REAL ZARAGOZA

Los entrenadores del Real Zaragoza más importantes de su historia

Pese a llevar más de una década estancado en Segunda División, el Real Zaragoza posee una vasta historia repleta de gestas deportivas.

Víctor Fernández, uno de los entrenadores más importantes de la historia del Real Zaragoza./La Voz
Víctor Fernández, uno de los entrenadores más importantes de la historia del Real Zaragoza. La Voz
Javier Mercadal

Javier Mercadal

Pese a llevar 11 temporadas consecutivas en Segunda División, por trayectoria e historia y masa social el Real Zaragoza sigue siendo uno de los grandes del fútbol español. Los aragoneses son décimos en la clasificación histórica de Primera División, con 58 temporadas disputadas en la élite en la que acumularon un total de 2.109 puntos. Además, sus nueve títulos, siete nacionales y dos europeos, le colocan como el séptimo equipo español con mejor palmarés.

Son números lastrados tras más de una década sumergidos en la categoría de plata, claro. Años en los que, además, el Zaragoza ha peleado más veces por evitar otro descenso que por regresar a la élite. Tiempos oscuros en los que la afición zaragocista debe refugiarse en su vasta historia para encontrar algo de luz. Una leyenda con trofeos al mejor escrita por los entrenadores más importantes en la historia del Real Zaragoza.

Luis Belló (1964)

El Real Zaragoza fue fundado en 1932 como producto de la fusión de los principales clubes de fútbol de la capital aragonesa: el Iberia y el Zaragoza CD. Por lo que el estallido de la Guerra Civil terminó con el primer proyecto de gran equipo del nuevo club: los Alifantes. Las décadas de los 40 y 50 no fueron especialmente exitosas, con el equipo sufriendo para establecerse en Primera División. Aunque sí se produjo un hecho que sería relevante para el devenir del club aragonés. En 1954, el Real Zaragoza vendió su viejo campo de Torrero para mudarse a La Romareda. Un estadio con mayor capacidad que permitiría un aumento en los ingresos los días de partido. No solo eso, con la venta de su antiguo terreno de juego el club cancelaba su deuda.

Por ello, en los 60 el Real Zaragoza pudo armar el que es su primer conjunto histórico. Un equipo representado por una delantera que, todavía, todo seguidor blanquillo sabe recitar de carrerilla: Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. O, lo que es lo mismo, Los Cinco Magníficos. Aquel equipo encadenó cuatro finales de Copa consecutivas, ganando dos de ellas (1964 y 1966). Además, en 1964 también se impuso en la Copa de Ferias, considerada la predecesora de la actual Europa League.

Curiosamente, el Real Zaragoza ganó los dos primeros títulos de su historia con un interino en el banquillo. Luis Belló había sido jugador del conjunto aragonés, con el que disputó 130 partidos y marcó 30 goles. Durante los últimos meses de 1964, cuando solo tenía 34 años, asumió las riendas del equipo aragonés en sustitución de Antonio Ramallets. Estuvo poco tiempo en el cargo, pero levantó dos trofeos. Primero, la Copa de Ferias, tras imponerse al Valencia por 2-1 en la final, con tantos de Villa y Marcelino. Solo doce días después, su equipo repitió resultado en la final de Copa, en esta ocasión ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu (goles de Villa y Lapetra).

Pese a los fantásticos resultados, Belló no continuó entrenando al Real Zaragoza. El club tenía apalabrado el fichaje del técnico argentino Roque Olsen y no cambió de planes. Haría carrera en los banquillos de Hércules, Betis o Castellón, pero no volvería a Zaragoza.

Luis Costa (1985-1987, 1997, 1997/98, 2000/01, 2002)

Hay pocas figuras que destilen más zaragocismo que la de Luis Costa. El eterno hombre de club. Una de esas figuras en vías de extinción en el fútbol actual, pero sin la que no se puede entender la historia de nuestro balompié. Como futbolista, Costa defendió el escudo del león rampante durante tres temporadas (de 1970 a 1973). Sin embargo, donde resultó trascendente fue dando órdenes desde la línea de cal. En total, estuvo tres décadas cumpliendo diferentes funciones dentro de la entidad. Entre ellas, la de ser el primer entrenador en cuatro ocasiones, levantando dos Copas del Rey en el proceso.

