REAL MADRID

Vinicius ya sabe el camino: con Florentino Pérez es mejor ir de buenas que de malas

Con Arabia apretando, el brasileño sabe que el presidente del Madrid es un hueso con las renovaciones y siempre ha antepuesto el interés del club al de sus figuras. Los casos de Ramos o Cristiano, ejemplos.

Vinicius junto a Florentino. /GETTY
Vinicius junto a Florentino. GETTY
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Del mismo modo que la fortaleza de una relación entre hermanos se constata en una herencia, las negociaciones de una renovación ponen a prueba el lazo entre los presidentes de los clubes y sus cracks. Cada parte defiende su interés y es el final del tira y afloja el que pone las cosas en su sitio. Como una Isla de las Tentaciones pero sin cámaras en habitaciones a oscuras. En estas se encuentran ahora Florentino Pérez y Vinicius, cada uno con una baraja. El crack del Real Madrid, como informó Relevo el pasado 7 de febrero, ya trata su prolongación de contrato con la entidad de Concha Espina. En una primera reunión se habló de cifras, fichas sobre el tablero, aunque ni mucho menos se llegó a una firma. Un escenario habitual en este tipo de asuntos. Este, aún en fase embrionaria. O casi.

Ancelotti, sobre el futuro de Vinicius.

Si estas conversaciones nunca son lineales ni simples, la que nos ocupa, menos aún. Pese a que la cordialidad preside cada cumbre o contacto, no se trata de una negociación sencilla, pues detrás de la estrella empuja el viento de los millones que le ofrecen desde Arabia. Una oferta que, a la vez, sirve como estrategia y medida de presión. Sin embargo, en esta carpeta, como en muchas otras, la denominada planta noble, eufemismo para nombrar sin hacerlo a Florentino, el club sigue su estrategia habitual: no se moverá de la escala salarial que tanto éxito le ha dado. Vini es el The Best, y se le tratará como tal, pero sin reventar las costuras económicas.

Después de ser proclamado Mejor Jugador del Partido en Mánchester, tras otra noche para contar, preguntaron a Vinicius por este interés saudí y el punto en que se encuentra su vínculo con el Real Madrid. El brasileño, cuya relación contractual finaliza ahora en 2027, hizo un regate, no fue del todo tajante pero acabó dejando un deseo: "Yo tampoco sé nada, nadie ha hablado conmigo, tengo que hablar con el presi y ojalá pueda seguir aquí mucho tiempo".

En ese "tengo que hablar con el presi" habita la clave para que todo desemboque como anhela, al menos de puertas afuera. Es decir, en un apretón de manos que renueve los votos. El futbolista ya sabe (o debería saber) el camino para llegar ahí: mejor ir de buenas con Florentino que de malas. Si algo ha demostrado el mandamás blanco es una gran capacidad negociadora para anteponer siempre los intereses del club a los de sus cracks. El último tótem que vivió en sus carnes el colmillo y la mano dura del constructor en los despachos del Santiago Bernabéu fue Sergio Ramos.

Vinicius y Florentino posan cuando se oficializó la renovación del brasileño hasta 2027.  REALMADRID.COM
Vinicius y Florentino posan cuando se oficializó la renovación del brasileño hasta 2027. REALMADRID.COM

El capitán irrumpió en la leyenda del Madrid con aquel cabezazo en el minuto 93 de la final de la Champions contra el Atlético, en Lisboa, que precedió a la conquista de la Décima. Luego se transformó en un clavo ardiendo de la afición en los descuentos. Pero su aura no sirvió para modificar los planos (y los planes) del club, inflexibles. A punto de cumplir 35 años, el camero pretendía que Florentino le ofreciera dos años más de contrato, en contra de la norma tácita que impera en Concha Espina de darle sólo uno a aquellos jugadores que ya se desenvuelven en la treintena. Además, debido a la crisis por la pandemia, se le propuso bajarse un 10% de salario. Ramos no consiguió que se aceptaran sus condiciones y cuando ya sonó la campana y quiso recular, era tarde. Sorpresa: el plazo, ¡había caducado!

Así lo contó el propio central: "En estos últimos meses, el club me hace una oferta de un año con una reducción de salario. Tengo que decir que no había un problema económico. Yo quería dos años y tranquilidad para mí y mi familia. En las últimas charlas, acepto la oferta de un año, pero se me comunica que ya no se podía, que tenía una fecha de caducidad y yo no me había enterado". El pulso lo ganó Florentino. Ramos tuvo que marcharse y desde entonces ha jugado en PSG, Sevilla y ahora Rayados de México.

Sergio Ramos le estrecha la mano a Florentino.
Sergio Ramos le estrecha la mano a Florentino.

