José Alberto promete dar guerra: "Me veo preparado para entrenar en Primera, y puede ser y quiero que sea con el Racing"
Tras salvar a un histórico, ahora ha renovado hasta 2026 y está siendo capaz de coquetear con un ascenso añorado en Cantabria.

Santander.- Hay una costumbre muy extendida entre deportistas de élite, políticos y, sobre todo, periodistas. Y no es otra que la de presentarse en sociedad a los demás con su nombre y apellidos, de forma inseparable y pomposa, aunque sea en las fiestas patronales o en un rutinario encuentro en la piscina. "Hola, soy Íñigo Montoya...". Cuando, por contra, todos los mortales que les rodean se dirigen al resto sin recrearse, con su nombre de pila o el apellido a secas si así era conocida la persona en cuestión en el barrio o el colegio. "¡Qué tal! Soy Pilar". Si el entrevistado (Oviedo, 1982) conecta tanto con esta segunda y modesta especie es porque pertenece al pueblo llano. Tiene nombre y dos apellidos, como todos: López Menéndez. Sin embargo, no se cree más que nadie. Por eso suplica que le llamen José Alberto. Sin adornos.
Sus números hablan por el técnico del Racing y son los que de verdad hacen ruido. Llegó la temporada pasada a Santander para lograr la salvación con un histórico club que fundó LaLiga, evitando una nueva caída al olvido, y en este curso ya ha saboreado los puestos de Playoff y amenaza con dar guerra hasta el final en busca de un sueño. Recién renovado hasta 2026, ha tenido ofertas de Primera para ganar mucho más dinero en el extranjero, pero lo que él ansía de verdad es dar el salto de la mano de los que han apostado tan fuerte por él y de todo El Sardinero.
Llevaba tiempo queriéndote entrevistar y me ha tocado hacerlo después de dos derrotas consecutivas (Alcorcón y Burgos) y sabiendo, según tus últimas declaraciones, que «llevas bastante mal perder». ¿Te gusta conceder entrevistas o es algo que, como otros compañeros de gremio, si pudieras borrarías y esta misma la hubieras aplazado?
Bueno, no me importa hacer entrevistas porque, evidentemente, forma parte también de mi trabajo. Pero sí que creo que los entrenadores hablamos mucho y al final eso te desgasta demasiado a nivel social. Muchas veces no puedes decir todo lo que piensas. Hay que entenderlo de esa manera, da igual ganando, perdiendo o empatando.
Xavi se quejó de eso mismo en una de las últimas reuniones de entrenadores en Las Rozas.
Normal. Es que en semanas de tres partidos hablas casi todos los días. No tienes nada casi que decir porque siempre es lo mismo. Los entrenadores muchas veces somos los que más expuestos estamos y hacemos a menudo de portavoces del club porque somos quienes los representamos. Eso genera un desgaste grande.
Entendido, evitaré los lugares comunes y repetidos. ¿Cómo dormiste después de caer en El Plantío en el último minuto?
Pues, después de los partidos, normalmente me cuesta. Esta vez, no sé por qué, dormí bien. Y me pude evadir. Y eso que fue un tortazo a mano abierta, en el minuto 96 o 97 y de penalti. Pero es que 15 días antes también ganamos nosotros así en Gijón. Fútbol. Es una parte del juego. Nosotros no podemos jugar a especular y a defender porque no son nuestras armas. Tenemos jugadores para atacar. Duele lo que sucedió, porque pasamos de la acción de poder hacer el 1-2, con un tres contra uno en ataque, a que nos sorprenden con un pelotazo y nos saquen un penalti de la nada. Y se nos va un punto. Pero la diferencia entre empatar y perder en esta categoría, por suerte, no es grande.
¿No?
Igual este año sí que las diferencias son tan pequeñas que un punto puede ser importante. Pero normalmente, no. Nosotros siempre miramos a la portería contraria y lo que muchas veces nos da, pues esta vez nos quitó.
