Antoñito Cordero, la joya por la que se pelean Real Madrid, Barcelona, Oporto y Newcastle, se lo tiene que tomar en serio: "Si hubiera hecho alguna tontería partía el proyecto"
Relevo habla con su padre, su entrenador en el Sevilla FC y con la persona que lo llevó al Málaga, Duda, para saber más de este joven talento de la cantera del Málaga.

"Pues ahora mismo el coche tiene 532.000 kilómetros. Vamos, para no mentirte, es que lo he mirado antes, 532.135 kilómetros", relata el padre de Antonio Cordero durante la charla que ha mantenido con Relevo. Una cifra que solo refleja los trayectos de Jerez a Málaga y que tiene su explicación en asuntos como el que le ha ocurrido estos días. Este fin de semana, Antoñito se marcha con la selección española para disputar la Ronda Élite clasificatoria previa para la próxima Eurocopa Sub-19. El jugador quiere llegar en las mejores condiciones y eso requiere un esfuerzo extra. "Yo he estado toda esta semana yendo y viniendo a Málaga para que pueda entrenar aquí (Jerez) con su preparador. Para que vaya con una puesta a punto mejor a la selección española. 500 kilómetros todos los días. Es una cosa que sale de él y yo lo hago", aclara.
Pese a su juventud, él y su padre saben que para estar en la élite hay que dar un paso más. "Si lo hace Cristiano Ronaldo, que salía del Madrid y en su casa seguía machacándose… y lo sigue haciendo, qué no tienen que hacer los otros. Es que no hay otro camino. Los deportistas son máquinas y se tienen que preparar en lo físico, en lo técnico, en la alimentación, en el descanso, en todo. Él se machaca por lo suyo ".
El sacrificio y el esfuerzo no es algo nuevo para la familia Cordero. Desde que Antoñito empezó a mostrar sus cualidades, los viajes en coche siempre han sido una constante. Primero fue en la cantera del Sevilla y, posteriormente, en la del Betis. Viajes que han tenido alguna curva más cerrada y complicada de superar que otras, como su paso por esas dos canteras en las que no salió la cosa como se esperaba. "Te voy a decir algo, mi segundo equipo después del Jerez es el Sevilla. Pero en el Sevilla ocurre una cosa cuando terminó el infantil, el segundo año, para subir a cadete de primer año. Fue en la época de la pandemia. Entonces, una agencia que yo tenía fue a negociar una mejora, yo no entiendo de eso y le dije que bueno, que si ellos lo veían, que vale, porque yo tenía allí una ayuda de 120 euros. Ellos fueron a negociar con el Sevilla y en esa época, por lo visto, habían cambiado a alguien de la estructura de la cantera. Pablo Blanco había puesto a otras personas… una historia de esas había habido. Esta gente propuso que le dieran 500 euros y el Sevilla le dijo que no, que dinero no había y que si era sevillista lo tenía que demostrar y quedarse allí. Entonces, me lo dijeron a mí, y si Antonio, por ejemplo, cobra 120 y no hay dinero pues no hay dinero para ninguno, ¿no? Pero después nos enteramos de que había otros jugadores que cobraban 1.000, 1.200, 1.500 euros, jugadores con números inferiores a los de Antonio. Entonces, si no hay para uno no hay para otros".
"El que conozca al padre sabe que si tiene que pegarle la hostia y quitarlo del fútbol, lo quita. Y no lo dice ahora, con 18, lo decía ya cuando tenía a Antoñito 12. Él le da, pero si le tiene que quitar todo, se lo quita"
En la cantera sevillista, bajo las órdenes de Manolo Corona, fue uno de los primeros momentos donde Antonio Cordero más disfrutó del juego de su hijo. "Fue una pasada", asegura Corona cuando recuerda aquella época con Antoñito Cordero y cómo planteaba los partidos. "Yo preparaba el plan del encuentro y decía, preparo esto y luego lo que me líe Antonio, porque Antonio es que me la liaba siempre. Era tener un as bajo la manga". A Manolo le fascinaba ver las posibilidades que mostraba en el terreno de juego, ya que era "un futbolista ambidiestro, con la pierna no dominante parecía dominante también. Era un espectáculo de futbolista. Como tuviera tres, si no te metía tres, te metía dos", afirma. Desde esos inicios ya se veía que el de Jerez de la Frontera tenía algo especial y el técnico sevillano no tenía dudas de que iba a llegar al fútbol profesional. "Tú ya veías que iba a ser un futbolista que iba a llegar. Yo he tenido la fortuna de entrenar a Bryan Gil, a José Ángel Carmona, a Kike Salas, a Juanlu. Y la verdad es que son futbolistas que se ven que llegan, luego puede pasar una lesión o cualquier cosa, pero yo no tenía ninguna duda", sentencia.
