La vida del abuelo Jorge Sanz entre un paracaídas, una moto y una oreja de Oscar: "El sexo es aeróbico, a los 20 años tiene algo deportivo"
El actor repasa su afición al deporte y su vida mientras sigue involucrado en distintos proyectos.

Jorge Sanz (Madrid, 1969) es uno de los más grandes actores que recuerda el cine español, un tipo al que sus amigos quieren y matan por igual. Hijo de militar, empezó a actuar a los ocho años y ya no paró. Ni se sabe cuántas películas ha hecho. Ni cuántos amigos ni cuántas novias dejó por el camino. Pero es leyenda y mito, y padre de Marta, Merlín y Lope, y tiene dos nietas. Ha salvado la vida en mil esquinas y en mil rodajes y hay quien le quiere tanto que le mataría. Y si no se ha matado saltando en paracaídas es porque no se ha matado en una curva en moto o saliendo de un bar de madrugada, pero también hay quienes mataríamos por él ayer, hoy, mañana y siempre. Y luego ya se pregunta si es necesario.
Nota del autor: lamentablemente en esta entrevista no se habla de Guardiola.
Ya puestos a preguntar, ¿usted por qué es actor?
Porque un día saliendo del colegio, mi madre me llevó a una prueba. Había visto un cartel, que buscaban niños de mi edad y de mis características, y me llevó. Y me cogieron. Pero yo no tenía ninguna vocación, ¡que vocación iba a tener si acababa de cumplir 8 años! Pues ninguna. La vocación me entró después, porque me lo pasaba de puta madre. Era cojonudo. Pues por casualidad. Yo no elegí el oficio. Yo creo que el oficio me eligió a mí. El oficio me escogió a mí, pero luego no lo solté. Yo era fotogénico y entendí muy bien el mecanismo, el lenguaje, la gente, los rodajes... pero yo no fui el que dije " quiero ser actor", pero la vocación la cogí enseguida, al vuelo. Con 8 años yo no me había planteado que quería ser actor.
Y hoy, ¿por dónde anda?
¿Hoy? Tirado en casa. La vida del tunante, ya sabes. Estamos celebrando el cumple del pequeño, una fiesta con críos. Ayer estaba en Sevilla. Currando. Llevo unas semanas que es un ir y venir, porque ando haciendo doblete, una obra de teatro, Hechos y faltas, en el Alfil, con Bernabé Rico. La semana pasada estuve en Calahorra y bien. Es divertida, pero da que pensar. Y estoy también grabando una película muy de puta madre, con una directora venezolana, Patricia Ortega, muy chula: una comedia con Kitty Mánver. Va de una familia donde la hija hace la transición de sexo... yo hago de padre.
¡Me tranquiliza! La última que vi una suya hacía de pintor, en Mallorca, muy expresivo.
¡El hombre bueno! que dirigió David (Trueba). Muy bonita. Es verdad que el personaje no habla mucho y dice poco. He aprendido que estoy mejor calladito.
El otro día en la ceremonia de los Oscars me acordé de usted. ¿Cuántos Goya tiene?
Uno.
¿Sólo uno?
Sí, cuatro o cinco nominaciones...
¿Igual son seis?
Puede. O siete... qué más da. ¡Tener, tengo un Goya seguro por "Si te dicen que caí...", una peli de Vicente Aranda!
Le dieron también el Fotogramas de plata. ¿Dónde está ese Goya?
Se lo regalé a mi madre.
¿Y el Oscar?
No, hombre, Oscar no tengo.
¿Cómo qué no? ¿Y el de 'Belle Époque'?
Bueno, tener... tendría la oreja de ese Oscar en todo caso, si es que me toca algo por Belle Époque. El premio fue que me dieran el papel en aquella película y estar en el rodaje, fue genial.
¿Como un Balón de Oro? ¿O tampoco?
¡Qué va, tío! Tampoco. ¡Hombre! Lo más parecido a un Balón de Oro que me han dado fueron unos Levi's de Oro.