Cristiano: dos renovaciones y un órdago

El otro emblema que conoció el rostro más severo del presidente, y el significado de que ningún jugador está por encima del Madrid, fue Cristiano Ronaldo. El portugués, fichado en 2009, firmó dos renovaciones (y subidas de salario). La primera en 2013, con muchos meses de negociación en la espalda ("Estoy triste, en el club saben qué me pasa", llegó a decir); la segunda en 2016, después de conquistar la Undécima como viga maestra. Quiso una tercera, con un ojo en el bolsillo de Messi y el otro en el suyo por su problema con Hacienda (la Fiscalía le acusó de defraudar 14,7 millones de euros y sintió que la entidad no le apoyó lo suficiente).

Un caldo de cultivo que propició un órdago del '7' en verano de 2018 que Florentino aceptó: "Si me traes una oferta de 100 millones, te puedes marchar". La Juventus fue quien puso el dinero y el Madrid abrió la puerta al máximo goleador de toda su historia (451). "El presidente aceptó mi salida, aunque no se portó muy bien conmigo negociando", declaró la pasada semana la figura del Al Nassr en una entrevista en La Sexta.

Vinicius ya sabe el camino: con Florentino Pérez es mejor ir de buenas que de malas

En las hojas más recientes del libro de familia del Real Madrid pueden leerse otros apartados que hablan de salidas de otros futbolistas importantes por el peso en la historia, como Casillas o Raúl, aunque ambos casos no tienen comparación con los anteriormente mencionados. Tampoco con el de Vinicius. No hubo renovaciones que tratar y fue decisión de los jugadores buscar otro destino al intuir la poca relevancia que les aguardaba. Sí puede parecerse el asunto de Figo, el primer galáctico que fichó el presidente... aunque eso no ayudó a ablandarle. Con contrato hasta el 30 de junio de 2006, ya en julio de 2004 al portugués se le vio con el gesto torcido y los dardos en la boca. En la gira de verano fue muy claro: "Creo que no me quieren renovar. Las últimas informaciones que me ha comunicado mi abogado es que el club no tiene intención de ampliar el contrato y en diciembre tendré que plantearme mi futuro. Hasta ese momento intentaré hacer lo mejor para el Real Madrid, como he hecho hasta ahora. Es la política del club y es su decisión. Me han dicho que no tienen intención de hacerlo. Tengo dos años de contrato, pero hay que plantearme el futuro. Todo ha cambiado mucho en el último año".

El club ya había renovado a Roberto Carlos, a Raúl y a Zidane; a él no le llamaron. Al acabar la 2004-2005, Luxemburgo convirtió a Figo en un suplente habitual y en la siguiente pretemporada consiguió la carta de libertad para negociar su salida: se marchó al Inter de Milán. Florentino no se casó ni con su primer galáctico. Ni con su primer capitán, Fernando Hierro, patata caliente que al presidente no le quemó en absoluto.

El choque Florentino-Fernando Hierro

El terremoto sucedió al acabar la 2002-03. El malagueño, madridista desde 1989, ya había llegado a un acuerdo para renovar, pero todo se vino abajo en las últimas semanas de la temporada. La relación entre club y jugador comenzó a resquebrajarse con el anuncio del fichaje de David Beckham, oficializado cuando el Madrid se estaba jugando la Liga y tras caer en la Champions. Las declaraciones del central iban por ese camino ("La Liga es más importante que Beckham"). Pero hubo más intrahistoria. La contó su agente, Zoran Vekic, en una entrevista en Relevo.

23 de junio de 2003. El Madrid ganó al Athletic en el Bernabéu (3-1) y cantó el alirón. En plena fiesta estalló la dinamita. "Cuando terminó el partido entró Florentino al vestuario con un periodista. Y Fernando no quería que estuviera ahí. No es que le echara, pero... Le dijo algo así como: 'Por favor, presidente, sal, este momento es nuestro, y más con otra persona aquí'. Luego todo comenzó a tensarse. 'No lo vamos a permitir, yo soy capitán...'. ¡Y se lo decía a Florentino! Se lio muy gorda. Luego fuimos al Txistu. Era imposible convencer a Fernando de que fuera al día siguiente, como capitán, al recorrido por las instituciones. 'Florentino te va a cortar la cabeza', le decía. Estuvimos hasta las seis o las siete de la mañana convenciéndole". Al final, Hierro fue a la celebración pero ni el capitán se aplacó ni Florentino perdonó. No hubo arreglo y se marchó. Tras 14 temporadas en el Real Madrid se fue al Al-Rayyan de Catar. Allí permaneció un año. Acabó su carrera en el Bolton, en 2005.

De momento, el caso de Vinicius está lejos de convertirse en un incendio. Y si en algún momento saltan chispas, el brasileño sólo tiene que echar un vistazo a la hemeroteca para convenir que a Florentino no le van los fuegos. Aunque aún no hay acuerdo, la disposición de las partes, pese al sonido de las cajas fuertes de Arabia, es cerrarlo. En su relato, el jugador elige gloria a dinero y mostró su optimismo minutos después de su asombroso partido en el Etihad: "Siempre he dicho que quiero seguir jugando aquí después de tanto tiempo y de hacer historia. Si Dios quiere en los próximos días ya pasará a resolverse toda la negociación para estar aquí mucho más tiempo...". La partida se sigue jugando.