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El Málaga se asoma de cerca al abismo de la Primera Federación

De 2013 a 2023, el equipo andaluz pasa de equipo Champions a estar a diez puntos de la salvación en Segunda.

El gol del Manu Vallejo dio la victoria al Oviedo en La Rosaleda. /LALIGA
El gol del Manu Vallejo dio la victoria al Oviedo en La Rosaleda. LALIGA
Pablo Ruiz

Pablo Ruiz

El Málaga CF está noqueado. Una nueva derrota en La Rosaleda ante el Racing ha hecho más grande la herida de un club, que se deshace conforme avanzan las jornadas y ve cada vez más real la posibilidad de caer al tercer escalón del fútbol español. La Rosaleda, acostumbrada a tiempos mejores, estalla ante la frustración de ver que los suyos no suman. Los resultados continúan sin llegar, acentuando la crisis de 2023, año que puede ser nefasto para un histórico en clara crisis.

El potencial de una ciudad como Málaga, que hace una década se encontraba coqueteando con los más grandes del continente y se posicionaba cuarto en la Primera División, colmó de expectativas a la afición de la Costa del Sol, que en verano tenía como meta la vuelta a la élite del fútbol nacional. Las incorporaciones de Álex Gallar, Fran Sol o Aleix Febas, entre otros, fueron un entrante para el plato fuerte de la llegada de un Rubén Castro, que venía de hacer 39 goles en dos temporadas en Cartagena. El canario, con 41 años, ya ha superado a Quini para hacerse con el honor de ser el jugador español de toda la historia con más tantos anotados del fútbol profesional. Se dice pronto.

Con esa carta de presentación ha llegado el Málaga a LaLiga Smartbank esta temporada, ilusionando a una grada que hace casi diez años estuvo a un paso de jugar una semifinal de Champions League. En los cuartos de la máxima competición continental se cruzó con el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, que sobre el césped contaba con Lewandowski, Marco Reus, Gündoğan o Mario Götze. Casi nada.

En aquel momento, los Baptista, Isco o Joaquín, al mando de Manuel Pellegrini, se habían ganado el derecho a soñar con tocar el cielo europeo hasta que un gol en el descuento, en claro fuera de juego, del central Santana volvía a poner los pies en el suelo del mejor Málaga de la historia. A partir de ahí todo empezó a torcerse de manera progresiva, tras la marcha de sus mejores efectivos y la dudosa gestión de Al-Thani, el jeque que ha dejado desprotegido al club en esta década. En abril de 2018, una derrota en el Ciutat de València, certificaba el descenso a Segunda, tras una temporada desastrosa.

La situación del Málaga en la categoría de plata no siempre estuvo tan al límite. En su primera temporada en el infierno (2018/2019), rozó el ascenso por la vía rápida, pero el Deportivo de La Coruña se cruzó en su camino, en el playoff, y propinó otro golpe a las aspiraciones de los boquerones. Llegaba el tiempo de remar en una dirección diferente, motivado también por el despropósito económico de su dirigente, que tenía sometido al equipo andaluz. No iba a ser fácil volver a los años dorados.

Adiós a la gloria

La línea descendente malaguista ha sido evidente, con objetivos más comedidos y dejando atrás la gloria de enfrentarse a rivales de gran calibre, para darse de bruces con la realidad de pelear la salvación frente al Amorebieta o la Real Sociedad B, como la temporada pasada. Lo bueno del fútbol es que siempre da una nueva oportunidad para crecer o para ilusionarse y tras la salvación, volvía la esperanza de cara a esta temporada.

Lo cierto es que la actualidad del Málaga no ha mejorado. Su situación se acentúa y ya se ha llevado por delante a Manolo Gaspar, que ha dejado su cargo como director deportivo recientemente. Pablo Guede y Pepe Mel tampoco dieron con la tecla desde el banquillo de un transatlántico en horas bajas, que ahora navega al mando de Sergio Pellicer para intentar dar un volantazo y poder salir de la quema. El objetivo no es tan ambicioso como el de saltar al Signal Iduna Park, pero para poder volver a alcanzar ese honor, el Málaga debe empezar por llegar al último día de mayo por encima de, al menos, cuatro equipos en la clasificación. Por ahora, está a diez puntos de la salvación. Una hecatombe.