¿Disculpe?
Sí, durante unos años los de la casa Levi's le hacían unos pantalones a medida a algún famosillo. ¡Eh, con los botones de la bragueta de oro, tío!
Con mis respetos, usted siempre tuvo fama de ser un bragueta de oro.
Que va tío, es todo leyenda, leyenda.
¿Por qué usted ha practicado deporte con la bragueta?
Sí, he hecho mucho deporte, pero lo de la bragueta no sé yo si es deporte. Yo hice especialmente deporte de montaña, como el alpinismo, y esquiaba. También nadaba. Y de pequeño en el cole jugaba a hockey sobre patines, en el colegio del Pilar.
Vaya atleta... ¿No teme reventar esa leyenda que le ha acompañado, hombre de bares y camas esporádicas?
No, no, que yo he hecho mogollón de deporte. Estaba en un equipo de cross country.
¿En la montaña?
Sí, una caña.... A ver, no vamos a negar que yo he disfrutado mucho, que eso de ponerse uno encima del otro con alguna chica, pues sí, si lo consideramos deporte pues sí, lo he disfrutado. Yo lo he pasado muy bien, muy bien, y siempre he intentado que la gente se lo pasara muy bien, ¿qué te crees?
Y el amor, ¿se puede considerar deporte?
No, el amor no. El sexo si te lo tomas de una manera deportiva, o sea, aeróbica, quiero decir, pues entonces sí. Pero el amor no tiene nada de aeróbico. El sexo tiene algo de deportivo... El sexo de los 20 años, sí.
¿A qué montaña iba?
A la Vall D'Aran, porque mi padre conocía mucho a la gente de allí de los tiempos remotos cuando se construyeron las pistas y se abrieron vías en el Pirineo; básicamente lo hicieron la gente del Frente de Juventudes y mi padre estaba en la sección de montaña, pues tenía muchos amigos, y caímos allí desde el principio. Primero, pasábamos los veranos en tiendas de campaña y luego ya en albergues. Y luego ya mis padres compraron un piso y compré yo otro. A mí la montaña me mola muchísimo. Por eso vivo en el parque de Guadarrama. Siempre me ha gustado mucho más la montaña que el mar. Aunque yo vivía en Madrid en el centro, soy de Chamberí, me he criado entre Cuatro Caminos y Moncloa.
Sí, recuerdo que a usted le gustaban las motos y se le veía por la noche. ¿Me falla la memoria si digo que en la puerta de algún bar también es leyenda?
No, no, tienes buena memoria y me gustan mucho las motos. Las motos siempre me han gustado, desde pequeño. Me compré la primera moto con 18 años, vamos, en cuanto pude, me di el capricho, una Harley Heritage, un classic, un motarraco. Empecé la montaña por arriba, pero se me hizo grande a los dos años y la cambié por otra Harley, que todavía tengo, muy chula, una track más pequeñita, pero que es como de campo con un motor top. Ahora tengo una Ducati, también he tenido Aprilia. He tenido un montón de Aprilia porque me las dejaban a prueba seis meses, las de prensa... se portaban muy bien. Entonces, depende del viaje que tenía, pues me dejaban una moto u otra.
Pero, ¿era usted de salir por carretera?
Bueno, sí, pero me gustan las motos mixtas, de andar por carretera y montaña, y claro, iba a los rodajes en moto, pero soy muy de montaña desde pequeño. Con las motos también, soy más trotero. He hecho muchos kilómetros, muchísimos kilómetros para ir a trabajar y también de vacaciones.
¿Pero eres de los que se levanta los domingos a ver las carreras o no?
No, me gustan mucho, pero tampoco me vuelvo loco. Pero he ido a muchos circuitos y he dormido la noche antes, junto a la moto, en Jerez, y he hecho vida de motero muchísimos años. Sólo de pensarlo me duelen las rodillas.
¿Conoció pilotos?
