FC BARCELONA

El bloqueo del Barça

El Barcelona arrastra problemas endémicos desde el verano, mientras que el equipo sigue encallado en lo futbolístico.

Xavi después de recibir la medalla de subcampeón./AFP
Xavi después de recibir la medalla de subcampeón. AFP
Jordi Cardero
Albert Blaya

Jordi Cardero y Albert Blaya

La Supercopa de Arabia se presentaba como la oportunidad de hacer un 'clic' y el efecto terminó siendo el contrario. Los blaugrana han empezado el año perdiendo la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y evidenciando que el Real Madrid está lejos, en lo futbolístico y lo emocional. Xavi asume las críticas, pero la intención de la directiva es que el técnico siga hasta final de temporada. En verano, se analizará cómo ha ido el segundo tramo de curso. Xavi está en el foco, aunque en la radiografía no aparece -o no debería aparecer- únicamente el entrenador.

El Barça de esta campaña arrastra problemas de planificación que no pudo afrontar durante el mercado estival y que no podrá corregir, salvo sorpresa, en el invernal. Xavi perdió a Dembélé, uno de sus protegidos, porque al francés le atrajo regresar a Francia. Más dolorosa fue la salida de Sergio Busquets, por quien todavía a día de hoy el Barcelona sigue sufriendo las derivadas de su adiós: los no-fichajes, el rendimiento de Oriol Romeu, el rol de Gündogan...

En cuanto a caras, también aparecen en la ecuación las apuestas de Deco tras las salidas de Jordi Cruyff y Mateu Alemany. El actual director deportivo, que ratificó a Xavi tras la derrota en Arabia, ya tuvo un desencuentro con este a raíz de la convocatoria para el partido de Champions en Amberes. Por otro lado, y por encima de todo, hay un equipo que no ha sabido construir sobre lo que le convirtió en campeón de LaLiga pasada.

La sombra de Busquets

Durante sus últimos años en Can Barça, parte del barcelonismo creyó que su etapa ya había terminado. Que era necesario un cambio. Busquets salió y el Barça no supo encontrarle un remplazo. La secretaría técnica abrió carpetas con varios nombres: Zubimendi, Kimmich, Amrabat, Brozovic, Parejo u Oriol Romeu. Entre estos dos últimos, Xavi apostó por el catalán a pesar de que su 'Plan A' era (y sigue siendo) el de la Real Sociedad.

El rendimiento de Romeu llevó al técnico a remover el tablero. Gündogan, fichado con la idea de que reforzara la zona ofensiva, tuvo que retrasar su posición. El fichaje estrellas ha terminado siendo un parche, jugando más arriba o más abajo en función de las necesidades del equipo. Ambos roles, eso sí, ya los protagonizó en Mánchester. El Barça no está haciendo brillar al alemán.

El cambio en la secretaría técnica

En las oficinas el verano estuvo marcado por el traspaso de carteras. Jordi Cruyff y Mateu Alemany cerraron su ciclo en Can Barça para que Deco ocupara su lugar. Los dos primeros habían sido la apuesta de Laporta en el área de fútbol desde su candidatura a las elecciones. Deco ha ratificado a Xavi en los momentos más crudos, pero el intercambio de declaraciones a raíz de la lista de convocados para Amberes dejó un aroma extraño entre ambos.

La mano de Deco ya ha tenido repercusión en la planificación deportiva. Lo evidencia la inversión en Vitor Roque. También estuvo presente en los últimos suspiros de mercado, cuando el Barcelona logró cerrar las incorporaciones de Joao Cancelo y Joao Félix. A pesar de que el lateral era una petición de Xavi, el entrenador nunca las tuvo todas con la cesión del del Atleti. Durante los últimos partidos ha demostrado con las suplencias del portugués que este no jugará por decreto.

Para este mercado invernal, la petición de Xavi -además de sumar a Roque- es traer a un centrocampista. Aleix Garcia está en el radar. No obstante, el propio entrenador y Deco ya reconocieron que ahora mismo el fair play ata totalmente de manos al Barcelona. Para fichar, los deberes los deberán hacer los de arriba. El club sigue buscando los 40 millones que tiene bloqueados por LaLiga. Y en verano se avecinan nuevos frentes de cara a inscribir: el nuevo contrato de Xavi, el segundo año de Iñigo Martínez, la ficha de Vitor Roque...

La falta de rumbo en lo futbolístico

La Supercopa de 2023 sigue rondando en el imaginario barcelonista porque se presentó como la promesa de lo que podría ser el Barça en el día a día. En Liga, con resultados cortos y haciéndose fuerte en las áreas, se hizo con el título. En esta campaña, Xavi ha seguido apostando por la misma forma. Aun habiendo optado por jugar con el tridente en algunos tramos, el Barça sigue invirtiendo en lo mismo. Pero con menos fe. Xavi no ha dado un vuelco al tablero y el equipo sigue chocando con los mismos problemas jornada tras jornada.

Problemas físicos en una plantilla corta

Otro foco es la cantidad de lesiones que está sufriendo el equipo. Durante las primeras semanas de competición, Xavi las enmarcó en lances del juego, en acciones fortuitas. Como fue el caso reciente de Cancelo ante Las Palmas. Con el paso de las semanas, los problemas físicos han limitado mucho las opciones del técnico a la hora de alinear y rotar. De hecho, algunos directivos ya comienzan a dudar sobre si el cuerpo técnico actual es capaz de poner al mejor tono posible a los futbolistas.

Los últimos en caer han sido Iñigo o Raphinha, además de las molestias de las que no ha logrado despegarse Pedri. Xavi cerrará la temporada sin poder haber contado con todos los efectivos en un solo partido.

¿Qué parte de culpa tienen los futbolistas?

"No somos el Barça de 2010", señaló un Xavi crítico después del partido ante el Almería, instando a que los jugadores corrieran más. En cuanto a rendimiento individual, ningún futbolista ha estado cerca de su mejor versión. O lo ha estado con cierta regularidad. Un claro síntoma es la falta de efectividad de cara a puerta, uno de los males a los que Xavi apunta con frecuencia y razón. Y es que el Barça, sin tener en cuenta los penales, es el equipo menos eficaz de cara a puerta de las cinco grandes ligas europeas. Según Opta, los blaugrana deberían haber anotado diez tantos más de los que llevan. Son cifras que quedan muy lejos de los +9 del Girona, +8 del Madrid o +7 del Manchester City.

El diagnóstico de los males del Barcelona no apunta únicamente a un lugar. Una decisión recurrente ante estados de emergencia es el cambio de entrenador. Pero la realidad es que no todos los problemas brotan de Xavi. La imagen de los jugadores en muchos partidos, como en la final de la Supercopa y el doloroso 2-0 a los diez minutos, deja mucho que desear. Cada partido perdido es una oportunidad para reengancharse. Y los próximos retos no son sencillos: visitas a Unionistas y Real Betis.