Cuando el Real Madrid le metió diez goles al Rayo y Paco Jémez, con dos menos, seguía pensando en atacar: "¿Creéis que ahora nos vamos a quedar atrás?"
El encuentro, que se disputó en diciembre de 2015, estuvo marcado por la polémica y la controvertida situación de los blancos, tras la alineación indebida de Cheryshev en Cádiz y con Rafa Benítez muy discutido.

El Real Madrid recibe la visita del Rayo Vallecano este domingo (16:15 horas). Los últimos tres entre ambos han acabado en empate. Sin embargo, madridistas y franjirrojos protagonizaron uno de los partidos más desigualados, si hablamos del resultado final, que se han disputado en los últimos años. Los blancos derrotaron por 10-2 al equipo de Vallecas en la jornada 16 de la temporada 2015-16. Pese a las goleadas que ha endosado el equipo blanco, es la única vez en el siglo XXI que han alcanzado las dobles cifras en un partido oficial, algo que tampoco ha sido replicado por ningún equipo en LaLiga desde 1960.
El encuentro estuvo rodeado de polémica, ya que el Rayo, dirigido en ese momento por Paco Jémez, jugó desde el minuto 28 con dos jugadores menos, tras las expulsiones de Tito, por roja directa, y de Raúl Baena, por doble amarilla. Además, el encuentro ya venía enrarecido desde la previa, porque se trataba del primer partido tras la alineación indebida de Denis Cheryshev en Copa ante el Cádiz, que le valió la eliminación del torneo al Real Madrid, y con un Rafa Benítez muy discutido en el banquillo, que tenía a los blancos terceros, a cinco puntos del liderato, en manos del Barça. De hecho, a pesar de la goleada, durante varias fases del partido el público del Bernabéu pitó a los suyos e incluso mostró pañuelos.
Dos de los integrantes de aquella plantilla del Rayo, Raúl Baena y Chechu Dorado, analizan nueve temporadas después aquel partido, con unas sensaciones muy alejadas de lo que dicta un marcador tan escandaloso.
La sensación de los jugadores del Rayo era de que estaban siendo superiores antes de la primera expulsión, tal y como reconoce Baena: "11 contra 11 no he vivido eso en mi vida. Nos estábamos encontrando súper bien, el Bernabéu estaba, mientras jugábamos, encadenábamos pases, llegábamos al área… Estaba, no sé si por nosotros, por como estábamos jugando, o como para picar a los jugadores del Madrid, estaban cantando 'oé oé oé', y acabábamos en ocasiones de tiro, incluso para ampliar la ventaja. Íbamos 1-2 y seguíamos llegando con peligro, jugando muy bien. Recuerdo que los primeros minutos fueron una pasada, en cuanto a jugar bien, a llegadas, a goles…", reconoce el centrocampista.
El Real Madrid abrió rápido el marcador con un tanto de Danilo en el minuto 3. Pero, el Rayo, que había comenzado mejor el encuentro, ya le había dado la vuelta al en el minuto 12, con goles de Amaya y Jozabed. Animado por ponerse por delante, el equipo de Paco Jémez era el que llevaba la batuta del encuentro, tanto que estuvo muy cerca de ponerse con una renta de dos goles con un disparo de Jozabed, ante el que tuvo que intervenir Keylor Navas. Esa ocasión levantó el descontento del Bernabéu, que dedicó una sonora pitada a los suyos, seguido por una gran pañolada. Incluso se pudo observar a Cristiano recriminando a su propia grada esta actitud.
Sin embargo, en el minuto 14 llegó la jugada que cambió el encuentro. En la lucha por un balón dividido en el centro del campo, Tito realizó una dura entrada sobre Toni Kroos, ante la que Iglesias Villanueva, árbitro del partido, decidió expulsar al defensor rayista, y hacía muy complicado pensar en resistir hasta el final, tal y como confiesa Baena: "La primera expulsión nos merma mucho, prácticamente nos liquida, porque con todo el tiempo que quedaba por delante, iba a ser complicado aguantar tanto". Poco después de la expulsión, en el minuto 25, Gareth Bale empataba el choque.