La primera la consiguió en su primera temporada en el cargo, cuando el Real Zaragoza llevaba 20 años sin levantar un título. A un equipo liderado en el centro del campo por Juan Señor, llegó un joven delantero uruguayo que terminó siendo clave en el torneo copero: Rubén Sosa. Primero, con un doblete en la ida de las semifinales contra el Real Madrid (en la vuelta los blancos ganarían por 3-2, aunque no sería suficiente para clasificarse para la final). Después, con el gol de la victoria. En el Vicente Calderón y contra el Barcelona, una falta botada por Sosa, y que tocó Pichi Alonso, fue suficiente para que los aragoneses levantasen la que fue su tercera Copa.

Posteriormente, Costa apagó fuegos en 1997 y tuvo un curso plácido al frente del Zaragoza en la 1997/98. En el año 2000 el club volvió a necesitar sus servicios. Su apuesta inicial por Juanma Lillo fue un error y el 1 de octubre decidió prescindir de sus servicios. Para reemplazarle optaron por alguien de la casa. En Liga, el equipo sufrió para mantener la categoría. Sin embargo, contra pronóstico, se coló en la final de Copa contra el Celta de Vigo. Los gallegos eran grandes favoritos, y aquello se reflejaba en las gradas de La Cartuja, donde el celeste predominaba claramente. Sin embargo, Luis Costa volvió a obrar su magia y, con un 1-3, otorgo al Zaragoza la que fue la quinta Copa de su historia.

Costa volvería al banquillo zaragocista al año siguiente. Un año aciago, en el que los blanquillos terminaron descendiendo a Segunda División. El técnico alicantino llegó en la jornada 22 en sustitución de Txetxu Rojo y se marchó en la 31 tras solo conseguir sumar 9 puntos. Marcos Alonso asumió el reto de salvar al equipo, pero no consiguió ganar ningún partido y el Zaragoza sufrió su primer descenso en 24 años. Aquello que entonces era una anomalía se ha convertido en una constante en los tiempos presentes.

Víctor Fernández (1991-1996, 2006-2008, 2018-2020, 2024-)

Víctor Fernández llegó al banquillo de La Romareda en 1991, cuando solo tenía 30 años. El equipo pasaba por una mala racha de resultados, y terminó manteniendo la categoría en una dramática promoción contra el Murcia. Aquel encuentro fue visto como un punto de inflexión ya que, de no haber logrado la salvación, nada de lo que vino después hubiera podido pasar. Pero el Zaragoza se salvó y decidió mantener a su técnico para la siguiente temporada. Casi con la misma plantilla, quedó sexto y Víctor se consagró como uno de los entrenadores más prometedores.

En 1993 el Real Zaragoza alcanzó la final de la Copa del Rey, que perdió contra el Real Madrid por 2-0. Al siguiente curso, los aragoneses volverían a repetir cita en el torneo del KO, imponiéndose al Celta de Vigo en la tanda de penaltis tras empatar a cero en el tiempo reglamentario. Los aragoneses no solo levantaron su cuarto título copero, sino que se diferenciaron gracias a un juego ofensivo que le permitió ser terceros en Liga, con goleadas estratosféricas por 6-3 al Barcelona o 4-1 al Real Madrid incluidas. Aquel equipo tocó techo la temporada siguiente, cuando se proclamó campeón de la Recopa de Europa tras vencer por 2-1 al Arsenal en la final con un gol de Nayim desde el centro del campo en el último minuto de la prórroga.

Víctor tendría dos etapas más al frente del club de su vida, aunque nunca alcanzó los niveles de excelencia vistos en los 90. En 2006, con la entrada de Agapito Iglesias en la propiedad, el técnico aragonés regresó para hacerse cargo de un proyecto ambicioso que en un lapso de dos años terminó en Segunda División. Ya con el equipo instalado de forma perenne en la categoría de plata, el del barrio Oliver haría un tercer regreso, esta vez con objetivos mucho más modestos. Primero, salvar al equipo de descender a 2ªB en 2019, algo que consiguió con suficiencia pese al mal inicio de temporada realizado (16 puntos en 18 jornadas). Al año siguiente, para intentar un ascenso que solo se escapó por la suspensión de la competición por la pandemia del Covid-19, cuando el Real Zaragoza parecía disparado hacia Primera División con cinco puntos de ventaja respecto al tercero.

En 2024, el Zaragoza volvía a apostar por Víctor Fernández al frente del banquillo. Esta sería la cuarta vez que el aragonés iba a estar al frente del conjunto maño. Además, en esta nueva etapa tiró de otro aragonés como fue el exentrenador del Tarazona David Navarro.

