Bebé, el cañón del Zaragoza que Mendes reclutó para el United: "Fue un día de locura, ¡no podía decírselo ni a mi familia!"
A sus 32 años, el extremo portugués disfruta de un deporte que su rodilla derecha puso en jaque. Acostumbrado a luchar, ahora es protagonista en el ataque maño.

"He cumplido todos mis sueños. Siempre soñamos con tener más porque el ser humano es muy egoísta, pero he podido jugar con tops en Manchester, en el Besiktas o en España. Hay millares de jugadores que querrían estar en mi sitio. Fui afortunado de llegar donde llegué", reflexiona Tiago Manuel Dias Correia (Lisboa, 1990). Bebé, como se le conoció desde niño y mantuvo como apodo futbolístico, expresa así su felicidad por un camino que arrancó con las dificultades de pasar por un orfanato, marcharse lejos para triunfar y enfrentarse a una lesión que parecía abocarle a colgar las botas. En cada una de esas etapas, encontró personas que le ayudaron a seguir hacia delante. Su abuela se convirtió en un pilar fundamental y Alberto García, exguardameta del Rayo y compañero, unas veces en su hermano y otras en su padre. Satisfecho en su vida y explosivo en el juego, se despide de esta entrevista con una sonrisa y un "¡a ver si meto más goles!". Por medio, nos habla de su llegada al United, la docena de veces que necesitó algún arreglo en su articulación o cómo ve a su compañero Giuliano para el futuro.
- Se le ve sonriente y feliz. Después de tener poca participación con el Rayo en Primera, el pasado enero decidió salir. Llegó a la Romareda en el mercado de invierno, lleva tres goles y la afición le está reconociendo su juego.¿Está volviendo a disfrutar del fútbol en el Real Zaragoza?
La verdad es que sí, hacía tiempo que no disfrutaba así. Yo pedí salir en el Rayo para tener continuidad, y aquí la estoy encontrando. Quería salir cedido estos cinco meses, para poder disfrutar, sentirme importante, meter goles y seguir haciendo lo que más me gusta, que es jugar y entrenar siendo importante en un equipo. No lo estaba siendo en el Rayo, el entrenador no contaba mucho conmigo, lo hablé con el presidente y resolvimos que sería una buena oportunidad venir al Zaragoza.
- Ahora disfruta en el conjunto blanquillo, al que ha llegado procedente de Vallecas, ¿qué significó subir con la franja hace un par de temporadas, marcando además dos goles en la semifinal contra el Leganés?
Fue muy importante para mí, más allá de ser con el Rayo Vallecano, al que le tengo un cariño especial porque es el equipo que me lo ha dado prácticamente todo en el fútbol y con el que me quedan dos años más de contrato. En lo personal, el ascenso supuso decir adiós a un momento muy malo. Tuve una lesión grave de rodilla y me costó mucho recuperarme. Hubo momentos en los que pensé que no iba a poder volver a jugar. Lo conseguí superar junto con la gente que estuvo siempre a mi lado y subir con el Rayo fue un lujo. Es un ascenso que jamás olvidaré. Tengo muchos momentos guardados muy duros. Alberto García, nuestro portero, también estaba lesionado. Los dos estábamos muy fastidiados con las lesiones de rodilla y nos apoyamos juntos, él no terminaba de recuperarse, pero siempre se volcó para que volviera a ser el Bebé de antes. Fue un año muy complicado, pero llegaron esos goles y muchos éxitos.
- Le he escuchado comentar que llegó a sufrir tres operaciones en esa rodilla derecha y tuvo que pasar hasta doces veces por el quirófano para algún arreglo menor.
Así es. Abrirme diría que tres, incluso, cuatro veces. Son cosas que pueden suceder. La operación se hizo bien, pero hay cosas que en una rotura de ligamentos se pueden complicar, y a mí me pasó varias veces. Fue un proceso difícil, por eso tengo que seguir disfrutando de lo que queda.
