Duelos directos: Granada y Albacete, primeros triunfadores

Se estrechan las distancias. Cuatro puntos entre los cinco primeros aventuran que nos lo vamos a pasar bien en este tramo final, siempre que tu equipo no esté en el ajo. Tal es el atasco, que no sería extraño decidir algún ascenso por golaveraje.

Sufrió un vendaval el Eibar en tierras manchegas. Los de Rubén Albés fueron muy superiores, demostrando que sus malos momentos, porque sería excesivo llamarlo rachas, duran poco. Apenas una jornada ha estado fuera de playoff el Albacete. Por su parte, a los de Garitano se les corta una dinámica de ocho partidos sin perder, aunque siguen pisando cumbre.

Los detalles sentenciaron. Para los armeros, un balón que botó dos veces en el área fue el inicio del calvario. En el otro gran choque, la indecisión en un córner y la pérdida en una salida, sepultó a la UD en Granada. Se encienden las alarmas amarillas: una victoria en siete partidos. Melendo y Uzuni permitieron que los de la Alhambra completen un año sin perder en casa.

En Málaga quieren que la esperanza tenga color blanquiazul. A cinco puntos se quedan del Racing, o lo que es lo mismo, del sueño de la salvación. La Rosaleda vivió un partido que en el último segundo rozó acabar con penalti a favor del Cartagena. Se apean los de Carrión del sexto puesto, mientras miran al cielo los de Pellicer. En Martiricos continúan creyendo.

El gol del ariete argentino hace que el Málaga vuelve a creer. 26.000 espectadores tirando de su equipo en un ejemplo de fidelidad que pase lo que pase, será recordado. Y si hay alguien que es el paradigma de no bajar los brazos, ese es Chavarría. Una lesión de ligamentos en la rodilla izquierda, que le mantuvo ocho meses y medio fuera, a la que siguió una serie de otros variados problemas físicos, no le hicieron rendirse. Esta temporada también le ha costado. No han sido demasiados minutos, repartidos en 19 encuentros, pero en los últimos tres ha arrancado de inicio en el once. Y su presencia se nota. Suma 5 goles, traducidos en cuatro victorias y un empate. Atentos que, con Chavarría, el Málaga parece otro.

Sorprendió Rubén Albés con la posición de Juanma García en el carril izquierdo del Albacete, como si se tratase de un lateral profundo. El movimiento fue inteligente, pero exigía un enorme desgaste. Así que faltaba ejecutarlo con acierto. Y el ex del Burgos lo hizo. Se ensalzan su par de goles, lógico. Sin embargo, no debe pasar por alto una labor más fea, pero igual de importante: secar a Álvaro Tejero. El lateral derecho del Eibar es siempre un incordio con sus llegadas y centros desde el lateral del área. En el Belmonte lo disfrutaron con Ramis y temían sufrirlo con Garitano. Tejero fue sustituido en el descanso. Trabajo y goles del sevillano, la reivindicación perfecta.

Al Granada le falta recibir a Eibar, Lugo y Leganés para terminar la Liga sin perder un solo partido en su estadio. Una imbatibilidad a las faldas de Sierra Nevada que comenzó antes, el 17 de abril del año pasado. 48 puntos en casa, con 15 victorias y 3 empates, sustentan la clasificación para el ascenso directo esta campaña. En casa no hay quien les tosa. Con 34 goles a favor y 5 en contra, sus registros como local se llevan por delante cualquier comparación. Incluso en los momentos donde los nazaríes no terminaban de carburar fuera, su potencial como anfitrión dejó claro que un paso a domicilio serviría para alcanzar el premio gordo. Frente a Las Palmas tuvo dos marchas: avasalló en la primera mitad y supo sufrir en la segunda. Por tercera vez en la temporada se colgó el 'no hay billetes' en el fortín de Europa, donde primero Karanka y Paco López después, han conseguido que nadie sea capaz de marcharse victorioso.

Ocho partidos sin perder y las dos últimas victorias contra Granada y Racing, han hecho que exista una pregunta alrededor de los maños: ¿se acaba la temporada con tranquilidad o hay tiempo para pelear por algo más? Los playoff se divisan a ocho puntos y quedan dieciocho. Tal vez el margen que recortar no sea por sí solo el gran problema, sino que por delante se necesitaría una carambola con cuatro víctimas. Más allá de especulaciones, por fin hay cimientos. Fran Escribá los ha puesto y Juan Carlos Cordero lleva un par de meses como jefe de obra. Ese parece el paso más interesante, muy por encima de volver a subirse a la noria de sensaciones.

El fuera de juego en el VAR debería ser como que la tierra es plana: irrebatible. Es cierto que todavía existen terraplanistas, pero son algo residual. Nuestro fútbol moderno no puede ser cuestión de fe, sino de ciencia. Por eso, es fundamental que haya cámaras suficientes y tecnología precisa para que desaparezca cualquier opción a poner en duda decisiones que nada tienen que ver con la interpretación. Un gol anulado a la Ponferradina, otro al Sporting y un posible penalti a favor del Cartagena, que las líneas se llevaron por delante, evidencian la necesidad, por diferentes circunstancias, de ese fuera de juego semi automático donde la intervención humana sea inapreciable.

Siempre puede entrar en juego algún criterio, como hasta dónde se retrocede en el inicio de la jugada, por lo que la perfección será imposible. Pero que nadie dude de dónde se tira la línea, porque lo que puede matar el invento es el matiz entre que la gente crea o se lo crea.