ENTREVISTA

Juan Forlín: "Lopetegui me fichó para el Castilla pero no pude jugar por culpa del pasaporte"

El exjugador de Boca o Espanyol recuerda su carrera, los momentos en Catar o Japón y la poca exigencia que ve en los jóvenes de hoy.

Forlín lucha un balón con Messi durante un derbi catalán. AFP/
Forlín lucha un balón con Messi durante un derbi catalán. AFP
Marcos Durán

Marcos Durán

Juan Daniel Forlín (Reconquista, Santa Fe, Argentina, 10 de enero de 1988) desde chico se buscó la vida para ser jugador profesional de fútbol. Desde Reconquista, su ciudad (o pueblo) natal hasta la pensión de Boca Juniors, donde se formó como persona y como jugador. En el club argentino debutó, tuvo una etapa de entrenamientos sin debut en el Real Madrid B debido a un problema de pasaporte y finalmente el Espanyol apostó por él en el fútbol español. Desde Badalona, donde vive, charla con Relevo para recordar su carrera y hablar de lo que espera de su futuro.

¿Qué es de la vida de Juan Forlín después de retirarse?

Hice un poco de todo. Estudié marketing en la época que estaba jugando al fútbol y ahora hice máster en alto rendimiento y fútbol formativo. También análisis de juego, adaptarme a las distintas plataformas de videoanálisis. Quería saber cómo funciona, uno lo que hacía era jugar al fútbol y te focalizabas en estar bien, en tu cuidado. No estabas tan pendiente de lo que ocurría detrás, en lo que hacía la gente de oficinas y entrenadores. Por eso quiero entender lo que quieren todos pero estudiando, cómo llevar a cabo entrenamientos, qué y cómo entrenar cada día, por eso estoy en Badalona haciendo eso. Ser más minucioso en todo el detalle.

¿Cuándo empezaste a pensar en el retiro?

En Japón ya empecé a pensar en el post. Ese país te da la tranquilidad para pensar. Es un país que me encantó, se respira una paz bestial en el ambiente, en el fútbol es muy colectivo y me ha dado herramientas para trabajar. Ahí empecé con el marketing y entender otro lado del fútbol, entender cómo funciona una empresa, otros trabajos. Soy muy curioso y me interesa conocer un poco todo. Me gusta estar en una charla con mi mujer y amigos y conocer qué hacen todos, no quiero hablar siempre de fútbol, que mi aportación sea sólo fútbol en la charla.

¿Ya tienes claro a qué te vas a dedicar? ¿O sigues con dudas?

No descarto nada. Hoy por hoy estoy en fase de conocer lo que me gusta, viendo mucho fútbol y partidos. Quiero ver lo que más me llama para seguir después del fútbol, tratando de capacitarme y estar lo mejor preparado posible.

¿Ves muchas diferencias con lo que viviste de pequeño a lo que ves ahora?

Yo trato de no comparar épocas, no quiero cometer errores. Extraño ver en los ojos del jugador el querer mejorar, progresar, yo me fui de mi casa muy pequeño, con 14 años me fui de casa a las inferiores de Boca. Tenía la mente inconscientemente, mi ilusión era jugar en la primera de Boca, ese era mi sueño, mi objetivo, siento que desde muy pequeño lo tomé como trabajo porque estaba lejos de mi familia, más allá de que era inconsciente todo, yo, hincha de Boca, estando en Boca, era un placer, era un sueño cada día, vestirme de Boca, entrenar, jugar el fin de semana y esa cultura de ganar cada fin de semana, me encantaba esa competitividad. Para eso teníamos que entrenarnos al 100% y la exigencia era máxima.

¿Es por comodidad que muchos no se esfuerzan?

Me cuesta cuando no veo esa exigencia de cada uno de querer mejorar, me choca un poco. Siento que acá tienen las posibilidades, que están muy cerca de cumplir su sueño de jugar al fútbol. De Reconquista, a Buenos Aires, para jugar en España tenés que venir a España. Acá tienen la facilidad entre comillas, porque no es fácil, pero el esfuerzo que tengan que hacer, que no se escatime en el esfuerzo.