Txetxu Rojo (1998-2000, 2001/02)

El Real Zaragoza posee nueve títulos en sus vitrinas, aunque nunca ha ganado una Liga. En realidad, solo ha estado en posición de hacerlo en una ocasión. Fue en la temporada 1999/00, la única en la que ha llegado a la última jornada con opciones matemáticas de ser campeón. Después de todo un curso entre los cuatro primeros, con algunos resultados históricos como la victoria por 1-5 frente al Real Madrid en el Bernabéu, las opciones de levantar el título eran reales. Para ello, eso sí, los aragoneses debían ganar al Valencia en el último partido de la temporada, y esperar la derrota del Deportivo y un tropiezo del Barcelona contra el Celta.

El Zaragoza no hizo los deberes en Mestalla, perdiendo en un partido bronco en el que vio diez tarjetas amarillas y dos expulsiones (Yordi y el propio Rojo). Hubiera dado lo mismo, el Dépor no falló y, con un triunfo por 2-0 contra el Espanyol, se adjudicó el título liguero. La victoria sí que sirvió al equipo che para adelantar a los zaragocistas, que finalizaron cuartos. Esto sería más importante de lo que parecía en un primer momento, pues lo que en condiciones normales hubiese supuesto la clasificación para la Champions League, en aquella temporada no lo fue. El Real Madrid, que había sido quinto, venció en la final de la Liga de Campeones al Valencia, ocupando el sitio como vigente campeón. El Zaragoza, indignado, tuvo que conformarse con la UEFA.

La buena temporada del Zaragoza hizo que el Athletic se pusiese en contacto con Rojo, que regresó a la que es su casa. Volvería a Zaragoza en 2001, aunque la fórmula que tan bien le había funcionado en su primera etapa no surgió el mismo efecto sin Savo Milosevic arriba en modo martillo. Curiosamente, el delantero serbio acabaría retornando a La Romareda, pero tras sumar 24 puntos en 21 jornadas Rojo había sido ya destituido. El equipo terminaría en Segunda División.

Víctor Muñoz (2004-2006, 2014)

Víctor Muñoz fue uno de los jugadores más destacados de la cantera zaragocista. Tanto que, después de seis temporadas con el primer equipo, el Barcelona reclamó sus servicios. También lo hizo la selección española, con la disputó dos Mundiales. Cuando decidió dar el salto a los banquillos, era cuestión de tiempo que se hiciese cargó del león rampante. Finalmente, sus caminos se encontraron en enero de 2004. El hijo pródigo regresaba a casa en sustitución de Paco Flores.

Los blanquillos sufrían en Liga, pero en Copa estaban en cuartos de final. De hecho, Víctor debutó en el Camp Nou, con una victoria por 0-1 que supuso el pase de su nuevo equipo a semifinales. Aunque lo mejor estaba por llegar. Tras eliminar al Alavés, en la final espera el Real Madrid de los Galácticos: Zidane, Beckham, Raúl, Figo… Los blancos marchaban destacados primeros en Liga y eran los claros favoritos. Sin embargo, el Real Zaragoza, contra todo pronóstico, plantó cara y logró llevar el partido a la prórroga al empatar a dos durante el tiempo reglamentario (goles de Dani y David Villa). En el 110' del tiempo extra, Luciano Galleti marchó un golazo fuera de área para cerrar una de las grandes gestas coperas de la historia.

El Zaragoza de Víctor, además, consiguió mantener la categoría con holgura. Sobrándole dos jornadas incluso. Como campeón de Copa, el siguiente curso disputó la Supercopa contra el Valencia, que había aprovechado la debacle madridista derivada de la final de Copa para adelantarle en Liga. En un torneo jugado a ida y vuelta, los blanquillos ganaron el que es su último título al imponerse por 3-2 en el global de la eliminatoria.

En 2006, el Real Zaragoza cambió de propietarios y Víctor Muñoz salió de la entidad por otra leyenda maña, Víctor Fernández. Una década más tarde, el ex centrocampista regresaría a La Romareda, aunque en circunstancias muy distintas. El descenso a Segunda B amenazaba seriamente al conjunto de su tierra, por lo que dio un paso al frente para intentar salvarlo. Con 14 puntos en 12 partidos certificó la permanencia, marchándose con la conciencia tranquila.