EIBAR | ENTREVISTA

Las llamadas en la playa que convencieron a Mario Soriano para dejar Coruña y firmar por el Eibar: "No me arrepiento; son trenes que no hay que dejar pasar"

El canterano del Atlético de Madrid, tras dos intentos de ascenso con el Deportivo, brilla como armero a las órdenes de un Etxeberria que le convenció de una "decisión muy difícil".

Mario Soriano posa para Relevo en el interior del estadio de Ipurua./RELEVO
Mario Soriano posa para Relevo en el interior del estadio de Ipurua. RELEVO
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Mario Soriano solo tiene 21 años pero ya ha vivido experiencias como para toda una carrera. Nacido en Alcalá de Henares y criado en el Cerro del Espino soñando con debutar en el primer equipo del Atlético de Madrid, este mediapunta habilidoso que hoy brilla y triunfa en el Eibar de Joseba Etxeberria, tocó el cielo en enero de 2021 cuando consiguió debutar a las órdenes del Cholo Simeone en una experiencia que dice que nunca podrá olvidar. Sin embargo, situaciones "del fútbol" y una personalidad que le ha llevado a hacer apuestas fuertes en su carrera le llevaron a Coruña y, dos temporadas después, a soñar con el ascenso en Ipurua.

Lo de Coruña fue un máster, como reconoce. Una experiencia inolvidable en la que vivió lo mejor y lo peor. De estar a minutos de convertirse en leyenda del ascenso ante el Albacete a sufrir un golpe durísimo, inimaginable. "Entramos al vestuario y silencio, silencio total. Todos sin saber qué hacer. Fue durísimo. Yo creo que nadie, si lo cuento, nadie puede creérselo". La responsabilidad le llevó a regresar al Depor la temporada siguiente en propiedad, pero tras un nuevo intento fallido de ascenso llegó la salida a Eibar, envuelta en polémica. Un duro comunicado del club del que prefiere no hablar y una decisión de la que dice no arrepentirse.

Una carrera corta pero muy intensa en un futbolista diferente, divertido, apasionado con su profesión y "enfermo" de la nutrición. Siempre con su hermano de la mano, Soriano busca acabar con los lamentos en los ascensos. Personales, pero también de un conjunto armero que se ha chocado contra esa misma piedra las dos últimas campañas. Juntos quieren celebrar ser de Primera División.

Lo primero es preguntarte cómo estás. Llevas unos meses aquí en Eibar, en el País Vasco, algo similar a Coruña. ¿Cómo estás tanto futbolísticamente como personalmente?

Bien, muy contento, feliz de estar aquí, de seguir en el equipo y seguir con esta dinámica, que estamos en buen momento, hemos empezado muy bien el año y con muchas ganas de seguir jugando, de seguir ganando y ojalá que acabe de la mejor manera posible, pero como he dicho, muy contento y muy feliz.

Imagino que contento también con la decisión, que no era fácil tomar esa decisión de salir de Coruña.

Sí, eso es, al final era una decisión muy difícil, estuve muchos días pensándola con la familia y con mis agentes. Y ha salido todo muy bien, era una decisión difícil pero estoy muy contento y feliz por haberla tomado.

A pesar de que tu carrera es corta, está repleta de decisiones difíciles y arriesgadas. Salir del Atleti al Depor cedido, desvincularte un año después, ahora esto...

Sí, como tú dices, al final salir del Atleti fue también difícil porque llevaba 13 años allí y al final es uno de los mejores equipos de España y de Europa. Era la primera vez que salía de casa, que me iba a Coruña y al final en los primeros meses hay que decir que fue complicado porque las cosas tampoco salieron como me esperaba. A partir de enero sí que tuve esa participación que todo el mundo quiere. Luego al final cuando acabó la temporada, la primera temporada en Coruña, yo tenía una idea clara y era seguir en el Deportivo, pero había que negociar con el Atleti porque el primer año era cedido y todo salió bien, como quería. Lo que quería en ese momento era quedarme, fue una temporada bonita, cogí mucha experiencia aunque no acabó como todos queríamos. Este año había esta opción, mi familias y mis agentes me apoyaron, me ayudaron a tomar la decisión, aunque la última palabra siempre es la mía. Fue muy difícil, como he dicho antes, y muy complicada si soy sincero. En un primer momento yo quería seguir estando en el Deportivo, pero al final son decisiones y trenes que creo que no hay que dejar escapar.

