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La afición del Espanyol, como la del Madrid en la final de Champions, voló con un avión pintado del Barça: "Lo han hecho a propósito"

Un buen grupo de aficionados pericos regresaban del partido de ida de la final del playoff ante el Oviedo.

Avión del FC Barcelona, en Oviedo. /@roberthernando
Avión del FC Barcelona, en Oviedo. @roberthernando
Marc Mosull

Marc Mosull

Sorpresa mayúscula entre los aficionados y periodistas pericos que tomaron el vuelo VY1579 a las 11:50 de la mañana de este lunes desde Oviedo con destino a Barcelona. El avión, operado por Vueling, que los devolvía a casa tras la ida de la final del playoff de ascenso a Primera, disputada el pasado domingo en el Tartiere, estaba pintado con los colores del FC Barcelona, que es el eterno rival del Espanyol.

De hecho, es el avión oficial del equipo femenino del FC Barcelona que fue inaugurado hace unos meses por Aitana Bonmatí, Fridolina Rolfö, Patri Guijarro e Ingrid Engen. Por fuera, tiene un diseño que combina los colores y el escudo azulgrana, con la imagen de once jugadoras en representación del equipo. Y por dentro, tiene pegatinas del FC Barcelona, junto a las de Vueling, en la parte exterior del compartimento para las maletas, además de una banda azulgrana en el reposacabezas con la inscripción 'Soñamos alto o no soñamos' y la silueta del escudo del club. El suelo es de moqueta verde y simula el césped de un campo de fútbol. La aeronave incluye, además, el concepto bajo el que lanzó la unión entre el Barça y Vueling, 'Azulgranas al Viento'.

"Lo han hecho a propósito", decían medio en serio y medio en broma algunos de los aficionados blanquiazules en el avión; más de uno lucía la camiseta y la bufanda del equipo perico, que ayer cayó en el Tartiere. "No es cosa nuestra", se excusaba entre risas uno de los azafatos, que, por cierto, también es aficionado del Espanyol. El asunto quedó en anécdota, pues simplemente era un vuelo comercial y habitual que opera entre Asturias y Barcelona, y que casualmente este lunes transportaba a un buen número de pericos, alrededor de una veintena.

Bien es cierto que más de uno arrancó la banda de velcro, de quita y pon, que había en el reposacabezas de los asientos a modo de superstición. "Se nos va a caer el pelo si ponemos la cabeza ahí", bromeaban los pericos que estaban en las filas delanteras del aeroplano en un vuelo sin más historia que esta anécdota.

Lo curioso del caso es que este mismo avión, como ya contamos en Relevo, también estuvo envuelto en polémica porque en la final de la Champions League disputada hace unos días por el Real Madrid en Londres ya transportó a aficionados merengues de camino al Reino Unido.