Nunca antes se vio algo así en Cornellà: ¡locura para recibir al Espanyol!
El equipo perico y el Oviedo se juegan este domingo el ascenso a Primera División.

A las once de la noche del sábado salieron los ocho autocares de la federación de peñas del Oviedo desde Asturias con destino al estadio de Espanyol. Tras prácticamente doce horas de trayecto, con dos paradas de 45 minutos para estirar las piernas, llegaron a las 10:30 a Cornellà para arrancar una previa de casi ocho horas. Ya de buena mañana se citaron todos los carbayones presentes en la Plaça de la Sardana del municipio del Baix Llobregat para comenzar a dar color a uno de los días más importantes de la historia del club. El Oviedo ganó en la ida 1-0 al Espanyol y la esperanza les acompañó.
La previsión era que desembarcaran en Barcelona más de 2.000 oviedistas procedentes de toda España, pues también a primera hora de la mañana el AVE procedente de Madrid iba cargado de aficionados carbayones. A poco de que arrancara el partido más importante del siglo XXI para el Real Oviedo, se pudo confirmar el dato. Poco más de 600 vivieron el partido en la grada visitante, algunos consiguieron entrada en distintas ubicaciones entre los seguidores pericos y otros tantos se quedaron en los aledaños, pues no todos consiguieron entrada.
También es un día grande para la afición del Espanyol, que empezó a llegar a los aledaños del Stage Front Stadium antes de la hora de comer. Fueron muchos los que almorzaron en el Splau o en los bares y restaurantes del paseo de los ferrocarriles catalanes, la rambla que hay enfrente del estadio. Desde las 15:30, también la carpa de La Curva, el grupo de animación blanquiazul más numeroso, ya estaba a rebosar.
Sobre las 16:00, todos fueron desfilando para recibir al equipo en la carretera que hay en la parte del Gol Prat del campo de fútbol. A esa hora, ya no cabía ni un alfiler, imposible situarse en las primeras filas para ver la llegada del autobús, prevista para las 16:30. Si en el partido de semifinales ante el Sporting, el recibimiento fue multitudinario, el de hoy lo ha sido todavía mucho más. Nunca antes se había visto algo así en Cornellà-El Prat. Sabía la afición que era el partido más importante de la historia de su estadio, inaugurado en 2009.
Cuando faltaban 20 minutos para las cinco asomó en el horizonte el autobús de color azul del Espanyol. La locura se apoderó de la mayoría, y de golpe se encendieron centenares de bengalas y botes de humo que tiñeron el cielo de color azul y blanco. Los que no sostenían elementos pirotécnicos en sus manos, agitaban sus bufandas al viento. Todos, esquizofrénicos perdidos, gritaban 'Que sí, joder, que vamos a ascender' mientras la policía trataba de evitar que los seguidores sobrepasaran las vallas de protección. Más de uno se llevó un porrazo.
Una vez pasó el vehículo, lo acompañaron en séquito los millares de aficionados presentes, que continuaron la fiesta un rato más. Después, entre palmas y cánticos, se marcharon a sus bares de cabecera para tomar la última antes de entrar al estadio, pues el partido es a las 18:30 y el club ha pedido que la afición entre con margen al recinto.
A las 17:30, la Penya Juvenil, otro de los grupos de animación de la entidad, desplegó un impresionante tifo enfrente de Casa Pepe, el local donde se juntan. Fue acompañado de bengalas y estruendo de petardos para la enajenación de los pericos. A la misma hora, La Curva realizó un corteo desde su carpa en la calle del Sorral hasta su puerta de entrada, en el Gol Cornellà del estadio. Un ambiente espectacular como prólogo a una tarde que se presentaba histórica para Espanyol u Oviedo.