Hombre, estuve en casa de Don Ángel Nieto, en Ibiza, un par de veces, pero yo era amigo de sus hijos, de Gelete, sobre todo. Con él sí estuve muchas veces en los circuitos y cenando y eso.
¿Y el fútbol le ha molado alguna vez?
Sí, pero no. O sea, yo no soy... No soy un gran fan del fútbol. Me gustan partidos con mucha competitividad. ¿Sabes? El Madrid-Barça de antes de ayer.
¿El Madrid-Barça?
Bueno el del Madrid y el del Atleti ¿no? Pues ese, no me lo vi porque tenía trabajo y estaba hecho polvo y me quedé dormido, ¿sabes? Eso no me ha llamado nunca en la vida. Entonces, no... O sea, no soy un gran futbolero.
¿Y su padre?
Con mi viejo era muy de toros, mucho. Yo era muy del Yiyo. Luego, me enganché con Joselito. Y en México le escuché decir que solo había un tío que le podía hacer sombra en esta vida.
¿José Tomás?
José Tomás. Sí. Y cuando vine a España me dediqué a seguirle durante un par de años o tres, estuve detrás de José Tomás todo el día.
¿El toro no le pilló a usted?
Bueno, según lo cuentes.
¿Tuvo accidentes de moto?
De Murcia a Valencia, sí, me di un hostiazo guapo. Iba con un poco de prisa porque llegaba un poco tarde a un rodaje, con una chica que me pidió llevar ella la moto y en una salida de autopista nos salimos de verdad; salimos volando los dos. Ella se partió la pierna por tres sitios, yo no me hice nada.
¿Venía de volar?
Si, en paracaídas. Me he tirado en paracaídas muchas veces, en pareja, enganchado al avión para que salte automático, y más de veinte desde 4.000 pies dependiendo de ti.
¿Cómo que dependiendo de ti?
Bueno, que si no tiras no salta el paracaídas.
¿Súper experto?
Bueno, eso ya es, no sé, me he tirado de muchos sitios, mola mucho los saltos en manuales con gancho... con un amigo, Ángel Plana, en Estados Unidos, nos aburríamos y nos tirábamos también. Yo es que estoy tumbado en la playa tomando el sol y me aburro, qué quieres que te diga. Si voy a un sitio que hay mar, pues me gusta bucear, o hago esquí náutico. Si tengo montaña, pues me gusta esquiar o aprovechar la situación. Cuando era pequeño yo estuve en una época viviendo en Filipinas y ahí teníamos barcos, y hacía esas cosas.
Se lo ha pasado bien, ¿no?
Yo me lo he pasado que te cagas. Que te cagas. Yo he tenido una suerte, tío... Yo he tenido una suerte en esta vida.
¿Con quién se iría de viaje mañana?
¿Con quién me iría de viaje mañana? Pues con mi familia, con mi pareja, con mis hijos. Con mis nietas, con Lena y Vega.
Por cierto, ¿qué es la fibrosis quística?
Es una enfermedad genética que afecta a varios cromosomas, que afectan a las células que producen mucosa, básicamente. Entonces, todos los órganos que producen mucosa, pulmones, pancreas, hígado y testículos, pues están jodidos... con lo cual es un moco espeso, no se libra de las bacterias y tiene una serie de problemas asociados.
¿Y eso está bien cuidado en este país llamado España?
Bueno, está de puta madre cuidado porque afortunadamente tenemos una sanidad pública que es una bendición, que a mí me ha salvado la vida y cuando nació mi hijo Merlín, que sabes que la tiene, la esperanza de vida estaba en ocho años, y con la investigación, la esperanza de vida iba subiendo y era una enfermedad dura y afortunadamente hace unos años salió un medicamento y una línea de investigación muy chula, y tuvimos suerte. Y ahora pues se puede vivir con ella.
¿Y usted qué tal anda?
Feliz. De fiesta de cumpleaños del pequeño. Saludable. Me dio un infarto saludable y bien. Así que en cuanto pueda me voy de viaje con la familia a veros a Barcelona. Y ahora, currando feliz.