Unos años antes, me operé del cruzado de la rodilla izquierda, pero no hubo complicaciones. Era joven y me fue bien. Esta ha sido la peor lesión que he tenido y espero no tener más, no es nada fácil recuperarse de una lesión como la mía.
- Mencionaba a Alberto García, el guardameta del Rayo, con el que se le vio muy emocionado en la celebración del ascenso en Girona. También compartió con él ese proceso para intentar recuperarse de una lesión de rodilla de la que no terminaba de mejorar. ¿Qué ha significado Alberto en esa recuperación?
Mucho. Era una persona que conocí en el mundo del fútbol y con la que tenía una relación buena, como con el resto de mis compañeros. Es una persona abierta y alegre con la que es fácil llevarse bien, pero es que se convirtió en una relación de hermanos o de un padre para mí. Me ayudó mucho, mucho, cuando estuve en el hospital y en el tiempo que estuvo conviviendo conmigo tres meses, fue de lo mejor que he vivido en el mundo del deporte. Me ayudó mucho. Puede ser de las personas más importantes que he conocido, lo tengo como mi hermano y él lo sabe. Siempre va a tener de mí lo que necesite, y yo sé que tendré su cariño para siempre.
Me gusta mucho ayudar porque a mí desde niño también me ayudaron. En especial, mi abuela y el centro donde me llevaron a vivir. Tanto deportiva como personalmente, me gusta aprender y enseñar, que me ayuden y ayudar.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) June 20, 2021
La emoción de @1Alberto_Garcia y Bebé tras el ascenso del Rayo. #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/48ZMvfN90M
- Ha citado ese momento duro en el que le llevan a vivir a la Casa do Gaiato, un orfanato en el que entra a vivir con nueve años y allí empieza a jugar al fútbol. Son varios hermanos y su abuela tiene que tomar la decisión para que Bebé en las mejores condiciones posibles.
Mi abuela es el pilar de mi vida, porque yo tengo madre, tíos, hermanos… pero mi abuela fue la persona que me ha criado desde niño y que tomó la decisión más difícil de su vida cuando me llevó al internado de Lisboa. Fue de las cosas que más le costó, pero también ahora se ve que meterme ahí fue lo mejor. Ella está orgullosa de mí y yo mucho de ella, porque lo que hizo no era fácil.
- ¿Le ha visto en algún partido?
En el Rayo, sí. No es mucho de ir al estadio, pero ahora que hace buen tiempo aquí en Zaragoza, yo la quiero traer a un partido. Le gusta más verlos en la tele, pero yo la quiero traer a ella, mis tías, a mi madre… Así conocen la ciudad, que es muy bonita y tranquila para pasear.
- Empieza a jugar al fútbol y todo va muy rápido. Primero despunta en un torneo de personas sin hogar al estar en el orfanato, va al Vitoria de Guimaraes y poco después, le ficha el Manchester United, ¿cómo fue la llegada a Old Trafford?
Una cosa de locos. Estaban Ryan Giggs, Van der, Ferdinand, Nani, Evra… todos muy grandes. Cuando me lo dicen estoy en Guimaraes haciendo la pretemporada, me acuerdo muy bien. Después del entrenamiento, el presidente me dice:'cuando termines, te duchas y vamos a un sitio'. Yo solo dije:'vale'. Entonces, recuerdo que fuimos a casa de Jorge Mendes y cuando llegué, no me dejó ni hablar. Me dijo que iba a firmar por el Manchester United. Ni yo ni nadie lo esperábamos, así que pensé que era una broma, hasta el momento que me presentan al presidente y el secretario técnico del Manchester United. Fue de la siguiente manera. Bajamos a una habitación, me saludaron, subimos antes de la comida, firmamos el contrato y tuve que estar hasta las once de la noche sin hablar con mi familia. Se produjo por la mañana y tuve que estar hasta las once sin hablar con mi familia ni mis amigos, porque no podía decir a nadie que estaba firmado. Me costó,¡era una gran noticia y me insistieron en que no podía decírselo a nadie!Me acuerdo muy bien de que a la única persona que se lo conté fue a mi abuela. Se echó a llorar porque me iba muy lejos. Al tercer día viajé para Inglaterra y me presenté allí con el equipo. Fue una experiencia muy buena.
