FÚTBOL Y BALONCESTO EN PRIMERA

Adiós a la 'mufa malafollá' del deporte en Granada

La ciudad tendrá por primera vez a su equipo de fútbol y de baloncesto en la élite.

Ambiente durante el partido del ascenso del Granada CF. /EFE/PEPE TORRES
Ambiente durante el partido del ascenso del Granada CF. EFE/PEPE TORRES
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Todo es posible en Granada. Si hay un dicho popular en la ciudad de la Alhambra es este. Aunque hasta hoy conllevaba un pero. Todo es (o era) posible en Granada salvo tener a sus equipos de fútbol y baloncesto en la élite a la vez. "Es como una cuestión de equilibrio del Universo", decía más de uno. Y eso parecía. Si el baloncesto ascendía, el fútbol o bajaba o no lograba subir. Y viceversa. "Eso forma parte de la famosa malafollá" -adjetivo característico de los granadinos-, se podía escuchar o incluso leer en redes sociales, donde durante años se ha vislumbrado la ruptura que existía entre fútbol y baloncesto. Hasta ahora.

Granada tendrá a sus dos equipos en la élite la próxima temporada, rompiendo así el famoso maleficio al que tantas veces se había apelado. Porque sí, como dice ese dicho popular, Todo es posible en Granada, a nivel deportivo, también. Aunque no hay que perder de vista lo que ha costado que se cumpla.

El Covirán Granada, equipo de baloncesto de la ciudad, llegó al pasado miércoles, a la última jornada de la temporada regular de Liga Endesa, como el favorito a descender. Después de haber estado una temporada en la élite, los de Pablo Pin llegaron a esa última batalla con casi todo en contra. Tenían que vencer a un Joventut Badalona que se jugaba la sexta plaza de cara al playoff.Y además el Real Betis tenía que perder ante un Real Madrid que llegaba con la resaca de haber ganado y celebrado la Euroliga horas antes. Y todo ello se vio en los marcadores.

La igualdad reinó en el marcador de ambos partidos. Pero tras el descanso, los dos equipos que se jugaban la vida se pusieron por delante en el marcador. Al Granada eso no le valía al tener el average perdido contra el Betis. Y entonces apareció Fray Leopoldo, beato más popular de Granada, o su encarnación en Nigel Williams-Goss. El base del Real Madrid anotó 9 puntos consecutivos y consiguió el +2 para el Real Madrid que sentenció el partido 79-77. Ahí, el Covirán Granada ganaba por más de diez puntos a falta de 25 segundos, pero el baloncesto ya quedó en un segundo plano ante el estallido de la fiesta en el Palacio de los Deportes de Granada. Los de Pin salvaban la categoría y la ciudad lograba su primer triunfo de la semana. Ahora el turno era del deporte de los pies.

El Granada CF nunca había logrado el ascenso a Primera División en su casa. Y ocasiones a lo largo de su historia para conseguirlo no habían faltado. "La mufa siempre aparece", comentaban algunos seguidores del conjunto nazarí, en este caso filipinos, como se hacen llamar a los que padecieron los años más duros del club y su descenso a los infiernos en la primera década de los 2000. Pero confiaban en que este sábado aquello se rompiera. Ya tocaba.

Lo cierto es que la última vez que el Granada se jugó el subir, en el año 2019, entonces con Diego Martínez al frente del banquillo, lo pudo certificar en Los Cármenes… pero no fue bien. Un gol del Cádiz en el minuto 77 puso el 1-1 en el marcador e hizo a los rojiblancos decir adiós a la posibilidad de ascenso aquel domingo 26 de mayo. Hubo que esperar una jornada más y viajar hasta Mallorca para lograrlo. Cinco ascensos a Primera en la historia del club… y ninguno en casa.

A eso, además, hay que sumar la mufa de los dos equipos en la élite. Fútbol y baloncesto parecían obligados a estar enfrentados entre sí. ¿El motivo? Si el equipo de fútbol estaba en Primera, el de baloncesto no lograba el ascenso. Si el de baloncesto se metía en ACB, el de fútbol no conseguía estar en la élite.

En 2022, cuando a falta de una jornada para el final de la Liga LEB Oro el Covirán Granada se coronaba campeón de liga y ascendía, de forma directa, a Liga Endesa, el conjunto rojiblanco comenzó una debacle que, aunque tenía más posibilidades que el resto de evitar el desastre, acabó consumándolo.

Un empate a cero en la última jornada ante el Espanyol, en un partido en el que el cuadro nazarí, entonces entrenado por Aitor Karanka, falló varias ocasiones claras, algunas incluso a puerta vacía y hasta un penalti de Jorge Molina, lo condenó al pozo del descenso. Otra vez, el llamado "equilibrio del universo", como decía un granadinista, condenaba a uno de los dos principales equipos de la ciudad para evitar que coincidieran en la élite.

Sea o no cuestión de fuerzas abstractas, esta vez la balanza se ha inclinado a favor de los granadinos. Porque desde hace días seguidores de uno y otro deporte han caminado juntos, hasta el punto de haber compartido un hermanamiento por las calles de la ciudad como se vio cuando el equipo de baloncesto celebró su permanencia luciendo la camiseta del equipo de fútbol. Esta vez el desenlace ha sido distinto y Granada tendrá a sus dos equipos en primera. La historia deportiva de la ciudad se está reescribiendo y lo hará desde la élite.