OSASUNA - REAL MADRID

Vinicius en el foco: le gritaron "hijo de p..." en el minuto de silencio, insultó a Munuera y la tuvo con Moi Gómez

Sergio Herrera dijo: "Con el tema Vinicius cada campo se está revolucionando un poco".

Vinicius y Moi Gómez, segundos antes de encararse./EFE
Vinicius y Moi Gómez, segundos antes de encararse. EFE
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

La noche en Pamplona comenzó caliente en el duelo entre Osasuna y el Real Madrid. El balón todavía no había rodado y Vinicius ya había recibido el primer insulto. Se le buscó... Y se le encontró. Lo que es peor, sucedió justo antes de que finalice un respetuoso minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Turquía y Siria. "Vinicius, hijo puta", gritó un aficionado, si se le puede llamar así. Hubo algunas risas, pero también varios pitos de los seguidores locales, recriminando esta actitud.

Hasta entonces, lo único que había hecho Vini Jr. en relación a la afición era acercarse a regalar su chándal de calentamiento a un niño, antes incluso de acabar el mismo. Lo sucedido en el minuto de silencio, lamentablemente, iba a ser la tónica del choque. Desde que Munuera Montero dio comienzo al encuentro, el guion era claro: si la pelota pasaba por los pies del brasileño, los silbidos eran constantes. Y muy repartidos por todo el estadio.

Parecía que esta noche Vinicius no picaría el anzuelo. Pero justo antes del descanso, perdió los papeles con Moi Gómez. En el momento más caliente del primer tiempo, tras una amarilla a Moncayola por una falta en el centro del campo sobre el brasileño, El Sadar entró en ebullición. Fueron 5 minutos de continuos pitos que finalizaron con la jugada entre el ex del Villarreal y Vini.

Ambos jugadores se encararon, se insultaron y el sudamericano hizo ademán de darle como un cabezazo al rojillo. Los dos futbolistas vieron la amarilla, bajo las protestas e insultos de una gran parte de los aficionados navarros. Carlo Ancelotti volvió a salir en defensa de su jugador y se acercó al árbitro al final de la primera mitad para protestar por esa última acción.

Minutos antes, Vinicius también fue protagonista por una protesta sobre Munuera Montero. Pareció que Moi Gómez le hacía falta pegado a la banda, pero el colegiado entendió que no había nada. Enloqueció el brasileño, acabando con graves insultos desde la distancia sobre el árbitro andaluz. Lo celebró la grada y, justo después, en la zona sur del estadio navarro se escuchó "qué puta Real Madrid".

El segundo tiempo volvió a ser tranquilo en la mayoría de los minutos, más allá de una discusión con Unai García y el colegiado en el tramo final, que incluso le costaron la amarilla a Ancelotti por protestar también una posible falta sobre Vini.

Herrera le negó el gol

"Con el tema Vinicius cada campo se está revolucionando un poco. No sé si es justo o no, eso que cada uno tenga su opinión. Esto es fútbol, tiene que haber contacto en las acciones", dijo Sergio Herrera tras el partido, en el micrófono de DAZN. Más allá de las polémica extra futbolísticas, Vinicius fue protagonista cada vez que recibía la pelota. Generador, incisivo, pero sin suerte de cara a gol.

Herrera fue su principal enemigo. Le 'negó' el primer gol a los diez minutos, sacando un gran pie al remate del madridista, y después Moncayola, que no le provocó en ningún momento, evitó que se plantase solo de nuevo ante el portero rojillo tras un control magistral de tacón tras un golpeo largo de Militao.

Nada más arrancar la segunda parte, el colegiado le anuló un gol por fuera de juego y Herrera volvió a evitar un tanto sacando un pie provincial tras un jugadón. La sombra del meta volvió a aparecer a falta de 15 minutos, en un nuevo mano a mano en el que brasileño intentó regatear. Sergio le aguantó y le adivinó la intenciones, tapando con su brazo abajo. Y el colegiado le anuló otro gol, a pase de Álvaro Rodríguez, por fuera de juego.

Eso sí, el brasileño fue clave en el tanto de Valverde. Temporizó, esperó la llegada del uruguayo y le brindó el tanto. Se quitó la espina de una noche complicada, en la que intentó controlarse y que incluso pudo acabar en fiesta de no ser por el VAR (le anuló otro gol por fuera de juego previo), pero en la que volvió a entrar al trapo con esa jugada al filo del descanso que le puso en el foco.