- ¿Le costó asimilar un cambio tan brutal?
No se me subió a la cabeza. Me costó mucho asimilarlo porque fue un salto demasiado grande. Pocas veces en la historia del fútbol hubo un salto de ese nivel, esa locura. Pero cuando pasa el tren, tienes que pillarlo e irte, no pasarán dos o tres más. Luego no fue tan bien como esperaba, pero disfruté la experiencia. Me sirvió para después pasar por Rayo, Córdoba, Eibar y Zaragoza. Son equipos que me han tratado super bien. Me encanta vivir en España. Estoy feliz y quiero seguir demostrando el fútbol que tengo.
- Una de sus grandes bazas es el disparo. ¿Desde que empezó a jugar al fútbol ya tenía ese lanzamiento tan característico?
No. Tiraba fuerte, pero no como chuto ahora. Fue un golpeo que entrené bastante con Nani en el Manchester United. Después de entrenar, él se quedaba a tirar faltas y yo me atreví a quedarme con él para aprender. Así conseguí un golpeo que me ha ayudado mucho hoy en día.
- Choca ese apodo de 'Bebé' cuando se ve su fortaleza,1'90 de estatura y más de 80 kilos de peso. Así se le conoce desde siempre en el mundo del fútbol, ¿pero de dónde viene?
Uno de mis hermanos no sabía llamarme Thaigo, me decía Bebé y cuando viví en el barrio de Cacém en Portugal, la gente empezó a llamarme así. Me gustó y se quedó. En el fútbol podía haberme llamado Thiago, pero me gustaba 'Bebé', era diferente.
- ¿Cómo se produjo su llegada a España?
Estaba en el Benfica y no jugué mucho en los primeros seis meses. Así que hablé con Jorge Jesús, el entrenador. Le dije que quería salir cedido y me apareció la opción del Córdoba. Me dijo que era bueno salir para que fuese teniendo minutos y ritmo. El Córdoba estaba en Primera y descendimos porque teníamos un equipo con muchos jóvenes y no era fácil en Primera, pero fue una buena experiencia que me abrió las puertas de la liga española.
- Y en el pasado mercado de invierno, llega a La Romareda, donde se le ve feliz. ¿Le gustaría seguir el año que viene?
Me encanta este equipo. Es un estadio donde van 25.000 personas todos los partidos. La gente presiona mucho y a mí eso me va bien. Disfrutan del fútbol, son del Zaragoza y lo viven. Pero seguir aquí, no depende solo de mí.
Tengo contrato en vigor dos años más con el Rayo, sé que el presidente y la gente del Rayo me quieren. Decide el entrenador que haya en Vallecas y yo respeto su decisión. En cualquier caso, dejo las puertas del Zaragoza, por supuesto, abiertas. Estoy muy bien y han confiado en mí. Espero tenerlas yo también abiertas. No vamos amontar películas, pero es una oportunidad que puede surgir el año que viene, de ser cedido, que me compren o lo quesea. Estoy feliz y mientras esté aquí, voy a defender la camiseta en lo que queda. Ya se verá.
- Para terminar, le quiero preguntar por un jugador con el que comparte el ataque, Giuliano Simeone, el delantero cedido por el Atlético de Madrid. Lleva siete goles y su nombre ha sonado como posible refuerzo de equipos de Primera para la próxima temporada. ¿Cómo está viendo su progresión?
Es joven, muy joven. La gente tiene que esperar para ir viéndole mejor, pero la verdad es que me gusta jugar con él porque pelea mucho. Solo le falta un poco más de calma a la hora de finalizar, porque crea muchas oportunidades, genera mucho. Presiona una barbaridad. Trabaja mucho tanto en partidos como entrenos. Es un niño que me está gustando como jugador y compañero. Si sigue así, está en sus manos jugar en Segunda o en Primera. Su evolución solo depende de él, tiene que disfrutar y aprovechar el momento, que en el fútbol todo pasa muy rápido.