El Real Madrid te va a buscar para que juegues en el segundo equipo, en el Castilla. ¿Cómo fue esa experiencia?

Había ido con un contrato de dos años al Real Madrid Castilla. Estaba Lopetegui, se contacta con mi representante, que me comenta que estaba la posibilidad de jugar en el Real Madrid Castilla, que estaba en segunda B. No admitían extracomunitarios, iba a salir mi pasaporte pero fue una época que no salieron y se pararon todos. El Madrid me dijo que entrenaba con ellos seis meses y en enero seguimos, cuando salga el pasaporte. El pasaporte no salía en enero, yo estaba entrenando, muy bien, todo, entrenaba con el primer equipo, una experiencia espectacular pero quería jugar. No tenía sentido ni para mí ni para el club ni para nadie, entonces decidimos volver a Boca.

"El Real Madrid es muy grande, la suerte que tuve era que venía de Boca, el nivel de exigencia es parecido"

Juan Forlín Exjugador de Boca Juniors

¿Te costó mucho vivir con la exigencia del Real Madrid?

El Real Madrid es muy grande, la suerte que tuve era que venía de Boca, el nivel de exigencia es parecido. Estuve en el primer equipo varios entrenamientos, entendés por qué están ahí tantos años esos jugadores a ese nivel, estaban Gago, Heinze, Higuaín, Raúl... verlo entrenar a Raúl de la manera que entrenaba, desde la entrada en calor, con un nivel de exigencia muy alto. Cada ejercicio era competición, me ha enseñado mucho cómo entrenan para jugar a ese nivel. Fue un aprendizaje muy bueno.

¿Te costó la vuelta a Boca tras no poder jugar con el Castilla?

Yo me fui de Boca entrenando con el primer equipo y yo vuelvo con Ischia de entrenador, cuando vuelvo, lo hago en la Reserva. Y sabía que tenía que pelear, pero vine con la idea muy fija, yo hablaba mucho con mi padre, que le dolía cuando me fui. Yo le decía que me lo voy a ganar, era mi sueño, yo quiero jugar en el primer equipo de Boca, vine con la idea de jugar y entonces Ischia confió en mí, se lesionó Paletta y surge la posibilidad de jugar.

Jugar en Boca. Intenta explicarlo con palabras.

A nivel personal era una bendición. Cada vez que me tocaba jugar en La Bomobonera era una bendición, volver a pisar la cancha de Boca era una bendición. Lo sentí más en la segunda etapa, era la mejor cancha del mundo, lo que he soñado siempre. La primera vez sos más inconsciente, más chico, no sos consciente de dónde estás.

Hace unas semanas hubo una situación complicada con Osvaldo, un jugador con el que coincidiste en el Espanyol. ¿Cómo era convivir con él?

Hemos estado hablando por mensajes, me gusta por las redes saber cómo está. Me chocó verlo así, me dolió, no lo quiero abrumar, le escribí y hablé con él, me dolió porque es un chico con un corazón enorme, me dieron ganas de darle un abrazo, tomar unos mates con él el tiempo que haga falta. Son momentos que no son fáciles, más él que estuvo muy arriba, él como chico es muy querible, pasar de estar arriba a esto, no es fácil, el móvil deja de sonar, no es fácil. El que lo conoce, es imposible no quererlo. Él tiene una seguridad en sí mismo que no se nota, es muy agradable. Osvaldo es fanático de Boca, era fanático, quiero jugar en Boca, yo quiero jugar en Boca, me hablaba mucho, hablábamos un montón. Cuando tuvo la posibilidad me puso muy contento, era su sueño.

¿Te sentías un referente en el vestuario del Espanyol?

