REAL SOCIEDAD - MALLORCA

Sheraldo Becker, el velocista que se rebeló contra la filosofía del Ajax: "Te decían: 'Tienes que hacer esto' y yo nunca he sido un chico que decía a todo que sí"

El internacional por Surinam reconoce en Relevo que no está ofreciendo el rendimiento deseado en la Real Sociedad, pero no se da por vencido.

Sheraldo Becker celebra el gol marcado a Las Palmas. /EFE
Sheraldo Becker celebra el gol marcado a Las Palmas. EFE
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Neerlandés de nacimiento, juega por Surinam, tierra de grandes velocistas como es el caso de Issamade Asingan. Pero la rapidez de los nacidos en este país de América del Sur, con capital en Paramaribo, va mucho más allá del tartán. Anthony Nestly fue el primer nadador de raza negra en proclamarse campeón olímpico en una piscina. Se impuso, nada más y nada menos, que a una leyenda como Matt Biondi, lo que le convierte en la estrella más rutilante del deporte de aquel país. El protagonista de esta historia, Sheraldo Becker (Ámsterdam, 1995), reconoce en esta conversación con Relevo (con la ayuda en la traducción de Nico Foit) que ni tan siquiera se considera un héroe para sus compatriotas, aunque sí es consciente de "la felicidad" que provoca en ellos.

Llegó por sorpresa en el mercado de invierno de hace dos años procedente del Unión Berlín, pero su rendimiento como txuri urdin ha dejado mucho que desear. Formado en las categorías inferiores del Ajax, nunca llegó a jugar un partido oficial con el primer equipo pese a estar dos años entrenando a las órdenes de Frank de Boer. Decidió buscarse la vida fuera del club de su vida y pudo desarrollar una carrera deseada por aquel niño que daba patadas a un balón por las calles de Ámsterdam.

Con la velocidad que tiene y con sus orígenes (padres de Surinam), ¿no se le pasó por la cabeza ser atleta en vez de futbolista?

La verdad es que no. Cuando era niño hice muchos deportes como gimnasia o kickboxing, pero hubo un día en el que mi hermana me inscribió en unas jornadas de puertas abiertas en el Ajax, donde hacían pruebas, y ahí empezó mi vida como de futbolista. Tenía nueve años. Empecé a entrenar y después de diez días me mandaron una carta en la que me aceptaban para entrar en la academia. Imagínate lo que supuso eso para la familia. Fue una locura cuando recibí esa carta. Pero mi vida no giraba en torno al fútbol todos los días. Me acuerdo haber hecho muchos deportes, judo también. Era como probar qué me iba bien y después apostar por eso. Cuando me escogieron en el Ajax, ya no hubo marcha atrás.

La Bundesliga cifró su velocidad punta (36,57 km/h) como la tercera más rápida registrada en la historia de la Liga alemana. La temporada previa a su fichaje por la Real completó la friolera de 1.113 sprints. ¿Cómo lo explica?

He nacido con velocidad. Eso está claro, pero también lo he entrenado. El ADN de correr, de ser veloz, siempre ha estado en mí. Era algo que siempre ha formado parte de mí, pero también lo he trabajado, sobre todo con ejercicios de fuerza. Con trabajo he mejorado mi rapidez. Pero nací así, siendo rápido.

Lo de la velocidad viene de familia. Sus primos, también futbolistas, Javairo Dilrosun y Luciano Narsingh, se caracterizan por ser muy rápidos. ¿Quién lo es más de los tres?

(Risas) Nunca hemos hecho una prueba a ver quién es el más rápido. Los tres jugamos a fútbol. Javairo es muy rápido con la pelota, es muy técnico. Luciano y yo somos el mismo estilo de jugador, muy rápidos, de uno contra uno y poner centros. Siempre he dicho que Luciano es más rápido, pero tiene un hermano, Furdjel, que es el más rápido de todos, pero que ha sufrido muchas lesiones. Él es el número uno, pero el número dos es difícil de decir. Yo siempre he defendido que él es el más rápido, pero él dice que lo soy yo. Cosas de primos.