Sobre todo me sorprende la decisión de salir del Atlético de Madrid en un chico con tantos años en la cantera y que llegó a debutar en el primer equipo. ¿Cómo se da esa decisión? ¿Lo maduraste con tu familia?

Al final ese año en el Atleti fue cuando el tema de los subgrupos que bajamos dos categorías con el filial y estaba en Tercera RFEF. Fue todo en el último momento, me iba a quedar en el Atleti pero me llamó el Deportivo, me lo dijo el agente y lo hablé con mi familia. Tenía miedo porque era la primera vez que salía, era muy joven. Yo tenía claro que jugar en el primer equipo es muy difícil porque hay jugadores muy buenos, jugadores top y al final tomé la decisión. En un principio yo no sabía lo que era el Depor hasta que llegué, hasta que sentí todo, hasta que vi toda la masa social que tenía y la responsabilidad. Había pasado toda mi vida en una cantera como la del Atleti pero son decisiones que tienes que tomar. Un día estás en un lado y otro día estás en otro y a lo mejor te va muy bien o muy mal.

¿Qué recuerdos guardas del Atlético? ¿El primer entrenamiento?

Sí, me acuerdo de cuando me lo dijeron. Te llama el directivo de la cantera y te explica que tienes que entrenar con el primer equipo. Vas con esa ilusión de estar con los jugadores de Primera División, ver cómo entrenan, que te hablen, que sean amables contigo... Al final es muy bonito y una vez que sigues entrenando con ellos son experiencias que siempre voy a tener, anécdotas que puedo contar a mis amigos y familiares. Cuando estás ahí y sobre todo cuando convives con ellos, al final es ver entrenar a los jugadores más top... es muy bonito.

¿Y qué recuerdo tienes del primer día que entras al vestuario? ¿Tienes esa imagen guardada?

Sí, a ver, al principio entrar al vestuario es difícil, pero sí que es verdad que cuando entrenas con ellos, al final te saludan todos, ves cómo intentan todos ser amables contigo, te ayudan, si ven que estás un poco más cortado te intentan integrar dentro del grupo, pero todo con mucha normalidad. Los canteranos sobre todo muy bien, los uruguayos y argentinos también súper majos. Giménez, Correa… Griezmann también, al final es que son todos la verdad que buenas personas. Sí que es verdad que bueno, hay otros que no hablan o no dicen nada, pasan, pero así es dentro de un equipo, al final hay grupos dentro de un mismo equipo y así son todos los equipos, creo yo.

¿Cómo viviste el debut contra el Cornellá en Copa?

Fue la primera convocatoria que iba con ellos. Me fijaba en todos, en lo que hacían. Al principio un poco más vergonzoso, pero con los que más hablaba me hacían bromas o lo que sea. A la hora del partido estás en el banquillo y les ves jugar y te das cuenta de que puedes tener la oportunidad de debutar y ese es un momento increíble. Cuando empezó la segunda parte, que creo que ya íbamos perdiendo, el Cholo me manda a calentar con Camello, si no recuerdo mal. Ya te ves más cerca de estar en el campo, de poder debutar y cuando nos llamó a Camello y a mí a la vez, no me lo creía. Nos dijo lo típico de que jugase como siempre, como en el filial, que estuviese tranquilo.... Y además el cambio fue por Joao Félix, que al final es una estrella; fue un momento increíble que nunca olvidaré. Fueron minutos bonitos, hice dos jugadas buenas, o tres. Fueron 15 minutos que nunca olvidaré.

Y llega Coruña. Decías antes que no te hacías a la idea de lo que suponía. ¿Qué te encuentras ahí cuando llegas?