Yo no me sentía referente en ese primer vestuario del Espanyol, yo llegué con la inauguración del estadio, es un club que siempre me ha sonado y gustado un montón, lo tenía como un equipo de mitad de tabla para arriba, me encantó la propuesta y la idea. Que fuese Pochettino el entrenador facilitaba muchas cosas, además también había muchos argentinos y uruguayos. En esa época había muchos jugadores grandes, veteranos, he aprendido un montón gracias a ellos. Era un vestuario con una calidad de jugadores y personas muy buena, me acogieron muy bien.

¿Te respetaban tus compañeros?

Yo me sentía escuchado pero me gustaba escuchar. Que fuera recíproco, no soy una persona que tenga la verdad absoluta, a mí me gusta dar mi opinión y escuchar. Eso sí, en el campo me gustaba hablar. Eso te ayuda un montón, es clave en un central, un defensa, sobre todo en la parte defensiva.

"No es normal en un año tres entrenadores cuando se pelea el ascenso"

Juan Forlín Exjugador del Espanyol

¿Cómo es tu relación con los aficionados pericos?

Siempre me ha demostrado mucho cariño la gente del Espanyol. Yo siempre me he entregado al 100%, uno puede tener partidos malos, no me consideraba un fenómeno pero sí daba el 100%. Lo que era la actitud, entrega y predisposición con el club, siempre estaba.

¿Y su situación actual?

Veo al Espanyol en un momento que no lo veo mal, pero los cambios de entrenadores llevan a que el club esté en un momento convulso. No está del todo bien dentro, no les está gustando a la directiva lo que están viendo. No es normal en un año tres entrenadores cuando se pelea el ascenso.

¿Entendiste la destitución de Luis García?

Con Luis García me llevaba muy bien, es una persona extraordinaria, es muy intenso. Así era como jugador, se veía que tenía la impronta de ser entrenador, hablaba mucho en el vestuario, es muy positivo, a mí me gustaba mucho cuando lo escuchaba en rueda de prensa. Me transmitía un buen mensaje. Podrá salir o no, pero lo que es trabajo y compromiso, era asegurado.

¿Te gustaría trabajar en el club?

He hablado hace poco con el club, pero me tengo que sacar los cursos, quiero tener la titulación, eso es importante. Mi objetivo es sacarme la titulación de entrenador y ya después veremos. Voy a ver los partidos, tengo gente conocida en el club, voy con mis hijos. Me encanta el estadio, es un ambiente agradable y estoy ilusionado con el objetivo de poder subir.

Fuiste uno de los primeros que se fue a Catar. ¿Por qué?

Me fui a Catar en la época de la crisis económica en el país. El Espanyol tenía una deuda muy grande conmigo, cada año era difícil cobrar, había muchas peleas para poder cobrar cada año el total y el club tenía una deuda que se hacía cada vez más grande. Llegan desde Catar con una propuesta firme. Para el club eran 2,5 millones y un contrato de tres años para mí. Yo veía que para el club y para mí, que era padre de familia, era una oportunidad de ganar los dos. Y así se lo comuniqué al club, se lo dije a Joan Collet, a mí me quedaba un año de contrato. Yo creo que es el momento, le dejo algo para el club, era bueno para mí y mi familia, siendo central y mediocentro era difícil, no como para el delantero. Lo vi como gestor de familia. También tenía dudas y no encontraba gente que me hablase mal, del fútbol, de la gente, de todo.

¿Cómo fue la adaptación a Catar hace más de diez años cuando casi nadie conocía nada del país?

Me fueron difíciles los primeros meses porque yo llegué con 26 años con una competitividad alta y te encontrás con chicos que no tienen ese nivel de exigencia que yo quería y tenía para competir, para ganar la liga y eso sí que me costó asimilar. Ellos crecen con otro contexto, otra cultura, no es el fútbol como España o Argentina. Estaba Diego Aguirre de entrenador y él me decía eso, que tuviese paciencia.

De Catar a Japón. ¿Cómo fue?