Tras el empate, llega la jugada más polémica, la segunda expulsión. En una falta lateral lanzada por Toni Kroos, el colegiado señala penalti en un forcejeo dentro del área entre Raúl Baena y Sergio Ramos que, además, supone la segunda amarilla para el jugador vallecano, que había visto la primera tras una protesta por la roja directa a Tito. "Me sentó muy mal por lo riguroso que fue. Ya teníamos un jugador menos, y ya era la segunda y en la primera parte. La segunda nos termina de matar del todo", asegura ahora Baena. Cristiano Ronaldo anotaría la pena máxima para poner por delante a los blancos. Antes del descanso, llegaría un nuevo gol de Bale para ampliar la ventaja.
En el entretiempo, al contrario de lo que se pudiese pensar, Paco Jémez pidió a los suyos que siguieran atacando, tal y como reconoce Baena: "Paco Jémez llega al descanso y nos dice '¿Que creéis, que ahora estamos con nueve y nos vamos a quedar aquí atrás a defender y ya está?. Ni hablar, aquí vamos a jugar'. Y puso línea de tres. El equipo en la segunda parte estaba jugando increíble con nueve jugadores, que llegábamos uno centrando y dos o tres en el área para rematar. Pero claro, en las contras eran todo el rato 3 contra 3 o 4 contra 3, para ellos. De ahí el resultado. Si el equipo se hubiese echado atrás, seguramente no hubiéramos tenido ese resultado tan abultado, pero tampoco nos hubiéramos ido con una sensación de decir 'aquí he jugado y lo he intentado lo mejor posible'", asegurando que el plan era que lo que les habían "quitado en el campo", que al menos no les quitasen "su seña de identidad". "Vamos a seguir jugando con nuestra seña de identidad, si es con nueve, con nueve, pero quiero un equipo atrevido, que llegue al área contraria', ese fue el mensaje", asegura.
En la segunda parte, ante nueve jugadores, y con un planteamiento ofensivo del Rayo, para los jugadores con los que contaba, el Real Madrid anotó seis tantos más, tres de Benzema, uno de Cristiano y dos de Gareth Bale, que acabó el encuentro con cuatro goles, la única vez en su carrera.

Pese al resultado final, los jugadores rayistas se quedaron con el juego desplegado en los primeros 15 minutos, como asegura Dorado: "A pesar del resultado, hicimos un buen partido y con dos jugadores menos fuimos capaces de pelearle la posesión a un equipo en superioridad, encima de que era el Real Madrid. Salí orgulloso del equipo". Además, Raúl Baena confiesa que tenían buenas sensaciones para sacar algo positivo del encuentro: "De no haberse dado las expulsiones, tengo la sensación de que hubiéramos podido sacar algo. He ido al Bernabéu muchas veces y la sensación que tenía ese día, en un día cerca de Navidad (se jugó el 20 de diciembre), el Madrid no se sentía cómodo, no desprendía un buen ánimo, el equipo iba ganando, encontrándose muy bien… la sensación que me daba es que sí que podíamos sacar algo positivo".
Al finalizar el partido, Paco Jémez protagonizó una de sus ruedas de prensa más calientes. Confesó que se sentían "humillados y pisoteados", y que creía que "es algo que no beneficia ni al Madrid, ni a nosotros, ni al fútbol español ni al estamento arbitral", asegurando que "hacía mucho tiempo que no veía algo tan esperpéntico, tan vergonzoso como lo que he presenciado hoy en el campo". Dejando una llamativa frase: "Cuando entras al vestuario y ves a tíos como carros llorando desconsolados, no porque nos hayan metido diez, ese no es el problema, eso es una consecuencia de lo que ha pasado en el campo. Te da mucha pena ver a profesionales que se han dedicado muchos años para escenarios como este, y que por circunstancias raras, no solo no hayan podido disfrutar, sino que sientas que algo ha pasado que no está dentro de lo normal".
Sobre las palabras de su entrenador, Raúl Baena conmenta: "La sensación de 11 contra 11 era de que estábamos siendo superiores, estábamos ganando el partido, que después puede pasar lo que sea, más con un equipo de ese calibre como el Madrid, puede pasar lo que sea, pero esa era la sensación. La primera expulsión te marca mucho, y la segunda te revienta del todo, te pisotea. Era como, 'si no podemos seguir compitiendo, pues ya está, al siguiente partido'. Ese partido nos fastidió bastante", finaliza.
A pesar de la goleada, las sensaciones del equipo blanco no eran las deseadas tras el partido. 11 contra 11 estaban por debajo en el marcador, lo que llevó a pitos desde la grada y a que Cristiano, en más de una ocasión, recriminara esa actitud a su propia afición. Dos partidos después, a pesar de no perder ninguno de ellos, el Real Madrid anunciaba la destitución de Rafa Benítez. Posteriormente, llegaría Zinedine Zidane por primera vez al banquillo blanco, que acabaría llevando al Real Madrid a la consecución de la Champions en esa misma temporada. En liga acabaría segundo, a un punto del Barça.
Por su parte, el conjunto de la franja acabó de la peor manera posible, con un descenso a segunda división. Tras el partido, al que llegaban en zona de descenso, tuvieron una racha que les hizo salir de los puestos de relegación en la jornada 23, para no regresar a esa zona hasta la fatídica jornada 37 en la que cayeron en la visita ante una Real Sociedad que no se jugaba nada, y les sentenciaba a falta de la última jornada, en la que necesitaban de un triunfo del Villarreal, que tampoco tenía nada en juego, en Gijón. Esa temporada puso punto y final a la primera etapa de Paco Jémez en el banquillo franjirrojo, que había mantenido al Rayo durante cinco temporadas en la élite, el mejor registro hasta el momento, que puede ser igualado si esta temporada el equipo de Vallecas cierra su permanencia.