Sí, lo primero, un grupo con gente más mayor. Sí que es verdad que estaban los canteranos, había gente joven, pero es la primera vez que estaba en un primer equipo. La verdad es que el grupo era increíble, había muy buen rollo dentro del equipo y creo que hice muy buenas migas con todos. Me ayudó mucho Calavera, que ahora está en el Castellón. Hablé con él antes también para que me explicase un poco y él me ayudó mucho a integrarme con todo el grupo. Fue un año impresionante.

¿Costó?

Los primeros meses sufrí. Y es verdad, tengo que ser sincero, que al final fue una decisión difícil. Era un niño al final. Y cuando llegué no participé mucho, a partir de enero ya fue todo diferente.

"Los primeros meses en Coruña sufrí, era un niño. No jugaba todo lo que esperaba, estaba solo y se te hace difícil. Decidí seguir y no me arrepiento de nada"

¿Por qué sufriste? ¿Por la presión?

Un poco todo al final. No tuve esa participación que me esperaba. Estuve un mes sin apenas jugar nada y luego ves que juegas y no te salen las cosas. Entrenas y tampoco. Fue también que estaba solo en Coruña y se te hace difícil estar lejos de la familia. Ves que llega enero y has participado poco y te haces la idea de poder volver o salir a otro lado o lo que sea. Pero decidí seguir ahí porque era lo que yo sentía. Sabía que si seguía trabajando e insistiendo iba a tener minutos. Y así fue. Y la verdad es que no me arrepiento de nada de la decisión que tomé cuando me fui.

Hablas de un año espectacular, pero acabó muy mal. Estuviste muy cerca de convertirte en héroe del ascenso marcando el gol del triunfo, pero todo cambió en minutos cuando os remontó el Albacete.

Fue a lo mejor el momento más feliz de mi carrera y a la vez el peor. Metí el gol, estábamos jugando un buen partido y nos veíamos muy superiores sobre todo en la primera parte. Nos salía todo bien, veíamos que la gente al final nos estaba apoyando. Cuando me quitan, que creo que fue en el minuto 70, en el banquillo ya todo el mundo hablábamos de que, joder, que íbamos a ascender. Confiábamos en el equipo y todos estábamos muy contentos. Y yo por dentro también, como tú dices, al final he metido el gol, el ascenso, todo. Ni me lo creía, vamos. Cuando nos empatan fue un golpe impresionante y cuando empezó la prórroga volvimos a ser muy superiores, tuvimos ocasiones y seguíamos ahí, pero otra vez en los últimos minutos nos meten gol. Fue un golpe durísimo. Se creó un silencio y cuando ya pitó el final, ni te cuento.

[...]

Fue un momento súper duro. Ver luego a amigos, familiares… En la ducha todos sin hablar. Fue un golpe durísimo que ni me lo creía. Estuve dos semanas sin creérmelo. Al final nadie se lo esperaba porque el equipo estaba muy bien. Esa semana, me acuerdo perfectamente, en el vestuario se hablaba de que todos confiábamos en ganar, de que íbamos a ascender, y ascender con el Depor es otro rollo. Pero bueno, así es el fútbol: estás en una nube muchas veces y luego estás en lo peor.

"El partido contra el Albacete fue un golpe durísimo, estuvo dos semanas sin creérmelo. En aquel vestuario no hablaba nadie, silencio total"

¿Cómo recuerdas ese vestuario?

No hablaba nadie. Entramos al vestuario y silencio, silencio total. Todos sin saber qué hacer. Entró el míster, Borja, dijo alguna palabra para tranquilizarnos pero era imposible. Al final él también estaba igual. Y como digo, un silencio absoluto, todo el mundo sin hablar. Luego me acuerdo que al día siguiente fuimos todos a Abegondo a despedirnos y el ambiente ya estaba más calmado, pero era más de lo mismo, o sea, se hablaron dos palabras, despedirse un poco y ya está. Fue durísimo. Yo creo que nadie, si lo cuento, nadie puede entenderlo.