Del desacuerdo con el Sevilla se beneficia el Real Betis, aunque no fue una buena experiencia. "Miguel Calzado no paraba de llamarme, incluso vino a mi casa con Carlos Jiménez. En el Betis…. es que esto te lo da la experiencia. Yo tengo amigos que me dicen 'el entrenador del equipo tal me ha dicho que si va mi hijo va a ser capitán, lo va a jugar todo'. Yo con la experiencia que tengo hoy en día le digo, pues allí no tiene que ir. Las cosas se las tiene que ganar en el verde, esa es la mayor verdad. Y nosotros cuando llegamos allí, pues no era todo lo que decían. Yo he visto la alineación del equipo un miércoles, este es el equipo que sale el sábado. Eso no es normal. El entrenador machacándolo. Hablé con Miguel y le dije, tú me prometiste esto, esto no ha sido así, pero sin problemas, no pasa nada, nosotros nos vamos. Yo no quiero dinero ni quiero nada, yo quiero que sea feliz y participe y juegue, y el entrenador que no lo machaque. Que por dinero no era porque en el Betis nos daban más, pero yo quería que fuera feliz".
Antonio Cordero ya había visto cómo trabajaba el Málaga en cantera. Lo conocía de haberse enfrentado varias veces, en diferentes etapas, al club malagueño. Le gustaban las formas y se decantó por el cuadro de la Costa del Sol sin dudarlo. Todo ello también propiciado por el veto del Real Betis al Sevilla y al Atlético de Madrid, que también estaba interesado en él en aquella época. "Yo sabía que en el Betis me iban a poner un condicionante para salir, que no podía ni volver al Sevilla ni ir al Atlético de Madrid. Cuando fuimos a la reunión, Miguel Calzado me dijo que no quería que nos fuéramos, intentaron convencernos, pero cuando llegó la hora de poder salir me pusieron esa condición. Y yo le dije, dame la mano, nos vamos al Málaga. Y se quedó así… le chocó que nos fuéramos al Málaga. Y el niño me dijo lo mismo, ¿al Málaga? Y yo le dije, Antonio, vamos allí y si no triunfas me lo recriminas a mí".
La llamada de Duda para fichar a «un futbolista de calle»
No se equivocó. Todo surgió tras una llamada de Sergio Paulo Barbosa, Duda, director de cantera en aquella etapa. "Yo siempre tenía un contacto con el padre, siempre le decía que aquí iba a tener las puertas abiertas para lo que les hiciera falta. Yo creo que ese acercamiento, esa relación que teníamos, hizo que un día, una llamada tonta como dice uno, hiciera que viniera. Nosotros sabíamos que el chico no estaba contento, no estaba teniendo los minutos que a lo mejor se merecía y una llamada hizo que cambiara todo", asegura. En el Málaga, bajo la tutela de Iñaki Goitia, Antoñito vuelve a ser feliz y a mostrar su mejor versión. "Manolo Corona e Iñaki Goitia son los entrenadores que más rendimiento le han sacado a Antonio", relata su padre. Y es que con el técnico vasco empezó a mostrar "la jerarquía que tiene, el hambre, la actitud. Él puede y sabe. Lo que se ve ahora lo he visto antes en él, todos lo hemos visto y lo seguimos viendo. Es de los pocos futbolistas de calle que quedan, porque ese futbolista de calle está desapareciendo, últimamente es difícil de encontrarlo y él lo tiene", comenta Duda.

Uno de los puntos que más destacan cada una de las personas que han trabajado con Antoñito es su entorno. El más claro es Duda. "La cosa está muy clara, el que conozca al padre sabe que si tiene que pegarle la hostia y quitarlo del fútbol, lo quita. Y no lo dice ahora, con 18, lo decía ya cuando tenía a Antoñito 12. La cosa es muy clara con el padre, él le da, pero si le tiene que quitar todo, se lo quita. Y eso creo que es importante hoy en día, un padre tiene que saber mantener las reglas desde el primer momento y darle la hostia al niño, entre comillas lo de hostia, cuando se lo merece, no protegerlo como hoy en día se ve".
El lado bonito del fútbol es tan brillante que eclipsa el sacrificio y la toma de decisiones importantes que hay en el proceso hasta llegar, y la apuesta que se realiza. Fueron muchos números los que echó Antonio Cordero antes de decidir ir a Málaga. "Miré los kilómetros, miré los gastos, miré todo. Estamos hablando de gastos mensuales de más de 1.500 euros. Yo he trabajado muchísimo para poder cumplir el sueño, bueno, en aquel momento no era cumplirlo, era por lo menos intentarlo. Fueron muchos sacrificios, pero yo se lo dije claro, en el momento en el que hiciera una tontería, la ilusión se rompe aquí en un segundo. Parto todo el proyecto. Y a día de hoy estoy súper contento, súper contento porque yo le doy todo pero él me ha dado más. Él ha querido y lo ha demostrado porque ha habido unas condiciones… porque esa residencia no es la del Sevilla, no es la del Madrid ni es la de Barcelona. Es una residencia universitaria, y son diferentes. Allí ha hecho la mili, y le ha valido esa mili porque en la vida hay que vivir lo malo para valorar lo bueno. Ha pasado fatigas de todos colores y eso es la mili".