Cuando me llamaron de Japón empecé a investigar la liga, el país, tenía ganas por todo lo que me habían comentado, gente que vivía ahí. Empecé a ver fútbol de allá y me gustó, yo quería vivirlo. Un fútbol con una disciplina muy alta, yo tenía 31 años. A mí me gustó, pero fue el año de la pandemia y el año donde más lesiones he tenido. Encontré una traba muy grande con el idioma, yo no esperaba que fuese tan grande. Pensé que con el inglés me bastaba pero me encontré con que el inglés no era tan fluido. Y fue una traba, aunque hice clases particulares, pero con el covid también fue complicado. Pero a nivel familiar, cultura y conocimiento, fue espectacular.

Tras varias experiencias en el extranjero volviste al fútbol español y te tocó jugar en el Oviedo.

De México vuelvo a Oviedo porque decidimos que queríamos volver a España. Y aparece el Oviedo y la verdad que me sorprendió, yo no era consciente de la masa social que tenía, era espectacular. Un club grande, lo que ha sufrido, la gente, al borde de desaparecer y cómo está ahora. Para mí es un club de primera, íbamos a jugar a cualquier sitio y nos acompañaban, era una ciudad de fútbol donde se respiraba fútbol. Me llevé un cariño muy grande de Oviedo y de su gente.

¿Por qué terminaste jugando en el fútbol no profesional? ¿Qué te generaba?

Nosotros volvimos a la zona de Barcelona y yo empecé a entrenar con el Llagostera porque quería esperar al mercado de verano. Y el entrenador me dice si quería jugar hasta final de temporada porque tenía una ficha libre. Y le dije que sí, me encontré con una plantilla muy buena gente y que competía bien, me gustaba tener esa competitividad. Entonces empecé con sensaciones buenas y mis hijos eran más grande. Nos queríamos asentar después de tanta mudanza y tanto viaje. Empezamos a ver sensaciones. Iban saliendo opciones en verano y decidíamos entre todos, había que poner en balance muchas cosas.

¿Vuelves a Argentina? ¿Te gustaría trabajar en Boca?

Mis hijos quieren ir a la cancha de Boca. Tengo contacto con Boca, he hablado con Román, tengo buena relación, coincidí con él las dos veces que estuve. No hablo con él, pero tuve buena relación. No lo veía tan pronto como presidente, pero es una persona que quería mucho al club, se le nota cuando habla. Para él el club es mucho, como jugador ya lo transmitía.

"A mí lo que más me llamaba la atención de Riquelme era cómo el loco se transformaba"

Juan Forlín Exjugador de Boca

Él era el primero en todo, en competir para ganar, era un espectáculo, ver la entrada en calor cómo se metía, como jugaba. A mí lo que más me llamaba era eso, cómo el loco se transformaba. El trato conmigo siempre fue muy bueno, me ha exigido mucho y eso me ha ayudado a crecer. Esa exigencia que tuvo conmigo, como defensa, a mí me hacía crecer. Si tenés que jugar en Boca tenés que estar así. Me ayudó mucho, yo lo tenía como un referente, jugar con él era una maravilla, era un sueño.

También jugaste con la selección Argentina.

Llegar al vestuario de la selección era llegar a un vestuario de estrellas mundiales. Era tener los ojos y oídos bien abiertos. Era espectacular escucharlos hablar, estaba viviendo un sueño, no era consciente de dónde estaba. Era una responsabilidad también, representar a tu país.

Te convocó nada más y nada menos que Diego Armando Maradona. ¿Cómo viviste eso?

Cada charla que daba Diego era muy emocional, muy emotiva, de llegar al jugador. Era muy especial verlo a él, no hacía falta que hablara. Que te diga 'Juan, cómo estás', me estaba llamando Maradona. Me levanté y vi lo de Diego. Fue duro. Era una persona especial. Siento que tiene un aura especial, era como ver caminando a un ángel, era muy especial, todavía lo siento. Es una cosa que ves y siento que está iluminado.