Fiesta o decepción: el análisis de la recta final de Segunda

Por mucho que las cosas se vean venir, cuesta asimilarlas. Así que antes de hablar de vísperas de fiesta, hay que acompañar en el luto a una afición que termina pagando los delirios de grandeza de sus dirigentes. Después de los fuegos artificiales años atrás, que tal vez se celebraron en exceso sin un punto de vista crítico, y una temporada actual en la que el equipo se dejó llevar por las falsas expectativas, la realidad ha vuelto a ser tozuda. Mucho ánimo a la afición de La Rosaleda y una moraleja: como ya vimos en el Atlético de Madrid hace muchos años, las administraciones judiciales pueden hacer viables otras empresas, pero un equipo de fútbol es otra cosa.

Ahora sí, vamos a esa semana que desembocará en fiesta o decepción. Lo tiene todo a favor el Granada. El mejor de la categoría en casa también demostró su solvencia en Anduva. Aún así, orejas de punta ante el Leganés, con el recuerdo de la última jornada en Primera frente al Espanyol como aviso reciente.

Dos ejemplos en el Gran Canaria son referencia para Las Palmas, uno para sonreír, el otro para llorar. El del último ascenso se vivió frente al Zaragoza, el del gran drama frente al Córdoba. Ambos sirven para mantenerse alerta. Quería su final Luis García Plaza y el Alavés la va a tener.

Puede que el Levante llegue tarde, pero al menos el doblete con suspense de Joni Montiel le permitirá llamar a la puerta del ascenso hasta el último partido. No será el caso del Eibar, que debe corregir de inmediato la falta de fiabilidad tras nueve jornadas sin ganar. Parece que algo hizo resurgir de lo más profundo el angustioso final de la temporada anterior.

Los de Ipurua son equipo de playoff, muy a su pesar. Todo lo contrario le sucede al Albacete, que lo celebra con entusiasmo. El segundo menor límite salarial de la categoría vive un sueño muy real. Certificada la clasificación de armeros y manchegos para la promoción de ascenso, ojo a la siguiente ventaja en este agotador esprint final: pueden rotar al equipo entero y recuperar piernas en la última cita. Después, llegará la semifinal con dos choques brutales en una semana, así que este balón de oxígeno puede resultar decisivo.

El delantero se ha convertido en el mejor jugador de la UD en este tramo final de temporada. Marcó el gol de la victoria en Ipurua cuando su equipo más lo necesitaba, adelantó a los suyos frente al Villarreal B y ha firmado un doblete contra el Cartagena. Sus sociedades con Jonathan Viera son caviar y su definición de cara a portería, un manual de tiro. El próximo sábado tiene la oportunidad de coronarse con el equipo de su vida.

El golazo del Mirandés no sirvió para puntuar, pero merece la pena verlo. No es la primera vez que Roberto López nos deleita con un lienzo así desde el centro del campo. Ya contra Las Palmas lo consiguió, esta misma temporada. Aitor tampoco se quedó atrás en el Sporting y su brochazo desde 45 metros en Ipurua sirvió, además, para contribuir al punto de la tranquilidad asturiana. De postre, echen un vistazo a la enésima virguería de Bryan Zaragoza, esta vez en Anduva. Ojito a este chaval.

A estas alturas se puede pensar que las palabras sobran, pero cualquier reconstrucción comienza con la autocrítica. "Estamos destrozados. Ha sido una temporada lamentable. Ahora sólo queda asumirlo. La plantilla no ha estado a la altura y hay que pedir disculpas a la afición. No queda otra que agachar la cabeza y analizar todos los fallos", declaró tras el partido Alberto Escassi. "Empezamos mal desde el principio. Fue todo mal. Ha sido una mierda", zanjó el capitán del Málaga sobre una triste temporada que acaba con un histórico en Primera Federación.

Estimado Rubén: es muy posible que la gente no te identifique porque no eres ningún jugador o entrenador de la Liga SmartBank, pero tu labor en Las Palmas es muy importante. El trabajo del delegado es fundamental, pues los ascensos se consiguen y se pierden en conjunto. Hace muy poco, en una entrevista, José Ramón Sandoval me destacó la importancia que tuvo el jefe de prensa en la salvación del Córdoba. Como deporte de equipo, los éxitos o fracasos son colectivos. Por eso, cuando vi tu cara tras el error en el doble cambio frente al Cartagena, comprobé que sentías haber fallado a los tuyos. Tranquilo, hasta el mejor escribano echa un borrón. También leí tu disculpa en Twitter y los agradecimientos por el apoyo en una circunstancia que se quedó en nada, pero que con un mal resultado se pudo envenenar. No le des más vueltas: el que no hace nada piensa que acierta siempre.Lo que se consiga o no, será cosa de todos. La llegada del equipo al aeropuerto de Gran Canaria fortalece esa unión".

El equipo canalleta, como denominó al Alba su entrenador, engancha. En las gradas del Belmonte se pueden ver hasta camisetas de lo que dio la sensación de comenzar como una broma y se ha convertido en un lema. Rubén Albés ha logrado construir un equipo descarado, ofensivo y vibrante, reflejo de un espíritu que bien podría encajar en sus 38 años, combinación de atrevimiento y experiencia. Amarrar el playoff es el premio a un proyecto que cogió cuerpo desde los despachos con Víctor Varela y se diseñó en la dirección deportiva con Alfonso Serrano. Los toques gamberros los pone el innovador técnico gallego desde un conocimiento profundo del balompié. La codiciada sexta plaza es suya, esa lanzadera desde la que Rayo o Girona alcanzaron el cielo.

41 jornadas y unos 4.000 minutos de juego tal vez no sirvan para nada, ¿a que es maravilloso? El encanto de la Segunda División es la atracción de un cuento de hadas… o de terror, donde todo es posible. Tengo que reconocer que el potencial económico con el que bajan los equipos que vienen de Primera, sobre todo aquellos que llevan algunos años, me hizo dudar de si con el tiempo esta esencia competitiva se iba a mantener. Por suerte, al menos esta temporada, me he equivocado. El clímax de esa igualdad será el partido entre Las Palmas y Alavés. Todavía el escenario puede saltar por los aires, así que tampoco Granada o Levante deben dar nada por hecho o por perdido. Ojalá nunca se pierda este equilibrio en la categoría; si desaparece, podría ser el final.