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La vida de Joaquín de anécdota en anécdota: "Viene de ponerse pelo en Turquía y en cada córner pierde 100 euros"

Excompañeros y periodistas que han convivido con el capitán verdiblanco relatan historias que definen a futbolista distinto.

Joaquín, emocionado, tras ganar la Copa del Rey./AFP
Joaquín, emocionado, tras ganar la Copa del Rey. AFP
Samuel Silva

Samuel Silva

La figura de Joaquín no sólo ha sido grande en los terrenos de juego, sino que su carácter y vitalidad lo han convertido en un animador de los vestuarios. Así lo han podido comprobar en el Betis, pero también en el Valencia, el Málaga o la Fiorentina, los equipos en los que ha transcurrido su carrera como futbolista. O en la Selección española, con la que participó en dos Mundiales y una Eurocopa.

Jugadores que han estado a su lado, entrenadores, delegados... Cualquiera que haya estado cerca de Joaquín ha tenido que lidiar con situaciones insólitas que en la persona del portuense sólo podían provocar una sonrisa. Aquí recogemos algunas de esas anécdotas que han provocado más de comentario jocoso entre sus compañeros.

La entrevista con Julio Baptista

Quizá es uno de los momentos más conocidos de Joaquín, aunque su viralidad ha ido a más tiempo después de realizarse esa entrevista en 2011. El portuense y Julio Baptista, compañeros en el Málaga, estaban en una entrevista con Leandro Iglesias, periodista de LaSexta. "¿Un hobby?", le preguntaron a Joaquín, que, tras pensárselo, respondió: "El tenis". El brasileño, que se encontraba escuchando, no pudo contener la risa. "No ha jugado al tenis en su vida y dice el tenis", decía Baptista sin parar de reír. "No sé ni cómo es una raqueta, 'Hulio'", dijo después Joaquín, dando nacimiento al 'Hulio' más famoso del mundo.

"Por aquel entonces teníamos los derechos de LaLiga y nos daban a los jugadores que solicitábamos. Ese día tocaba Julio Baptista y llevaba preparado un test. Pero entonces el jefe de prensa nos dijo que Joaquín había terminado de ducharse y que si no nos importaba que nos atendiera él. Empezamos por el final, que era ese test. Entonces salió Baptista, al que no habían avisado y se vino hacia el set que teníamos montado. Allí pasó lo de la pregunta del hobby y el cámara hizo un trabajo fantástico también al enfocar al brasileño riéndose", recuerda Leandro, que vivió en primera persona ese momento para la historia.

La llegada a Madeira

Esta anécdota la cuenta Damià Vidagany, director de comunicación del Valencia entre 2008 y 2017, en el libro 'Joaquín, la finta y el esprint'. Corresponde a su etapa en el conjunto ché, en un desplazamiento de competición europea a Madeira. "Recuerdo que, llegando a esa isla, en un partido de Europa League sucedió algo. Es uno de los aeropuertos más peligrosos de Europa, está junto a un acantilado, y había salido un reportaje en un diario deportivo sobre esa cuestión. Cuando estábamos cerca de aterrizar, Joaquín pidió permiso para ir al baño y cuando salió llevaba puestas unas aletas y unas gafas de bucear y dijo: 'Ya estoy preparado'. Imagínate las risas de todo el avión. Siempre generaba muy buen ambiente hasta en esas situaciones de tensión", recordó Vidagany.

El entrenamiento sin despeinarse

Pepe Mel, quien fuera su entrenador en la temporada del regreso al Betis, no lo duda cuando se le pide recordar una anécdota de Joaquín: "En un entrenamiento, me llegó Roberto (Ríos), que era el encargado de preparar el balón parado, y me dice que Joaquín no quería ponerse a defender a la corta en los saques de esquina. Yo le contesté que no lo entendía, que él iba bien de cabeza. Y me respondió Roberto: 'Sí, pero es que acaba de venir de Turquía de ponerse pelo y dice que en cada córner como le dé al balón pierde cien euros'". Una más de Joaquín, genio y figura.

