Aplausos tímidos al equipo, apoyo a Xavi Hernández y la lupa sobre el palco

El partido ante Osasuna no es un partido cualquiera. Es especial para Xavi. No es el más emotivo, pero después del anuncio oficial de su salida del club a final de temporada, gran parte de los focos estarán puestos en el banquillo y en el egarense. 72 horas después de perder más que tres puntos al Villarreal, Xavi vuelve a verse cara a cara con la gente que lo idolatró de futbolista y también de entrenador a pesar de los resultados de esta temporada. "Ahora lo afronto con más responsabilidad. Nos jugamos mucho, terminar lo mejor posible en la Liga y competir en la Champions. Sigo con la máxima ilusión. Me ha liberado algo a nivel personal. Voy a dar un plus extra para que funcione", explicó ayer en conferencia de prensa.

Los futbolistas también están en el punto de mira, más si cabe que Xavi. Tras la derrota ante el Villarreal, la grada apuntó hacia los jugadores y también al palco. Los futbolistas están en el ojo del huracán por su pobre rendimiento. Xavi les señaló ante el Almería, y espera que su marcha sirva para que reaccionen. Se espera que den ese paso al frente que pidió hace días Pep Guardiola. Con el quinto gol Morales el pasado sábado, un sector del estadio cantó: "Barça sí, Laporta no". Las cámaras tendrán trabajo: el césped, el banquillo y la zona noble de Montjuic. En los momentos previos y el calentamiento del equipo apenas se pudo notar tímidos aplausos a los jugadores y apoyo a Xavi. La directiva, en el foco.

Al público de Montjuic se le está acabando la paciencia. El anuncio de la marcha de Xavi debería servir, o eso espera el entrenador, para quitar tensión al equipo, el ambiente y el entorno. La fiel afición culé siempre ha estado con su equipo, a las duras y a las maduras. Hoy se vuelven a ver las caras tras la derrota ante el Villarreal, que aleja al Barcelona del título liguero, y tras el anuncio de Xavi. Nunca se le ha reprochado nada al técnico, y siempre se le ha agradecido el esfuerzo, conscientes del momento actual del club. Se espera una entrada pobre. Ni el día ni la hora, ni tampoco el juego del equipo, ayudarán a llenar el Estadio. Ante el Villarreal (46.229) hubo la segunda mejor entrada de la temporada, y está tarde la tercera peor (37.888). A la salida del equipo a calentar, los pocos aficionados que ya ocupan sus localidades han aplaudido a los jugadores.

Ante Osasuna arranca una nueva dimensión en el Barcelona. Los objetivos de puertas hacia fuera siguen siendo de cotas mayores. Sin embargo, la realidad es otra. El equipo se toma los cuatros próximos partidos en Liga ante Osasuna, Alavés, Granada y Celta para recuperar la mejor versión, consolidarse en la cuarta posición, y si fallan Girona o Real Madrid volver a reengancharse a una Liga que ahora mismo se ve muy lejos. Posteriormente vendrá el Nápoles y la Champions, capital para las arcas del club eliminar a los partenopeos. Luego, Dios dirá lo que le espera al Barça hasta final de temporada.