RUIDOS EN EL NUEVO BERNABÉU

Los antiguos vecinos del Calderón se dividen con el ruido del Bernabéu: "Me vibraban los cristales y las lámparas temblaban"

El antiguo estadio del Atlético de Madrid albergó distintos conciertos durante años.

Concierto de Alejandro Sanz en el Vicente Calderón. /EFE
Concierto de Alejandro Sanz en el Vicente Calderón. EFE
Isabel Pacheco

Isabel Pacheco

Junto con el fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid, en la capital de España no se habla de otra cosa que también tiene al club blanco como protagonista. Los conciertos en el Nuevo Santiago Bernabéu se han convertido en una auténtica pesadilla para los residentes de la zona. Lo que se vivió la pasada semana con Taylor Swift es sólo la carta de presentación de un recinto que albergará numerosas actuaciones durante el verano. Un "infierno", como aseguraron en Relevo los afectados, basta un paseo por los aledaños del antiguo Vicente Calderón para palpar cómo, quienes años atrás vivieron una situación similar, aguardan distintas opiniones sobre lo que está sucediendo ahora en el recinto madridista. Solidaridad en unos y nostalgia en otros.

"Nos ha cambiado la vida para bien. Antes no podía bajarme al bar a tomarme una cerveza porque estaba todo petado". Desde hace 56 años, Juan vive en el número 59 del Paseo de los Melancólicos. Frente a su edificio ya no queda nada del antiguo Vicente Calderón. Desde 2020, con la demolición de la grada principal, el estadio del Atlético de Madrid pasó a ser historia y ahora lo que más llama la atención en los aledaños de lo que fuera el recinto deportivo es el anuncio de la próxima apertura de un Mercadona.

Para alegría de unos y tristeza de otros, por el Manzanares ya no resuenan los goles ni la voz de todos esos cantantes que hoy tienen atormentados a los residentes de Concha Espina. "Por supuesto que entiendo las quejas de los vecinos del Bernabéu. Cuando se hacían conciertos en el Calderón era algo que no se podía aguantar. Ni con las ventanas, ni con las persianas bajadas. Se oía todo. Era horrible", recuerda un Juan que, sentado en un banco junto al ya extinto bar 'El Parador', es de la opinión de que los estadios de fútbol deberían estar localizados fuera del centro de la ciudad.

El Vicente Calderón en la actualidad.RELEVO

"Lo mismo que ha hecho el Atleti con el Metropolitano. Imagínese a una persona que tenga sus balcones a 30 metros del Bernabéu. Eso es horrible. El 99% de los vecinos deben de estar hasta la coronilla. Florentino tendría que vivir con dos balcones enfrente de su estadio y así se daría cuenta de lo que está sucediendo".

"Que yo recuerde nadie se quejó de los conciertos", apunta, por el contrario, Miguel. "No hubo quejas generalizadas como las que está habiendo ahora en el Bernabéu. Oíamos la música, sí, pero no era excesivamente molesto. La gente era más permisiva. Los medios, probablemente, no se harían eco de ello porque no habría esas protestas. El Bernabéu ahora mismo es un estadio de referencia y está más en el candelero", dice este vecino del barrio que confiesa haber sufrido más ruido en su domicilio durante otra celebración madrileña. "Desde mi casa se oía más cuando era San Isidro que lo que eran los conciertos en el Calderón".

Ángela sí que los sufrió. "El de los Rolling Stones fue explosivo. Me vibraban los cristales y las lámparas temblaban", cuenta antes de explicar la que, a su parecer, es la gran diferencia entre uno y otro recinto. "Aquí los conciertos no eran tan seguidos como lo están siendo en el Bernabéu. Vino Taylor, dentro de poco tienen el de Luis Miguel... Aquello tiene que ser agobiante". 

«Firmaba porque el Calderón estuviera aquí de nuevo»

Por el Paseo de los Pontones y por sus alrededores, el ánimo es ya bien distinto. "Firmaba porque el Calderón estuviera aquí de nuevo", afirma el propietario de la cafetería 'El Jardín de Pontones'. Desde la demolición del estadio, los bares de los alrededores se han visto muy perjudicados y su clientela, para desgracia de los mismos, ha bajado considerablemente. "Soy de los pocos que quedan. Este de aquí al lado, que ahora es MAPFRE, era un bar. Ese de allí, que ahora es una farmacia, era otro", apunta quien encontró en los obreros que trabajan por la zona un pequeño sustento para que su negocio pudiera salir adelante.

"Cuando había conciertos y partidos esto estaba lleno. Algún día de concierto estuvimos abiertos hasta las cuatro de la mañana. Nunca tuve ningún problema con un vecino", asegura quien, pese a seguir recibiendo clientes el día de partido, preferiría que los de Simeone jugaran a escasos metros de su bar. "El otro día se pasó por aquí uno que no veía desde que se jugaba en el Calderón".

Uno de los bares que cerró tras el traslado del Calderón.  Relevo
Uno de los bares que cerró tras el traslado del Calderón. Relevo

En otro de los establecimientos de la zona lamentan no haber podido vivir esa época dorada. "Cogimos este local justo después de que se trasladaran al Metropolitano. Nos habría encantado poder vivir eso porque nos cuentan que en este bar siempre había mucha gente. Los conciertos, como el fútbol, dejan mucho dinero y hay que entender que para nosotros, que se celebraran partidos o cualquier otro tipo de evento, sería algo muy positivo económicamente hablando", señala una de las propietarias.

"¿Qué si ha cambiado la vida por aquí sin el estadio? ¡Pues sí! Ahora todo es demasiado aburrido", afirma Luis, otro residente de los aledaños del Manzanares. "No te voy a negar que cuando nos mudamos por aquí no sabíamos que los conciertos iban a tener tanta incidencia, pero es cierto que los partidos y el ambiente que se respiraba por aquí cada dos semanas se echan mucho de menos".

"Ver los bares llenos de gente daba vida. Ahora mismo están vacíos y es una pena. Por una noche de concierto a los bares les daba mucho dinero y al barrio mucha riqueza", dice quien a su vez pone énfasis en el tipo de persona que vive en cada distrito.

"No es lo mismo esta zona, que es humilde y obrera, que la del Bernabéu que vive gente con un poder adquisitivo muy alto. Antiguamente en el Bernabéu hacían únicamente cuatro cosas. Partidos cada dos semanas y ya está y ahora te están metiendo también más conciertos. Entiendo que la gente esté cabreada, pero también saben dónde viven y sabían cómo era el proyecto. Aquí es cierto que no lo hemos vivido de esa forma. El único problema eran los coches, que estaban aparcados en medio de la calle y poco más. El Calderón no ha sido tan mediático cómo lo es el Bernabéu ahora mismo y no se hizo ni un 20% de lo que se va a hacer allí".