Sus palabras en italiano

No lo pasó bien Joaquín en sus comienzos en la Fiorentina. "Todavía me veo esquivando las maletas que mi mujer me tiraba cuando le dije que nos íbamos a Florencia", ha afirmado el portuense en más de una ocasión. Su estancia en Italia, eso sí, dejó imágenes para recordar, como esa entrevista que le realizaron a pie de campo y en la que él quiso responder en italiano. "Ese vídeo me costó caro, no pararon de llegarme mensajes desde España", ha indicado Joaquín cuando se le ha recordado esa escena.

Su amor-odio con Unai Emery

En el Valencia Joaquín pasó cinco años en los que caló en la afición valencianista, aunque más complicada fue su relación con Unai Emery. Damià Vidagany y Voro contaron algunas de esas situaciones que se vivieron en el día a día entre ambos, sobre todo por esas largas sesiones de vídeo que le gustan al entrenador vasco. "Un día, Emery avisó de que a la jornada siguiente tocaría revisión de imágenes. Y Joaquín le contestó entre risas: "¿Me traigo la cama de casa?", contaba Salvador González Marco, Voro, que vivió de cerca esa relación. "En un partido en Oslo, en el que Joaquín marcó un gol, lo celebró acordándose de Unai. Y éste decía: 'Eso es lo que quiero, eso es lo que quiero, que te cabrees'. Quería sacarle todo lo que llevaba dentro", relató Vidagany.

Joaquín, en su juventud

Uno de sus primeros amigos en el Betis fue Francisco Javier Maldonado. Natural de San Fernando, ambos compartían viajes en tren hasta la ciudad deportiva, después de que se hubieran conocido en las pruebas en las que entraron en el club verdiblanco. Tiempo después, Maldonado y Joaquín vivieron juntos en un piso que el Betis les puso como residencia y allí surgieron anécdotas de juventud. "Cuando se sacó el carné de conducir vino a buscarme. Le habían dejado un coche, un Mercedes de esos antiguos. Estábamos por la zona en la que vivíamos, donde había una plaza... y en la segunda curva acabamos con el coche dentro, casi metidos en un banco. ¡La bronca que le echó su padre!", señaló Maldonado.

Alfonso y el cubo de la basura

Dentro del vestuario Joaquín ha hecho de todo. Bromas, inocentadas, bailes... Una de las más recordadas por los que han sido sus compañeros tuvo como protagonista a Alfonso Pérez Muñoz, quien disfrutaba de su segunda etapa en el Betis cuando el portuense ya empezaba a despuntar. "Hubo una mañana en la que metimos a Alfonso en el cubo de la basura del vestuario. Y se encajó de tal manera que no podía salir. Entre Rivas, Joaquín y alguno más lo subieron encima de las taquillas. No veas lo que nos reíamos cuando encima apareció por allí Serra (Ferrer), que era el entrenador", recuerda uno de los integrantes de aquel equipo que acabó levantando la Copa del Rey.

Los inicios más remolones

La alternativa en el primer equipo del Betis se la dio Fernando Vázquez, pero esos inicios no fueron sencillos. Ese carácter peculiar de Joaquín también hizo temer que pudiera desviarse del fútbol, aunque siempre tuvo gente a su lado que lo ayudó en esos momentos. "Recuerdo que íbamos a jugar, creo que a Gerena o un pueblo cerca de Sevilla, y me llamó diciendo que estaba malo. Fernando, que estaba de técnico, me dijo: 'Dile que venga o que no va a jugar más'. Llegó allí simulando que tenía una enfermedad. Yo lo examiné y vi que estaba para jugar. Se lo dije a Fernando, que lo puso y formó un taco", señalaba Tomás Calero, jefe de los servicios médicos del Betis, durante casi tres décadas.