A ti te tocaba volver al Atlético, pero finalmente te desvinculas del Atlético y regresas a Coruña. ¿Había algo de deuda personal?

Sí, un poco de todo. Creo que fue también esa espina clavada que tenía del ascenso. Al final, cuando acaba la temporada, a las dos semanas tres, me llamaron otra vez del Deportivo y me preguntaron qué quería hacer. Y yo les dije que si ellos me querían, estaba dispuesto a ir, que hablaran con mis agentes y con el Atleti a ver qué se podía hacer. Tenía una espina clavada del ascenso, me había encontrado muy bien allí y es el Deportivo. Aunque esté en Primera RFEF es un equipo histórico, que juegas los partidos y parece que es Primera División, con 20.000 personas. Es una locura. La gente te conoce por la calle, te dice siempre cosas, esa masa social que tiene, el ambiente es brutal. Las instalaciones, el estadio, la ciudad, todo es maravilloso. Tardó un poco pero se dio todo muy bien.

Fue un año un poco más convulso que el anterior, ¿no? Con mucho cambio de entrenador. Aunque quiero preguntarte por el mercado de invierno y la llegada de Lucas. ¿Cómo lo vivisteis desde dentro?

Se hablaba ya en el mercado de verano que le querían, que él quería volver, pero la verdad es que dentro del vestuario no se hablaba mucho, o sea, a lo mejor pensábamos que era mentira, que lo decían por decir y que no era verdad. Pero se hizo. Y tener a Lucas en el equipo es muy bonito porque es un jugador top, ha tenido una trayectoria de locos. Al principio hablaba con los que ya conocía, con Bergantiños, con Macay... Pero es impresionante como persona y como jugador ya ni te cuento. Luego ya es fútbol, juegan 11 contra 11 y las cosas tampoco se dieron.

Os volvéis a quedar cerca, esta vez en semifinales del ascenso ante el Castellón.

Fue duro, pero no fue como lo del Albacete. Al final era una semifinal, sí que es verdad que, bueno, teníamos esa ventaja de haber ganado en Riazor e ir a Castellón con esa ventaja, pero bueno, al final es fútbol. Las cosas se pusieron mal, remontamos, y luego se dio todo lo que se dio. Es lo que hay.

Finalmente sales del Depor para llegar a Eibar cedido. Pero te tengo que preguntar por un comunicado del Depor muy duro contra ti en el que se te señala directamente pese a que tú hiciste una despedida muy emotiva. ¿Te dolió?

Sí, por supuesto que me dolió. Pero bueno, como dije cuando vine aquí, y como he dicho en anteriores entrevistas, no voy a hablar de nada. No voy a decir absolutamente nada. Obviamente me dolió, ellos sabrán lo que han hecho, pero yo sé lo que pasó y ya está. No quiero dar más vueltas al tema, al final tomé la decisión de venir aquí, fue difícil, pero creo que el fútbol es así, son decisiones, yo tomé esta y no me arrepiento de absolutamente nada. Hasta ahí puedo hablar.

¿Y por qué te decides por el Eibar? Precisamente un club que también se había quedado a las puertas del ascenso en las dos temporadas anteriores, en este caso a Primera.

Yo les dije a mis agentes que si salía del Depor era a un equipo que viera que el proyecto era ambicioso, de ascender, de tener un equipo para poder lograr objetivos. No me lo esperaba para nada, me avisó un amigo porque el míster le llamó para preguntar por mí y a raíz de ahí llamaron a mis agentes y les contaron todo un poco de lo que querían. Me acuerdo que estaba de vacaciones en la playa y me llamó César (Palacios), me contó su proyecto y me gustó. Me dijo que me iba a llamar Etxeberría para contarme su idea, lo que quería de mí y el míster me transmitió muy buenas sensaciones. Sabía perfectamente mis condiciones y todo lo que hacía. Esa llamada fue el punto de tomar esa decisión de venir aquí porque vi que confiaban en mí.