Becker celebra un gol con la Real Sociedad haciendo el Spider.Man.  Getty Images
Becker celebra un gol con la Real Sociedad haciendo el Spider.Man. Getty Images

¿Le molesta que digan de usted que es solo un futbolista rápido, pero que no termina de concretar las jugadas?

No me molesta. Cada temporada que pasa doy más asistencias y marco menos goles. En mis equipos anteriores, mi juego siempre se ha basado en el uno contra uno, en la velocidad y en poner centros. Es el delantero el que tiene que estar preparado para hacer algo con mis centros, pero tengo que decir que también quiero marcar más goles, aunque este año no ha sido tan bueno como me lo esperaba. Tenemos ocho finales por delante y tenemos que dejarlo todo ahí. Quiero ayudar al equipo con mis goles y mis asistencias. Es es mi objetivo.

Echamos la vista atrás en el tiempo, a su llegada al Ajax. ¿Cómo la recuerda?

Yo empecé con nueve años. Por aquel entonces no hablábamos mucho de táctica, solo era jugar a fútbol e intentar divertirse. Durante los primeros años lo fundamental era divertirse. Luego, sí es verdad que hacíamos ejercicios técnicos cada día. Con los defensas se trabajaban unos aspectos y con los medios y con los delanteros, otros. A mí, por mis características, siempre incidían mucho en el uno contra uno y en los centros. Era ese tipo de jugador y esos eran los entrenamientos que realizaba. Lo mismo le pasaba a Overmars, que era el mismo tipo de jugador que yo. Él fue mi director deportivo. Y también puedo hablar de Mauro Rosales, de Tom de Mul o Dennis Rommedahl, futbolistas muy rápidos y que jugaban de extremo. Pero yo tengo que decir que empecé siendo central y estuve jugando ahí hasta los catorce. Siempre jugué de central, pero me dijeron que era un puesto muy fácil para mí porque era fuerte y rápido. Era un futbolista difícil de superar para el delantero del equipo rival. Solamente me ponían ahí en los partidos difíciles cuando había que medirse a los delanteros buenos. A los 14 años fue cuando me empezaron a cambiar de posición. Primero, de lateral. Luego me pasaron al centro, incluso me probaron de delantero y, al final, de extremo.

Becker habla de cómo fueron sus inicios en el Ajax. Relevo

¿Tiene la espina clavada, pese a estar ocho años allí, de no haber debutado en partido oficial con el primer equipo?

No, pero obviamente era un sueño, como el de todos los niños que empiezan en una institución como el Ajax. A mi primo Luciano Narsingh, cuando tenía 14-15 años, más o menos, le dijeron que no iba a jugar con el Ajax, pero fue capaz de jugar en grandes equipos como el Heerenveen, PSV, Swansea, Feyenoord o Twente entre otros. Ha jugado en muchos equipos y competiciones importantes como la Champions, la Premier… Siempre me repetía el mismo mensaje, que el Ajax era el mejor equipo de los Países Bajos, que todo el mundo conocía el Ajax, pero que había vida después del Ajax, que no era el final. Siempre he tenido en mi mente ese mensaje.

"Mi primo se marchó del Ajax con 15 años y luego jugó en el PSV, en el Swansea, en el Feyenoord... Siempre me repetía el mismo mensaje, que el Ajax era el mejor equipo de los Países Bajos, pero que había vida después del Ajax, que no era el final"

Sheraldo Becker Futbolista de la Real Sociedad

Heini Otto, Edmond Claus y Fred Grim, tres técnicos que le tuvieron a sus órdenes durante su etapa de formación, recuerdan en un reportaje en la web del Ajax que era «un poco bribón» y que le gustaba «hacer cosas locas en el vestuario». ¿Qué opinión le merece?

