El Valencia hace piña por la permanencia y levanta la cabeza en Elche
El club respaldó a Baraja antes de su cita más importante, la afición se desplazó masivamente a Elche y el equipo respondió con un contundente 0-2.

Paso al frente del Valencia CF. Ha tardado, lo ha hecho con retraso y lo ha dado cuando está ya inmerso en los puestos de descenso hasta el punto de que terminará la jornada en dichas posiciones pase lo que pase. Pero por fin el conjunto che regresó a la senda de la victoria. Lo hizo en Elche, ante un equipo ya virtualmente descendido, pero lo hizo, que a fin de cuentas era lo que le pedían los más de 6.000 aficionados que se desplazaron a la ciudad ilicitana.
Samuel Lino y Verdú en propia, tras un centro envenenado de Gayà, dieron al Valencia el +3, cuatro partidos después, poniendo fin además a la peor racha como visitante del conjunto che desde 1979 (acumulaba 7 derrotas de manera consecutiva). Al partido llegó el Valencia con incontables bajas (Ilaix, Hugo Duro, Castillejo, etc.), con una convocatoria plagada de jugadores del filial (Javi Guerra, Iranzo, Diego López, etc.) y con un estado de confianza extremadamente bajo. Entonces ¿cómo llegó la reacción del club de Mestalla?
Haciendo piña. La respuesta puede parecer algo obvia, pero en medio de la crisis institucional y social que vive el Valencia Club de Fútbol no es ni mucho menos baladí. Todas las partes que rodean al club han hecho piña en esta semana tan dramática previa a una cita que en el club catalogaban como "final". La directiva respaldó a Rubén Baraja, tanto en público como en privado pese a que solo sumaba 7 puntos de 24. La afición dio una 'tregua' al club en sus protestas contra Lim y se centró en apoyar hasta el punto de que hubo desplazamiento masivo a Elche.
¿Y el equipo? El equipo estuvo a la altura. Ya lo estuvo pagando de su bolsillo el autobús a todos los aficionados que viajaron a Elche y lo hizo sobre el verde. Arropado atrás con línea de tres centrales por primera vez desde que llegó Baraja, los che se centraron en defender en bloque bajo y buscar acciones rápidas para atacar. Así llegó el gol de Lino, de un saque de puerta que peinó Cavani y definió el brasileño. Así llegó también el autogol de Verdú, en una contra que terminó con un centro envenenado de Gayà que el zaguero franjiverde se marcó en propia.
La piña fue metafórica, pero también fue literal. La imagen de los jugadores abrazándose tras el segundo tanto, así como al término del partido expuso la tensión que vive el vestuario blanquinegro. La actitud es positiva, todos quieren sacar al equipo de donde está, pero las últimas derrotas así como algunas situaciones como la marcha de Thierry a Portugal habían generado un ambiente de desconfianza en la plantilla que solo un +3 podía devolver. Los che acabaron con Diego López, Alberto Marí y Javi Guerra sobre el verde (los tres canteranos) y con Toni Lato de extremo, pero aún así logró levantar la cabeza.