¿Tu profesión la sufres o la disfrutas?
La disfruto. La sufro también, porque la gente que tiene la capacidad de disfrutar en los partidos son muy pocos. Y el que dice que disfruta, no sé si lo cumple o no sé si ésa es su verdadera sensación. Pero la preparación, el contacto con los jugadores, la gestión del vestuario y el día a día lo disfruto muchísimo. Al final soy entrenador por vocación. No he sido jugador profesional, por desgracia, y me hubiera encantado serlo, pero no tenía las características ni el talento para poder llegar. Jugué hasta Tercera y me dedico a entrenar porque empecé a hacerlo con niños de cuatro años. Lo disfruté, me fui sacando los títulos y eso me ha llevado a ser entrenador profesional, como a otros les puede llevar a ser periodista. Esta clase de profesiones se ejercen por vocación.
"Empecé entrenando con 19 a niños de cuatro años, porque no pude ser futbolista profesional y sólo llegué a Tercera y porque lo mío es vocacional"
¿Esa forma de encarar las derrotas va cambiando con el tiempo?
Sí, muchísimo. Muchísimo.
¿En qué lo notas?
Las personas evolucionamos. Antes, con un resultado negativo, el cabreo me duraba varios días. Ahora intento que me dure como máximo uno. El duelo hay que pasarlo. Porque todos trabajamos muchísimo para conseguir rendimiento y buenos resultados. Pero cuanto antes consigas pasarlo, mejor porque eres más equilibrado en la toma de decisiones y eso te ayuda a ser mejor entrenador.
Marcelino, por ejemplo, una de las cosas que más ha cambiado es cómo afronta las derrotas o las crisis. Y si también lo ha logrado es en parte porque trabajó con el psicólogo deportivo José Carrascosa. ¿Alguna vez has recibido ayuda de este tipo o te lo planteas?
Es importante todo. Soy una persona muy reflexiva. Tengo bastante formación en el tema psicológico porque soy maestro y pedagogo. He estudiado mucho para poder sacar las dos carreras. E intento aplicarlo. Aun así, lo que más te va formando son las propias experiencias. Mi procesador no para ni durmiendo. Intento sacar conclusiones de todo lo que me va ocurriendo para intentar ser mejor cada día.
Hay entrenadores que dicen que cuando mejor van las cosas lo suyo es entrar al vestuario serio o echar incluso una bronca un poco buscada; y, al revés, cuando van peor, sonreír y estar más calmado que nunca. ¿Cómo te has comportado estos días con tus futbolistas?
Les hago ver que estamos viviendo un momento para disfrutarlo. Tenemos que tener muchísima tranquilidad y confianza en nosotros mismos, en lo que nos ha hecho llegar hasta aquí, en lo que nos tiene que hacer acabar bien. Igual que ha habido partidos en los que me he ido a casa mosqueado porque no he visto lo que quería ver, esta vez, después del palo de Burgos, no fue así. Hay cosas mejorables y cosas que podríamos haber enfocado mejor, pero siempre estuvimos dentro del partido con opciones de llevarnos algún punto. Es muy importante la confianza en nosotros mismos.
Si me permites un apunte más personal, te veo con un físico más afilado que hace años. Y como me da envidia, me gustaría preguntarte si se debe a un mayor cuidado alimenticio o es todo culpa del estrés.
[Gente cercana al técnico asegura que ha llegado a perder hasta 18 kilos]
No, he estado con un nutricionista y ha sido tema única y exclusivamente de la alimentación. Ya he pasado por Sporting y Málaga, clubes que también tienen muchísima presión. El Racing también es un histórico y un club que tiene una masa social importante. Pero me gustan los retos, me gusta convivir en clubes como éste donde hay presión. No me asusta, ni me genera estrés, ni ansiedad, ni historias de estas.