(Risas) Era joven. Cuando no había permiso para hacer las cosas, siempre era yo el que lo hacía. No tenía ningún problema para eso. Me acuerdo de una anécdota. Estábamos en un hotel y alguien propuso pulsar la alarma de incendios en plan broma. '¿Quién se atreve?', preguntaron. '¿Nadie se atreve?. Vale, lo hago'. Y lo hice. Pulsé la alarma y tuvieron que vaciar el hotel. Entonces comenzaron a preguntar quién lo había hecho y yo no tuve problemas en reconocer que había sido yo. Pedí perdón y ya está. Era alto, fuerte, rápido, un poco bribón, pero también bueno y respetuoso con los mayores y con los entrenadores. Siempre he tenido respeto hacia ellos. Pero en el vestuario siempre he sido el que hacía los chistes, cantaba, peleaba con mis compañeros… Era muy joven. Me he divertido y me lo he pasado muy bien.

Sheraldo Becker, en su época en el Ajax.  Ajax
Sheraldo Becker, en su época en el Ajax. Ajax

Destacaban también su «arrogancia a medida que iba creciendo» y Edmond Claus no duda en señalar que «a veces le costaba aceptar la autoridad»… ¿De acuerdo?

Yo les tenía mucho respeto, pero también tenía mis propias ideas. Nunca he sido el típico chico que decía que sí a todo a un entrenador. También he dicho que no. Cuando yo no veía lo que me decían los entrenadores y sentía que podía hacerse de otra manera, yo no me callaba. En el Ajax siempre tenías que decir que sí, siempre tenías que creer en el mensaje. Yo me he criado jugando en la calle desde los nueve años. Siempre estaba en la calle jugando a fútbol, andando en bici… pero de repente estás en un club como el Ajax en el que si un entrenador te dice: 'Haz esto' y tienes que hacerlo sí o sí. Mi madre siempre me ha dicho que me tenía que sentir bien con lo que hacía y esa ha sido mi forma de actuar. 'Si soy derecho, ¿por qué tengo que jugar con la izquierda? Si yo tengo la sensación de que juego mejor por la derecha, ¿por qué no voy a hacérselo ver al entrenador de turno?' Obviamente tienes que entrenar con las dos piernas para ser un futbolista más completo. Es como con la cabeza. Mi juego aéreo no es mi fuerte y algunos se empeñaban en que yo jugara de delantero para rematar balones. Y yo les decía a los entrenadores: 'Déjame a mí dar el centro y luego que un delantero o un centrocampista remate. Si va a ser mejor' Es algo que siempre me ha dado dolor de cabeza, lo de ir a rematar balones aéreos. No me gustaba, no me sentía a gusto. Eso no quiere decir que no haya jugado de delantero, pero siempre he dado mi mejor versión tanto por la derecha como por la izquierda. Son cosas de las que se tienen que poder hablar y no imponer.

Frank De Boer era entonces el entrenador del primer equipo y sí que le hizo jugar en dos amistosos. ¿Qué supuso para usted? ¿Se hizo ilusiones de que ya lo había conseguido?

Si entrenas con el primer equipo y juegas dos partidos, sí que llega un momento en el que piensas que puedes jugar más. Tenía 17 años cuando empecé a entrenar con ellos. Dos años después solo había jugado dos partidos. No era mucho. Entrené dos años con el primer equipo. Yo, a esa edad, solo quería jugar. En el Ajax de ahora los jóvenes pueden tenerlo más fácil, pero en aquella época era muy complicado. Había futbolistas muy grandes y el Ajax jugaba partidos muy importantes, con títulos en juego. Yo era consciente de que no lo tenía sencillo así que lo mejor fue salir cedido. Y lo hice. Y fue lo mejor que pude hacer. Pude jugar contra el Ajax, contra el PSV… Estaba viviendo un sueño porque yo quería enfrentarme contra los mejores. Es cierto que no conseguí jugar en el primer equipo, pero la historia de cada futbolista es diferente.

¿Está cerrada la puerta del Ajax?