Hablábamos antes de llegar a Coruña, un club histórico y con mucha masa social. Eibar es mucho más familiar. ¿Qué te encuentras?

Cuando jugamos aquí el primer partido desde el momento del calentamiento noté esa diferencia, entre comillas, de presión. Al final allí es un estadio de 32.000 personas, hay gente con diferentes opiniones, y aquí todos te están apoyando. Esa diferencia sí que es verdad que la he notado. Es un lugar muy bueno para para seguir creciendo, para seguir sumando experiencias, para lograr objetivos tanto personales como colectivos y bueno ojalá que todo todo vaya muy bien. Creo que vamos a llegar a final temporada en condiciones para poder conseguir el objetivo.

Desde fuera se te ve muy cómodo en el campo, con Ager, con Stoichkov, Bautista… Un estilo que te viene muy bien.

Yo me estoy sintiendo muy cómodo, la verdad. Es verdad que no iniciamos de la mejor manera, luego estuvimos no sé si 11 o 10 partidos sin perder y además metiendo muchos goles, jugando muy bien, el equipo estaba sintiéndose muy bien tanto ofensivamente como defensivamente. Luego tuvimos esa racha de ganar, empatar, perder, pero hemos empezado muy bien el año y tenemos esa confianza de que somos un gran equipo y sabemos que si hacemos las cosas como sabemos, sobre todo en el aspecto defensivo, ofensivamente vamos a tener ocasiones y esas posesiones largas que nos van a llevar a la victoria.

El Eibar también ha tenido dos golpes muy duros, rozar el ascenso y al final quedarse un poco en la orilla. ¿Se habla en el vestuario? ¿Hay esa presión?

Sí, al final han vivido también dos años muy duros. Alguna vez lo he hablado con algún compañero que me ha contado experiencias y anécdotas, pero creo que todo eso se tiene que olvidar, es pasado, tienes que estar en el presente y enfocado en ahora mismo. Tenemos que centrarnos en el día a día, en trabajar, en conseguir sumar de tres en tres y dejar todo eso en el pasado.

Se te escucha muy maduro para la edad que tienes. Creo que, además, eres muy profesional y un obseso de la nutrición.

Sí, sí, mi hermano es nutricionista y al final todo viene de familia, ¿no? (se ríe). A partir del confinamiento sí que es verdad que he empezado a leer más, a ver a mucha gente que él sigue y creo que nos ha cambiado la manera de ver la vida a nivel salud.

¿Cuánto de importante es tu hermano en tu carrera?

Un diez de diez. Es muy importante para mí. Él tuvo que dejar el fútbol, tuvo cuatro operaciones y lo dejó por salud. Le gusta mucho, está siempre pendiente de mí y además lleva a muchos jugadores de élite con el tema de la nutrición. Yo tengo la suerte de que le tengo muy cerca, me ayuda muchísimo, me da consejos, estamos hablando prácticamente todos los días y bueno, como he dicho, creo que es una persona muy importante para mí, imprescindible. Mi hermano ha luchado por tener una carrera, pero las lesiones es lo jodido de fútbol, y ha encontrado esta pasión de la nutrición.

Y cuando hablas con tu hermano de tu carrera, ¿en qué pensáis? ¿El Atlético de Madrid sigue en la conversación?

No, yo al final estoy centrado en el Eibar. Si se asciende pues al final es muy bonito. Sí que es verdad que el año que viene yo no sé exactamente lo que va a pasar conmigo porque pertenezco al Deportivo. Ojalá se ascienda aquí a Primera, jugar en Primera División… En el Atleti al final ha estado toda mi vida, 13 años, y si se diese la oportunidad, ¿por qué no?

Te lo pregunto de otra manera, ¿con qué sueñas?

Uf, con muchas cosas. Pero bueno, ahora mismo con ascender con el Eibar a Primera División, y bueno, luego jugar en Primera y tener una carrera y una trayectoria larga y bonita en el fútbol de élite. Creo que las cosas van llegando, las cosas van pasando, pero no quiero pensar más allá de ascender con el Eibar.