Sobre los 18 kilos que ha perdido con su cambio de vida: "Me puse en manos de un nutricionista; con el sobrepeso y el estrés del fútbol era una bomba de relojería. Ahora estoy a tope y decido mejor"
¿Y esa decisión del cambio de alimentación, si se puede saber, era más por una cuestión simplemente física o debido a que llegó un momento que estabas cometiendo un riesgo de salud?
Está claro que eso jugó un papel importante. A mí el tema de la imagen no me importa demasiado. Cierto, era un tema de riesgo. De que al final una persona con sobrepeso y que encima ejerce una profesión de muchísima presión y estrés peligra, pues es una bomba de relojería. Y yo, además, que vivo las cosas con muchísima pasión, pues todavía mucho más. Entonces, decidí cuidar un poquito la alimentación y ahora me encuentro a tope de energía y mejor en todo.
Igual que lo notas ya en el físico, ¿lo percibes en la cabeza?
Para la cabeza intento siempre hacer bastante deporte. Me ayuda a tomar mejores decisiones. El estrés me lo quito así. Me mantiene la cabeza más limpia para poder tomar mejores decisiones.
Hablando de estrés, no el que ya puedas sufrir tú, sino el que puede haber en el vestuario: ¿se vive mejor teniendo que remontar para ser sextos o estando en Playoff con la tensión de mantenerse ahí?
Mira, hace un año y medio cuando llegué aquí, eso sí que era una situación de riesgo, de necesidad brutal. Era una sensación de que no podíamos fallar, porque si fallábamos, pues fíjate… Un club como el Racing volviendo a una categoría semiprofesional donde nunca más debe estar. A muchos jugadores les hubiera costado volver a esta categoría, incluido a mí, que venía de una destitución. Cogí al equipo a mitad de temporada, con el peligro de un descenso que lo hace todo mucho más difícil, y ahora pues no te voy a negar que preferiría estar cuarto o quinto, incluso el segundo o primero [risas]. Tendríamos más puntos y eso es una clara ventaja de aquí al final. Pero los equipos que acaban bien son los que tienen éxito en el ascenso de categoría a final de temporada. Cogimos una racha muy buena antes de las dos derrotas. Estas cosas suelen pasar. Ahora, nos ha llegado demasiado rápido este momento... Te ponen en tu sitio rápido y ahora sí que tenemos que buscar volver a sumar. Los últimos 21 puntos son claves.
¿Ha tenido el Racing mal de altura o mala fortuna?
Eso tendría que responderlo cada uno de manera individual, pero no he notado eso. El equipo es súper valiente y en el último partido, por ejemplo, lo único que nos faltó fue agresividad en el tramo final, que es precisamente lo que más tenemos. Hay mucha pólvora ahí arriba y nos faltó agresividad de cara a desmarcarnos y a finalizar. Lo del partido anterior [Alcorcón] fue falta de acierto. Hicimos 21 tiros a puerta, fallamos un penalti y ocasiones de todos los colores… Si alguien espera ver en estos momentos el Racing que hubo en muchos tramos de temporada, pues va a ser más difícil. ¿Por qué? Porque los partidos son mucho más cerrados, porque el conocimiento entre los dos equipos ya es muchísimo mayor y porque todos nos estamos jugando cosas importantes. Es más difícil generar oportunidades.
El Racing no estaba confeccionado para subir, pero... ¿está preparado y es capaz de estar entre los seis primeros contra pronóstico?
Nosotros sí que nos sentimos capaces. Por todo: por juego, por plantilla, por fortaleza como locales, porque hemos mejorado también muchísimo como visitante… Ves a la gente que no está jugando como trabaja y alucinas. Todos pueden ser titulares. Estamos en ese momento de poder conseguirlo. Las palabras valen de poco, lo que tenemos que hacer es demostrarlo cada día y al final en 42 jornadas no hay secretos los seis primeros van a ser los seis mejores.
Sabemos más o menos lo que le pides a los futbolistas, pero ¿qué te piden ahora mismo a ti Sebastián Ceria (dueño), Manolo Higuera (presidente) y Mikel Martija (director deportivo)?