"Fueron muchos sacrificios, pero yo se lo dije claro, en el momento en el que hiciera una tontería, la ilusión se rompe aquí en un segundo"
Padre del jugador del MálagaY es que, en ese sentido, Antonio lo tenía claro con su hijo y así se lo hizo ver. Lo que decía Duda de quitárselo todo, no iba en broma. "Yo le dije 'haces lo que te gusta, vives para lo que te gusta y yo voy a hacer todo lo posible para que tú luches por esto. Lo que te haga falta, hago los kilómetros que sean. Entonces, si esto lo pierdes porque te ha dado la gana, otra cosa es porque te haya faltado calidad o lo que sea, pero si es porque tú te veas… por salir a la calle, por las tonterías que hacen los niños… que sepas que al estanco no vas a ir allí a estar tranquilito'. Porque yo tengo un estanco. Le dije 'al estanco no vas a ir allí tranquilo, a sentarte. Vas al campo, y vas a empezar con las botas llenas de barro como yo hoy en día, que yo podía estar en el estanco tranquilo y estoy aquí dando ejemplo'. Pues le dije 'te vas a venir aquí y vas a ser el de la cola, pero el de la cola de la cola. Así que ya sabes, valora lo que tienes y esfuérzate todo lo que puedas'".
Por eso, después de ver cómo se machaca su hijo, cómo se cuida, y cómo lo entrega todo, las críticas duelen, pero Antonio es un hombre que sabe encajar y parece que su hijo también ha sacado esa faceta. "El dolor lo reconvierto en, como yo hablo, cojones.A mi hijo le han pitado 30.000 personas en La Rosaleda porque los directivos le han echado, estrategia de ellos, la gente encima. Y cuando salió, yo estaba esperando a ver la reacción de mi hijo. Le dije, ¿qué? ¿Qué te pasa? Dice 'papi, me he súper motivado en el campo, más cojones le he echado'. Le contesté que eso es lo que quiero. Cuando alguien te critique, tú tienes que reconvertir eso en más trabajo, en más trabajo. La crítica, convertirla en cosas buenas para ti. Tú al lío, a trabajar, si le han pitado a Cristiano Ronaldo en el Bernabéu, qué te pueden decir a ti", le ponía como ejemplo.
Antonio no se ha perdido ningún partido de su hijo, salvo uno, quizá el más importante de lo que lleva de carrera y con el que entró en la historia del Málaga. "Me perdí ese encuentro, el único partido que me he perdido. Yo he estado hasta en Estados Unidos con Antonio, en el Sevilla, y yo no me he perdido ningún partido. He recorrido medio mundo. Y ese día las combinaciones eran muy complicadas y no podía ir a verlo y llegar a tiempo para recogerlo, porque tenía que recogerlo a la vuelta. Me quedé viéndolo aquí en la casa", confirma.
Oporto es el último equipo que se ha sumado a la pelea por el jugador, según publicaron esta semana Canal Sur Radio. Una lucha en la que ya se encuentran Newcastle, Real Madrid y Barcelona. "Las condiciones, las cosas, las tiene, pero tiene que seguir demostrándolo. Tú puedes ser muy bueno, muy bien, vale, pero lo que hiciste ayer no vale para hoy, hay que seguir demostrándolo, hay que seguir luchando. Ahora le vienen nuevos retos, remontar esos retos. Esto nunca se termina. Todo lo que le queda por delante, si él quiere lo va a conseguir, pero tiene que seguir con esa mentalidad que tiene hoy en día", es lo que opina su padre cuando se le pregunta sobre un posible grande, sin dar ninguna pista de nada. Para Duda, una de las entidades de las que se hablan "son palabras mayores" pero tienen claro que "él está trabajando y va en una línea buena. Conociéndolo, va a trabajar para intentar estar ahí, seguro 100%, y más sabiendo quién tiene por detrás, la familia que tiene". Tampoco titubea Manolo Corona, ve totalmente preparado al jugador: "Yo no tengo ninguna duda, sinceramente. Y lo veo siendo jugador de Primera división durante muchísimos años".
Su futuro está por decidirse, termina contrato con el Málaga el próximo mes de junio. Parece complicado que siga en la disciplina del club de Martiricos, pero una cosa sí está dejando clara, el compromiso que Cordero sigue manteniendo con el plantel hasta el último instante.