la dinámica futbolística, tampoco pudo evitar comentar la actualidad, siempre de la mano de sus vivencias con los jugadores que pasarán a la posteridad.

Aunque ahora ofrece su opinión de forma continuada en la televisión, sigue evitando el posicionarse a través de internet: "Yo me he escapado absolutamente de las redes, no estoy en ninguna. Por ahí castigan a mi hijo, que está en Instagram y se llama igual que yo". Entonces recuerda una anécdota que puede resultar graciosa, pero que sube de tono cuando las críticas o los insultos resultan desmedidas. Pasó por un artículo que escribió sobre Arda Guler: "Recuerdo un día con un jugador que escribí… No era crítico, era una especie de consejo. Estaba en un gran equipo y a mí me parecía que para evolucionar hacia la condición de indiscutible, le convendría pisar un territorio un poco más amable porque en el equipo en el que estaba le iba a costar jugar".

De primeras se negó a dar el nombre, si bien finalmente lo desveló: "Era Arda Guler. Mi pobre hijo tuvo que borrarse (de Instagram) porque los turcos lo asaron, con comentarios muy agresivos. Pues ahora mismo hay gente que empieza a decir que Guler necesitaría salir del Real Madrid para competir, para jugar, que es cuando un jugador crece. El artículo desde ese punto era muy elogioso, porque no hay tantos jugadores de esas características: técnico, creativo, están desapareciendo… Son ejemplares únicos, hay que cuidarlos, pero para evolucionar tiene que ir pisando los escalones justos".

Ese Valdano opinador también tiene mucho que decir sobre Leo Messi o Cristiano Ronaldo, con la diferencia de que con ellos ha compartido espacios y ha podido tratar en múltiples ocasiones. Al argentino le entrevistó y desveló la otra parte de la conversación que no se pudo apreciar como tal en la televisión: "Me dijo que había sido señalado por Dios. Hay una conciencia así. Porque yo en un momento le dije de broma que si era consciente de que si en lugar de llegar ese espermatozoide a ese óvulo llegaba el anterior o el siguiente, la pelota en lugar de pegar en el palo y entrar, a lo mejor pegaba en el palo y se iba para fuera. Y él me lo llevó al lado religioso. 'No, yo soy consciente de que Dios me apuntó'. Que está muy bien, tiene convicciones religiosas y lo llevó por ese lado".

Más allá de filias, fobias y creencias, Valdano no oculta esos aires de divinidad que irradia Messi: "Sobre todo quiero hablar de la conciencia de ser un elegido. La tiene porque además el fútbol se lo demostró durante más de 20 años. Un tipo en donde todo el aparato de espionaje que hay alrededor de los equipos, han intentado durante 20 años desactivarlo futbolísticamente y todavía no lo han logrado. ¡Y han pasado 20 años!". El testimonio es tan claro que a José Ramón de la Morena incluso le dio algo de reparo sacar el nombre de Cristiano Ronaldo, su gran rival generacional.

"Cristiano… Si el genio nace, Messi; si el genio se hace, Cristiano… Hay más mérito en hacerse porque el que nace tiene una ventaja descomunal. Uno ve a Messi jugando con seis o siete años, que hay imágenes, ya está ahí el patrón creativo que conocemos en el profesionalismo. En cambio, Cristiano se hizo un cuerpo nuevo, lo suyo es extraordinario, es un ejercicio de superación personal. No tanto como enclenque, pero no tenía ese poderío que le ha venido tan bien en su fútbol. Yo siempre digo que es el ego más rentable de la historia del fútbol porque es un ego puesto al servicio de la superación", considera.