Intentar mejorar cada día. Somos un club que tiene mucho margen de mejora, de crecimiento y debemos de exigirnos e intentar ser un poco mejores que el día anterior. Y es en lo que estamos. Al final, si quieres que te diga que lo que me piden es subir… Todos deseamos subir. Está claro. Ellos, los jugadores, yo. Todos. Tenemos la ilusión de poder conseguirlo. Pero para lograrlo necesitamos ir mejorando cada día y centrarnos precisamente en eso. Si pensamos en el objetivo final, eso no va a hacer más que alejarnos de poder conseguir ganar partidos.

Siempre digo, medio en broma, medio en serio, que un periodista deportivo, con todos los follones que debe cubrir (RFEF, TAD, Negreira...), está capacitado con tantas experiencias para ir a Ucrania y narrar la mismísima guerra. Un técnico que ha estado en el Sporting, en el Málaga y en el Racing, con todo lo que han sufrido esos clubes y esas aficiones, ¿está ya preparado para dirigir en Primera?
Yo sí, yo sí me veo. Te lo decía antes, igual que veo a muchos jugadores preparados, yo también me veo preparado. Si esta pregunta me la haces hace cinco años, probablemente mi contestación hubiese sido la misma, pero a lo mejor mi creencia interior era que igual no lo estaba. Ahora sí que creo que el proceso que he ido llevando a lo largo de estos años, las experiencias que he ido viviendo, me han ido preparando a todos los niveles. Me veo con capacidad para poder estar ahí.
¿Has tenido ya alguna propuesta en España o en el extranjero para dirigir en Primera?
En el extranjero sí. En España aún no.
¿Y qué te ha llevado a seguir en el Racing y no dar el salto a la élite?
Porque yo quiero entrenar en la Primera División española. Me podría haber ido fuera y haber ganado muchísimo más dinero, pero creo, quiero y deseo entrenar en España. Me parece una de las mejores ligas, por lo menos la que nosotros más hemos mamado y conocemos. Y me siento capaz de poder hacerlo. Me gustaría vivir esa sensación porque me veo preparado y lo puedo hacer bien.
Has renovado recientemente hasta 2026. ¿Eso es porque tienes en la cabeza poder dar ese salto con el Racing?
Sí, totalmente. Cuando me reuní con mis agentes [You First] de cara a la renovación, precisamente hablamos de esto. Nos hicimos esta pregunta: ¿crees que el Racing te puede llevar a Primera? Yo creo que el Racing me puede llevar ahí y yo puedo llevar al Racing a Primera. Estamos en un momento muy similar de madurez, de creer que podemos estar. Juntos podemos conseguir ese objetivo en común y aquí me siento muy bien. Conozco ya al club, el funcionamiento de todos a la perfección y tenemos un grupo de jugadores extraordinarios. Y, además, me siento querido también por la afición. Ese conjunto hace que haya tomado la decisión de renovar dos años. Puedo llegar a Primera con el Racing y quiero que sea con el Racing.
¿Con qué edad empezaste a entrenar?
Con 19.
¿Mientras estudiabas?
Sí. Compaginé con la carrera universitaria. Empecé estudiando pedagogía. Y luego también, durante el primer año que entrené, jugaba en Tercera con el San Lázaro.
¿Quién te animó más a intentar ser entrenador o quién te inspiró más?
