Westermann, en el equipo de Flick: regresa la figura del traductor que también es un experto de la cantera
Heiko, con pasado en el Real Betis, formará parte del staff blaugrana. Lleva años trabajando en el fútbol base alemán.

Hansi Flick desembarcará en Barcelona rodeado de gente de confianza. A las nuevas incorporaciones que ha firmado el club (Raúl Martínez o Julio Tous), el técnico alemán aterrizará con Marcus Sorg, Toni Tapalovic y, tal y como según se desveló más tarde, Heiko Westermann. Flick buscaba un perfil que dominara español -él habla inglés- y con experiencia en el mundo del fútbol. Hansi barajó otros nombres, pero optó por Westermann. Su paso por los banquillos de las inferiores de Alemania fue un claro punto a favor.
Central de nacimiento, Westermann ha hecho carrera por varias ligas europeas. Sobre todo en Alemania, donde nació. "Es un central de culto", asegura un periodista alemán. "Fue uno de los centrales más seguros y estables de la Bundesliga durante muchos años", cuenta la misma persona. Apenas recuerda un par de momentos grises. El descenso con el Hamburgo, donde no pudo corregir una deriva -y muchos problemas defensivos- que acabó con su histórico descenso. Y una lesión que le impidió estar en el Mundial de Sudáfrica, en 2010. Aun así, disputó cerca de 30 partidos con la Mannschaft.
Se retiró en 2018 y unos meses después empezó su carrera en los banquillos. Tras un año y medio en las categorías inferiores de Düsseldorf, pasó a trabajar en la federación alemana. Allí acompañó en su crecimiento a la generación del 2005, siempre como segundo entrenador. Parte de su rol consistía en hacer seguimiento de los jugadores, hablar con ellos, con los clubes y con la federación. Fue cuando coincidió con Flick. Fue cuando descubrió su pasión por ayudar en la formación de los jóvenes. Llegó a jugar contra la España de Sergi Domínguez, el central que empieza a dar los primeros pasos en el Barça Atlètic.
Aprendió español en apenas un año
Westermann también pasó por LaLiga. Estuvo una temporada en el Real Betis, la 2015/16. Sus excompañeros coinciden en que era una persona reservada que a medida que aprendió el idioma se empezó a soltarse. También destacan su profesionalidad y que ya se le intuía un futuro en los banquillos. No era un simple funcionario, se preguntaba los porqués del juego.
"Recuerdo que le gustaba mucho el fútbol, era muy buen chico. Siempre trató de hablarnos en español", cuenta Martín Montoya. Heiko intentó aprender el idioma haciendo clases entre tres y cuatro veces por semana. En la misma línea opina Xavi Torres, también compañero en el Betis. "Aprendió rápido el idioma, lo que demuestra que es un hombre metódico. De los que si se va a China, aprende chino, inglés o lo que haga falta. Era muy serio en todo lo que hacía", explica.
El juego antes de entrenar que prohibió Pepe Mel
Xavi también remarca su profesionalidad. "Era un tipo impecable, se notaba que quería ganar galones. Un profesional. Si entrenábamos a las 9, a las 8 ya estaba en el gimnasio", relata. Antes de las sesiones, jugaban al spikeball. "¡Nos picábamos mucho! Era muy divertido, pero lo tuvieron que prohibir porque empezábamos a entrenar y ya habíamos corrido tres kilómetros", recuerda entre risas Torres, ahora preparándose para ser director deportivo. Lo cortó de raíz Pepe Mel, que fue el entrenador la primera parte del curso. Montoya también cuenta que, cuando pasaron tiempo lesionados, jugaban a la pared (una especie de frontón con un balón).
Torres también subraya que Westermann tenía madera de técnico. Al tratarse de un central y un mediocentro, la comunicación entre ellos era necesaria. "Teníamos conversaciones sobre cómo defender al rival: si jugaban con dos delanteros, yo no bajaba tanto a recibir, si era mejor salir por fuera… Tenía base de entrenador", apunta. También recuerda un gol, el único que anotó en el Betis, en campo del Rayo. "Fue espectacular", dice.
"Era un central serio, corpulento, contundente, buen… Siempre te daba un 7 en todos los partidos", explica. En el Betis destacó, curiosamente, por hacer pocas faltas, lo que veía como un aspecto positivo. "Amo jugar al fútbol y aquí es mejor para hacerlo técnicamente. También en el fútbol de hoy es importante no cometer faltas. Muchos goles se producen en jugadas a balón parado, de faltas o saques de esquina. Pero soy un defensa y esto también obliga a jugar fuerte", reflexionaba en una entrevista con Samuel Silva para Diario de Sevilla.
Westermann se tomó la apuesta por el Betis como el reto de adaptarse a un cultura nueva. Se fue a Sevilla acompañado de su familia. Se movía con un Smart y de la ciudad le gustó todo, excepto que se cenara tan tarde y el calor extremo en algunas épocas del año.
Heiko, conocido como HW4 durante su etapa en Hamburgo, llegará a Barcelona conociendo algunas caras. Con Toni Tapalovic coincidió en el Schalke. En el Ajax, destino al salir de Sevilla, con Frenkie De Jong. Se retiraría después en el Austria Viena. Además, ya sabe lo que es pisar el Camp Nou. Jugó con la camiseta del Betis y la del Schalke. Y sufrió lo que era jugar contra la MSN.
"Llega para hacer más que de traductor", comenta Xavi Torres. Mientras Flick aprende el idioma -hace años que la lengua vehicular en el vestuario blaugrana no es el castellano- Westermann le echará una mano. Además, su ojo con el fútbol base facilitará el puente -necesario- entre La Masia y el primer equipo. En tres semanas arrancará los entrenamientos de pretemporada.