Conozco a todo el mundo muy bien. Ahora estoy jugando en la Real, soy feliz y mi familia también. Estamos disfrutando. Pero, después, igual podemos volver. Tengo un piso en Ámsterdam. Incluso cuando me retire podría hacer algo allí, entrenar con los niños. No tengo ni idea de lo que me deparará el futuro. Siempre me han dicho que la puerta del Ajax estará abierta para mí. Estuve diez años allí y eso no se olvida. Me pasaron muchas cosas, viví muchas experiencias, aprendí mucho de los entrenadores con los que estuve… Habrá que esperar para ver qué es lo que pasa en el futuro.

¿Cree que su carrera ha sido una lucha continua contra los elementos? Que no confiaran al 100% en el Ajax le hizo bajar los brazos o todo lo contrario…

Lo primero que tengo que decir es que me hizo más fuerte. Me dije a mí mismo: 'Jugar en el Ajax es complicado, toca asumirlo y encontrar una solución'. Lo hice, lo asumí y decidí, como he dicho antes, que lo mejor era una cesión. Lo hicimos y salió bien porque en mi primer años en el PEC Zwolle jugamos la final de la Copa y se la ganamos al Ajax. Fue la mejor decisión. Estuve tres años jugando en los Países Bajos y luego decidí irme a Alemania. La gente no confiaba en mí. No pensaban que alguien de la escuela del Ajax pudiera hacerlo bien en la Bundesliga. Lo primero que le dije al entrenador al llegar allí era que necesitaba tiempo para hacerme más fuerte y que entonces se vería al Becker de verdad. Necesité un año, algunas lesiones, pero después, me salieron bien las cosas.

Becker celebra un gol con el Unión Berlín.  EFE
Becker celebra un gol con el Unión Berlín. EFE

Su explosión llegó en el Unión Berlín, un equipo recién ascendido al que ayudó a conseguir la permanencia y con el que llegó a jugar incluso la Champions… ¿Cómo recuerda su paso?

Fue un tiempo muy bueno. Subimos a Primera División y jugamos los años siguientes Conference League, Europa League y la Champions. Fue una locura para los aficionados y para el club. Nadie pensaba que pudiéramos lograr lo que conseguimos. Imagínate que la gente, una vez conseguido, ya daba por bueno el hecho de jugar la Conference y la Europa League. Hicimos una comida con todos los aficionados y la fiesta fue una locura. La gente pensaba: 'Bueno, ya está'. Pero nosotros no nos conformábamos. Jugamos partidos importantes contra Ajax y Braga y los ganamos. Fue muy bonito. Luego la temporada en la que conseguimos clasificarnos para la Champions fue espectacular desde el principio, siempre metidos entre los tres primeros. La gente no se lo creía. Y nos lo empezamos a creer. Dijimos: '¿Por qué no Champions?'. Teníamos que conseguirlo porque para los jugadores no era lo mismo jugar la Champions con el Unión Berlín que hacerlo con otro equipo que se clasifica siempre. Cada partido era una final. Y lo conseguimos juntos. Fue un sueño para el club, para los jugadores y para los aficionados.

¿Está de acuerdo con las palabras de Vinicius de que España es un país racista?

Es difícil decir que un país es racista. Igual lo es más que Alemania o Inglaterra, pero no es el país en sí. Hay clubes, pero tampoco es el club. Son 10-20 personas las que insultan. Creo que hay más casos aquí que en Inglaterra o en Alemania. No solo es contra nosotros, que tenemos la piel más oscura. También con Kubo, por ejemplo. En el caso de Vinicius, si eres el mejor jugador del mundo o estas en el top 3, es complicado para él. Haces muchos goles, protagonizas muchas acciones de ataque, le provocan mucho, recibe muchas entradas, muchos golpes y no es fácil para él. Me puedo poner en la piel de Vinicius y sentirlo que no tiene que ser sencillo para él.

"Nunca me ha tocado sufrir una experiencia de racismo. ¿España racista? Es difícil decir que un país lo es. Hay más casos aquí que en Inglaterra o en Alemania. No solo es contra nosotros, que tenemos la piel más oscura. También con Kubo, por ejemplo"

Sheraldo Becker Futbolista de la Real Sociedad

¿Le ha tocado vivir alguna experiencia en este sentido?