A ver, siempre fui el típico jugador que hablaba mucho dentro del campo, que era capitán, que tenía capacidad para liderar los equipos. De hecho, llegaba a uno nuevo y ya me ponían de capitán en el primer año, que me daba muchas veces hasta vergüenza. Porque decía, jolín, '¿cómo vais a quitar a compañeros que llevan más tiempo en el club para darme el brazalete?'. Siempre tuve bastante capacidad de liderar desde el ejemplo. Y luego, pues por circunstancias empecé a entrenar a niños porque me gustaba la enseñanza. Me apasiona intentar mejorar a mis jugadores, mejorar a los niños, que son como esponjas y que ves en ellos una progresión grande en muy poco tiempo. Junté mis dos pasiones: la enseñanza con el fútbol. El trabajo de la mejora individual de cualquier jugador al final va a ser un bien para el colectivo. Me gusta que mis jugadores empiecen con un nivel y terminen con otro, independientemente de los minutos que vayan teniendo a lo largo de la temporada, que eso ya forma parte del rendimiento. Pero me marco ese objetivo. Y en la mayoría de los casos lo conseguimos.
Habrá gente que no te conozca demasiado y que, para completar el perfil que se haga, se estará preguntando a estas alturas de la entrevista de qué jugabas y sobre todo en qué entrenadores te fijabas.
Pues al principio jugaba de central porque era muy grande, era el típico que desarrolló muy rápido y jugaba de central. Y luego con los años, como me fui quedando pequeñito, pues ya me pasaron al lateral. Ya sabes, se dice que todo el mundo vale para jugar de lateral derecho… Así que dijeron, 'vamos a tirarlo ahí.' Y en cuanto a los entrenadores, pues siempre me fijé en los compañeros de la base que, por suerte, tuve varios en la formación que eran muy buenos. En la élite me fijaba en Marcelino, porque al final es asturiano, es del Sporting como yo, y es una referencia porque ha conseguido el máximo rendimiento en todos los equipos en los que ha estado. Lo que más me gusta de él es su manera de enfocar el juego y sus ideas. Y luego, en España tenemos otros entrenadores de un nivel brutal: Guardiola, mi paisano Luis Enrique, Unai Emery, Arteta... Hay muchos que tienen cosas súper buenas e innovadoras e intento fijarme en ellos. Ahora, por ejemplo, están muy de moda los alemanes, con mucha gente muy joven, y con excelentes ideas. Y en Italia con otras formas diferentes. Intento estar al día, seguir formándome cada día y aprender de los mejores.
Me gusta que me saques lo de los entrenadores asturianos. Recuerdo que han pasado por Santander últimamente 'Marce', Muñiz, Alejandro Menéndez, ahora tú... ¿Es casualidad o hay algo más?
Es que aquí se está muy bien...
En Cantabria se llegó a discutir muchísimo a tu paisano Muñiz, acabando duodécimo en Primera y quedándose a un gol de entrar en octavos de la Europa League en 2009... Cómo ha cambiado la vida. Supongo que esos números los firmarías ahora mismo.
Por supuesto. Eso habla de la exigencia que tiene Santander y el Racing. Muñiz es también un referente, porque fíjate la trayectoria que ha tenido. Todos siempre queremos más. Y hay que tener los pies en el suelo, saber de dónde se viene, saber hacia dónde se quiere ir y ser consecuentes con todo ello.
¿A un entrenador que no ha sido una estrella como jugador le suele costar más tener la credibilidad necesaria dentro de un vestuario y las oportunidades de un club?
Te cuesta más, pero por una sencilla razón: porque la gente no te conoce. Es así. No tienes los contactos que tiene un compañero que haya sido futbolista profesional. Porque los directores deportivos muchas veces han sido o son compañeros. O incluso los directores deportivos ya lo fueron antes de esos fichajes que hacen. Entonces, simplemente es un tema de contactos. Es muy difícil la elección de un entrenador. Muy difícil. ¿En qué se basan?
¿En qué crees?
Única y exclusivamente en los resultados. Pero lo que funciona en un sitio, en otro no. Entonces, ¿en qué te basas para contratar a un entrenador? Yo siempre me hago esa pregunta. ¿En qué se basa el Racing para contratarme a mí? Eso tiene difícil respuesta también. Le he hecho esta pregunta a varios directores deportivos con los que tengo muy buena relación. Y... Siempre es un tema de confianza, de instinto. Y eso es muy complicado. Ahora, cuando ya te van conociendo más y vas teniendo una trayectoria, la gente puede apostar más por tu persona.
