Boyomo, el jugador revelación del equipo revelación: "No sabía dónde estaba Albacete"

"Soy Flavien Boyomo, tengo 21 años, soy francés, de Toulouse, y soy futbolista". Con esa sencillez y contundencia se presenta el jugador revelación del equipo revelación de la Segunda División. Si se habla del sueño americano, se puede decir que él está viviendo el castellanomanchego. Su temporada en el Albacete lo confirma como un central al que la categoría de plata se le empieza a quedar pequeña. Pero, ¿cómo llega un francés de Toulouse a Albacete previo paso por Inglaterra? Él mismo explica su historia en Relevo.

"Crecí junto a mi familia y mis amigos en un pequeño pueblo cerca de la ciudad, siempre jugando al fútbol", arranca. Su primer equipo fue el Toulouse FC, el gran club de la zona, en lo que supuso la primera demostración para él y su familia de que tenía algo especial. "Todo el mundo quería jugar allí, pero lo cierto es que con 13 años me echaron", recuerda. No pone excusas: "Supongo que no era tan bueno como los otros chicos, así es la vida…".

Reconoce que le dolió esa primera experiencia, pero no perdió la esperanza. Es entonces cuando decide mudarse con su padre a Inglaterra, más concretamente a Mánchester. Allí consigue unas pruebas en el Blackburn Rovers. Las cosas le salen bien y lo fichan. "Estuve desde los 14 hasta los 18. Fue un poquito duro porque solo estábamos mi padre y yo. Necesitaba aprender el idioma para adaptarme y hacer amigos. Tardé unos seis meses en conseguirlo".

Su padre, Guy, es sin duda la persona más importante en su carrera. "Es el que me pone en el fútbol. Me ha apoyado mucho", explica. Durante sus primeros años en Reino Unido lo hacían todo juntos, algo que cambió cuando con 16 se mudó a la academia del Blackburn. "Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba muy cerca de un contrato profesional". Todo ello lo hizo alejado de su madre, que seguía en Francia: "Fue difícil estar sin ella. Pero yo le decía que era mi sueño y lo entendía".

En 2020, en plena pandemia del coronavirus, sufre un rocambolesco cambio en su vida. Una mudanza de Mánchester a Castilla- La Mancha que no se esperaba. "Claro que ubicaba España en el mapa, pero Albacete no sabía dónde estaba, la verdad. Tampoco conocía al club". Su antiguo agente le presentó la oportunidad de entrenar un mes con el primer equipo con la posibilidad de quedarse si muestra el nivel necesario. Finalmente, en el Belmonte acaban ofreciéndole un contrato profesional que lo lleva a abandonar Inglaterra.

"Lo primero que recuerdo cuando llegué a Albacete fue el calor. Venía de Inglaterra, y aquí estaba sudando siempre", cuenta. Boyomo vio como un albaceteño más el duelo contra el Cádiz que confirmó la permanencia en Segunda. "Fue muy tenso, muchos nervios", reconoce. También dice que se le hizo mucho más difícil hablar español que inglés. "Todavía sigo aprendiendo", comenta entre risas.

Aunque donde más sufrió fue sobre el terreno de juego por la diferencia entre el fútbol inglés y el español. "Aquí tuve que mejorar mucho con el balón. Fue un cambio grande, pero me tuve que adaptar. Fue duro porque todo iba rápido y casi no había balones largos".

Respecto a la actual temporada, se enorgullece del gran trabajo que está haciendo el equipo, presente en la zona de play-off con un presupuesto que está lejos de los grandes de la categoría. De hecho, a pesar de que el ascenso parece una opción real para ellos, no pierden el foco y celebran haber superado los 50 puntos que aseguran la salvación.

Ahora es momento de mirar más arriba. "Somos futbolistas y todos quieren ganar. El míster cree en nosotros y todavía podemos hacer mucho más". Se entiende muy bien con su entrenador, Rubén Albés, quien ha sido capaz de sacar su mejor versión. "Me siento importante, pero todo el mundo se siente así. Cada uno tiene su rol". Su nombre ha sonado en los despachos de clubes de Primera que no son ajenos a su evolución. Él mantiene la calma, concentrado en sumar día a día y sin pensar en el futuro ni a corto ni a medio plazo.

Estos días está viviendo su primera convocatoria con Camerún, país de sus padres. Desde muy joven le han inculcado las tradiciones africanas y se siente de allí a pesar de no haber vivido nunca. El propio Rigobert Song lo llamó para explicarle los planes que tenía para él. "No tuvo que convencerme de nada. Es el país de mi familia. Cuando me llamaron no pensaba en esperar a Francia. Es un país muy importante en el fútbol y es un sueño poder jugar allí". En el primer partido contra Namibia (24 de marzo) de clasificación a la Copa Africana de Naciones fue suplente, pero tendrá otra oportunidad el martes 28 ante Namibia.

Cierra la charla con la calma y la modestia que demuestra sobre el terreno de juego. No quiere firmar un resultado final para el Albacete. "No me atrevo a decir quién va a ascender, pero vamos a intentarlo todo para subir", sentencia. Está muy cerca de cumplir el sueño con un equipo que, hasta hace unos años, no sabía ni que existía.