No, ni aquí, ni en Alemania, ni en Holanda. Igual alguno ha gritado algo, pero sin más. Cuando provocas algo… Repito que lo de Vinicius es complicado. Es de los mejores del mundo y es difícil para él seguir siendo un buen tipo. He leído que mucha gente ha hablado con él, como Kross, Cristiano Ronaldo... Han hablado con él y le dicen que es parte del juego. Neymar, por ejemplo, también ha recibido muchos golpes, como Cristiano, pero siempre se mantienen en su sitio. Son los pies los que tienen que hablar al final.

Sheraldo Becker habla de lo que siente cuando juega con Surinam. Relevo

Hablando de Surinam. ¿Cómo se vive el fútbol allí? ¿Es un ejemplo para los más pequeños? ¿Le tratan como un héroe?

Antes no era tanto, pero en los últimos tres años... Los jugadores venían, jugaban y ya, pero ahora, por decirlo de alguna manera, hay vida. Podemos hacer cosas. La vida en Surinam no es buena para la gente que vive ahí. Es muy duro, pero ahora les hemos dado una motivación, por ejemplo, cuando jugamos la Copa de Oro. Ahora es algo increíble cuando aterrizo allí. De todos los jugadores, yo soy el único que juego en un equipo grande, he jugado en el Champions, he marcado un gol contra el Barça y para la gente de ahí es una locura. Aquí es normal. Para mí hijo, por ejemplo, ha jugado contra el Barça y he marcado, pero la semana siguiente tengo que volver a marcar. En Surinam te van a recordar por ese gol para siempre. Tuve que elegir entre Surinam y los Países Bajos y decidí jugar con Surinam. Ahora no tiene extremos. Vi el partido contra España y Frimpong jugó de extremo. Es buen jugador, un buen tipo, mi hermano pero no es un extremo. Es lateral. Ellos también lo saben, pero he dicho que quiero conseguir algo con mi país. Cuando nosotros no jugamos, ellos no tienen nada. Esperan a que lleguemos, tienen un partido, lo ven, pero ahí la vida es dura. Hace mucho calor, todo es caro, no ganan mucho. No soy un héroe para ellos, pero hemos conseguido cosas y quiero conseguir más. Los mayores de allí adoran lo que he hecho para Surinam.

¿Se esperaba la llamada de la Real?

Fue una decisión de corazón. Veo el fútbol y esperaba algo. Era el mercado de invierno. Podía esperar hasta verano. Era agente libre y podía esperar, pero mi agente me dijo que me lo pensara. Había ofertas del Fulham y del Everton… Les dije que no, que me quedaba en el Unión Berlín, que quería jugar hasta verano con ellos y que entonces podría ir a la Premier, pero también llamaron Villarreal, Real Sociedad, equipo de Italia y mi agente me dijo que tenía que decidir, porque no sabíamos que podía suceder en verano. Ves la Champions, ves a la Real Sociedad contra el Benfica, contra el Inter… y te preguntas: '¿Me quieren? ¿En serio?' Es una locura. 'Me tengo que ir', me dije. Todo se hizo muy rápido y me vine aquí.

"Estoy feliz de estar aquí, pero no con mi rendimiento en el campo. Esos todos los saben. Puedo dar más, quiero dar más, pero tengo año y medio de contrato. En mi primer año en Berlín también estuve mucho tiempo en el banquillo y mira después"

Sheraldo Becker Futbolista de la Real Sociedad

¿Está contento con su rendimiento?