¿Y, además del currículum, a qué crees que le da más importancia un club (te guste o no) para valorar a un entrenador y entregarle un proyecto? Me refiero a que hay entrenadores que ya son productos de marketing o que su imagen pesa más que sus resultados.
Pues por encima de todo, en lo que se fija todo el mundo, es en los resultados. Pero luego es un todo. Las ruedas de prensa, por ejemplo. La comunicación es muy importante. Porque yo te digo que a mí me han fichado por resultados, pero también me han fichado por ruedas de prensa. Por eso te decía: ¿en qué se basa un director deportivo para firmarte? Se basa en todo. En los resultados, en la imagen, en lo que tú transmites en tu día a día, en tu comportamiento en el área técnica, en lo que transmite o en lo que pueda transmitir tu equipo, donde muchas veces se reflejan muchas cosas de la personalidad que tú puedas tener. También está la tranquilidad que puedas tener en ciertos momentos de dificultad… Ahí es donde, como digo yo, se ve a las personas. Entonces, son muchas cosas y por eso creo que es un trabajo muy difícil y una decisión muy compleja la de elegir a un entrenador.
Hay compañeros que, más allá de su staff técnico, llevan un séquito alrededor suya para complementarle y mejorar su imagen. ¿Cuál es el tuyo? Porque das la impresión de ser muy normal y modesto.
No tengo director de comunicación ni tengo nadie de marketing ni nada de eso. Quique lo sabe [Enrique Palacio, el jefe de prensa del Racing desde hace 20 años que está presente en la entrevista]. Absolutamente nada. Soy lo que veis. Me dedico a entrenar y a trabajar, que es lo que sé hacer. No quiero parecer nada que no soy, no quiero vender nada que no soy. La gente que me conoce, sabe cómo soy. Lo único que me preocupa es lo que piensen mis jugadores de mí. Todo lo demás me importa más bien poco.
Te lo decía porque la única vez que me he encontrado contigo fue hace poco, en 'El Cazurro'. Ibas con tu staff y yo ya estaba sentado en esa terraza. No nos conocíamos. Le dije a mi pareja 'es el entrenador del Racing' y ella, que no controla mucho de fútbol pero sí de personas y sabe cómo se mueven los hilos en Madrid, me dijo: 'Pero si parece uno más y no se da importancia'. ¿No crees que esa modestia a veces es perjudicial y conviene pavonearse y venderse mejor?
[Risas] Lo que vende es el trabajo y los resultados. Por encima de todo lo demás. Por eso yo no tengo a nadie alrededor. He tenido gente que me ha ayudado, porque mi mayor cambio ha sido ese, el pasar de que lo que yo dijese no tenía ninguna trascendencia a que lo que yo dijese tenía una trascendencia brutal. Y, evidentemente, he tenido que mejorar mucho en la comunicación, porque es muy importante de cara a mi profesión. Pero soy un tío absolutamente normal, como puede ser cualquier persona que tiene cualquier trabajo. Y no voy a ningún restaurante para que me inviten. Voy a un restaurante para pagar como todos los demás, porque el dueño al final de mes tendrá que pagar los recibos, las nóminas y a los empleados, como cualquier persona. Entonces, probablemente, si me invitasen por ser entrenador del Racing, por ejemplo, no volvería. Es mi manera de ser, mi manera de pensar y mi manera de actuar.
"Soy lo que ves, un tío muy normal; si voy a un restaurante y me invitan por entrenar no vuelvo"
Normalmente, a los entrenadores os gusta tener todo bajo control. Sin embargo, muchos mostráis vuestra sensibilidad. Tú mismo rompiste a llorar al lograr la permanencia. ¿Te emocionas con facilidad?