Estoy feliz de estar aquí, pero no con mi rendimiento en el campo. Esos todos los saben. Puedo dar más, quiero más, pero tengo año y medio de contrato. En mi primer año en Berlín también estuve mucho tiempo en el banquillo y también dije que mi tiempo iba a llegar. 'Cuando llegue, verán a Becker haciendo goles, dando asistencias', avisaba. Ahora estoy en un equipo más grande que el Unión Berlín. Para mí es más fácil que en el Unión Berlín. Allí era defender y jugar a la contra. Era más complicado, corrías más, tenías que defender todo el tiempo. Ahora tenemos mucho la pelota. Lo que hemos dicho, en el último tercio del campo es donde tenemos que mejorar y marcar goles. Con este equipo podemos marcar cada partido tres goles y en eso tenemos que creer. Nos tenemos que centrar en los últimos partidos, recuperarme y espero que podamos llegar a cumplir nuestra meta, conseguir nuestros objetivos.

Becker, en un entrenamiento en Zubieta.  Real Sociedad
Becker, en un entrenamiento en Zubieta. Real Sociedad

¿Qué importancia tiene Ron Jans en su carrera?

Es el mejor entrenador que he tenido en mi vida. Suelo hablar con él. Es un psicólogo, es un padre… Tiene muy buena relación con la gente y es consciente de que no todos los jugadores somos iguales. Éramos un equipo pequeño, pero jugamos la final de Copa. Jugábamos como niños, jugamos una final y fue increíble. Siempre hablaba con los jugadores. Era como un hermano para los jugadores mayores y para nosotros, los jóvenes, un padre. Era un buen tipo.

¿Quién es más gracioso, Hamarí Traoré o Becker?

(Risas) Hamarí. Él es el numero uno y yo, el dos.

¿Por qué ya no celebra los goles como Spider-Man?

Era demasiado complicado. Jugaba con la mascarilla escondida detrás de la espinillera A veces parecía que se me subían los gemelos, pero no era eso, era la mascarilla que tenía dentro, que se movía. Luego me la ponía en el pantalón y solo pensaba en marcar, pero eso no era bueno. Por eso decidí que no lo iba a hacer más. En mi primer gol saqué la máscara e igual, algún día, lo vuelvo a hacer. Mis hijos lo adoran, les encanta, pero hay que ver. Todo el mundo lo quería ver, pero tampoco en Alemania lo hice en todos los partidos. Cuando nos estábamos jugando la Champions, sí. Marqué en el primer partido y la saqué y eso contagió a todos. Recuerdo que me paseé por delante del banquillo de los contrarios y fue una sensación bonita.

¿Cómo sobrevive a tantos kilómetros?

Es difícil, pero sabes que no es para siempre. Hubo partidos cada tres días con la Real hasta hace muy poco y luego tocaba hacer la maleta para irme a Surinam, volver… Es complicado, pero es algo que me encanta. Lo importante son los partidos, que es lo que nos gusta y eso es lo que hay que hacer para jugar a fútbol. Repito que no es para siempre. Tenemos que sacar el máximo partido en este tiempo, pero es complicado. Estas cansado y es ahí cuando tienes que hablar con la gente, con los fisios, con los entrenadores e intercambiar opiniones: '¿Qué tal estás hoy? ¿Cansado? Pues haces un poco menos…' Está relacionado con todo, con comer, con dormir, con descansar. Es hablar con la gente para sobrellevar la situación de la mejor manera posible. Lo importante es ganar los partidos y todo lo haces para ganar. Hay que aprovechar este tiempo al máximo.

"Si hubiéramos ganado al Real Madrid, hubiéramos ganado la Copa, 100% seguro. Estuvimos muy cerca. Fue una pena. Tenemos jugadores para eso y tenemos que creérnoslo. Mi sueño es ganar una Copa con un equipo grande y ahora estoy en un gran club"

Sheraldo Becker Futbolista de la Real Sociedad

¿Le queda algún sueño por cumplir?

Ganar una Copa con un gran club y ahora estoy en un gran club. Tengo que decir que los partidos contra el Real Madrid… Si hubiéramos ganado, hubiéramos ganado la Copa, 100%. Estuvimos muy cerca. Fue una pena. Teneos que conseguirlo el año siguiente. Tenemos jugadores para eso y tenemos que creérnoslo. Mi sueño es ganar una Copa con un equipo grande y ahora estoy en un equipo grande. Tenemos que creérnoslo y tenemos que conseguirlo.