Soy un entrenador pasional. Y mi manera de entender esto no es otra que desde la ilusión, desde la intensidad. Parece que tenemos que ponernos un armazón y no debemos mostrar nada y hay que ser súper fuertes y no enseñar las debilidades. Y somos personas que tienen que mostrar, como en cualquier otro trabajo, sus sentimientos. Sin esconderlos. No tienes que tener miedo a esconderlos. Y llorar en cierto momento puede ser bueno. Somos personas normales, no extraterrestres.
Muchos técnicos me han reconocido que les cuesta más y les lleva más tiempo preparar las entrevistas o las ruedas de prensa incluso que el día a día con el equipo o el hecho de tener que hablar en un vestuario delante de un montón de estrellas. ¿A ti te sucede eso?
Yo ni preparo las ruedas de prensa. La gente del equipo de comunicación lo sabe. Vengo aquí y respondo sobre lo que me preguntan, lo que creo que tengo que decir en cada pregunta. Lo más importante en esta vida es ser natural y espontáneo y ser como tú eres. Sobre lo que hablábamos antes: he tenido también gente que me ha intentado ayudar y no me ha ayudado. ¿Por qué? Porque no puedo decir cosas que no siento. Hay que intentar ser transparente. Evidentemente hay cosas que no puedes decir, aunque las estés pensando. Pero es importante mostrarte como tú eres.
¿Con qué podríamos volver a verte llorar de aquí al final de temporada?
Ojalá con un ascenso. Sería difícil que no se me saltaran las lágrimas.
¿Y te emocionaría que el Racing sea capaz de retener a los mayores talentos, tipo Peque, y que la temporada que viene sigan aquí?
Es que creo que los vamos a retener. Porque el club no está en un momento de vender a nadie. No tiene la necesidad. Para vender a nuestros jugadores van a tener que venir y ya saben… Los jugadores tienen unas cláusulas que los clubes pueden pagar. Pero si no es así, va a ser muy difícil que se puedan llevar a nuestros jugadores.
Esto lo pensé el día que renovaste. Que si un entrenador con tu proyección renovaba igual era porque el club te había asegurado que el proyecto se mantendría y que incluso lo iban a mejorar...
Es que hay dos maneras de crecer. Y una es retener el talento. Si tú dejas que la gente que está creciendo siga, pues vas a más… Pero si la vendes, o la vendes rápido pues va a ser más difícil poder crecer. Hay que retener el talento y luego ir mejorando piezas dentro de la plantilla. Eso es crecer y lo que te va a ir acercando al éxito. Y si fallas en alguna de las dos, pues va a ser más difícil.
¿Dentro de tu vestuario hay muchos futbolistas con nivel de Primera y que a lo largo de los años podamos ver incluso en la Selección?
De Primera te diría que sí. Tenemos muy buenos jugadores y con margen de mejora y de crecimiento. De Selección ya es más difícil. Yo ya he tenido algún internacional como Vivian, al que entrené en el Mirandés, o a Nico Jackson, que estaba en aquel mismo equipo y que más tarde fue al Mundial con Senegal. Y sé que aquí hay jugadores que pueden llegar a ese nivel.
La última. ¿Cuál crees que es ahora mismo el mayor atractivo del Racing para un futbolista al que queráis fichar?
Hay muchos atractivos. El Racing es un equipo atractivo para cualquier jugador. Ya escuchar hablar de este club es mucho. Y sin necesidad de que nos centremos tanto en la época dorada y los años de Primera. Hablo de los años recientes por la forma de jugar. Tenemos un estilo que los futbolistas ya reconocen. El club también ha mejorado mucho en las instalaciones y eso lo hace muchísimo más apetecible. Hace poco la inestabilidad era orden del día y el Racing también era un equipo ascensor. Subía, bajaba, subía, y era todo muy inestable y había mucho cambio de entrenador y cosas que no ayudaban nada. Pero ahora es un equipo muy apetecible. Los jugadores quieren ir a un equipo que sea referente y el Racing, sin duda alguna, es uno de ellos.